Aprende cómo escribir diálogos creíbles con estos 5 consejos.
5 consejos sobre Cómo escribir diálogos creíbles en literatura.
Escribir no es algo sencillo, escribir bien, claro. Puede que se te de bien narrar, que tengas gracia y soltura para ello, pero, llega el momento de escribir diálogos… te pones nervioso, empiezas a sudar, te lees lo que has escrito, te dan ganas de tirarlo a la basura… y te bloqueas.
Escribir diálogos no es nada fácil.
Para que dejes de pensar eso, voy a darte cinco consejos con los que aprenderás cómo escribir diálogos creíbles en literatura.
1
Mantén la verosimilitud: los diálogos deben sonar naturales y auténticos. Siempre que escribas un diálogo, prueba a dárselo a unos amigos o alguien en quien confíes y leed a modo de pequeña representación lo que has escrito. En ese momento, todos los problemas que pueda tener ese diálogo saldrán a la luz y podrás realizar las correcciones oportunas.
Cuando escribas diálogos, ten en cuenta que, en la vida real, cuando dos personas charlan, no suelen utilizar palabras rebuscadas ni frases largas. Tampoco fuerces las palabras, si tu personaje tiene una taza entre sus manos y quiere más café, no tiene que decir: “Disculpa, ¿podrías rellenar mi taza de cerámica?”. ¿Quién usa ese lenguaje? Busca siempre algo natural. “¿Me echas un poco más?
Una clave para acertar con los diálogos es no introducir información que ya has dado en la narración. Aprovecha que el lector ya sabe que tus personajes están desayunando, que uno de ellos está llenándose su taza de café, para que el otro solo tenga que indicar lo básico: ¿Me echas un poco más?
Cuando escribas, no informes en cada frase de lo mismo una y otra vez. Las palabras de más solo sirven para estropear tu diálogo.
2
Utiliza un lenguaje adecuado para cada personaje. Si quien habla es de clase alta, debe notarse en su forma de hablar. Al igual que si lo hace alguien sin estudios, o joven, un niño, alguien que no pertenece a la misma cultura… Sin olvidar la personalidad, dependiendo de cómo sea la persona, hablará de una forma u otra.
Presta atención a los diálogos que escuchas a tu alrededor. No debes copiarlos al pie de la letra, pero puedes aprovechar para tomar notas y trasladarlas a tus escritos.
El buen escritor es capaz de meterse en la piel de los personajes y hablar de forma distinta a como lo hace naturalmente.
3
Haz que los diálogos avancen la trama.
Muchas veces no pensamos por qué necesitamos introducir un diálogo en un texto y es algo que deberíamos medir al milímetro. El diálogo debe tener sentido, hacer avanzar la trama, dejar ver cómo son los personajes de verdad.
Podemos jugar con eso a la hora de narrar. Si nuestro narrador es un narrador mentiroso, podemos aprovechar los diálogos para que el lector se pregunte si lo que sabe hasta el momento es cierto, porque un personaje puede comportarse en los diálogos de una forma diferente a como lo ha presentado el narrador.
Si tu diálogo no cumple con estos dos conceptos, avanzar la trama o dar información de los personajes, empieza a preguntarte si son necesarios. Como escritor, tienes que ser capaz de borrar lo que ya has escrito siempre que sea necesario.
4
Varía el ritmo y la longitud de los diálogos.
No utilices la misma fórmula una y otra vez en tu novela. Aprovecha para cambiar el ritmo de tu narración con diálogos cortos, incluso de una sola frase. Eso hace que el lector no se aburra ni decida irse a ver qué ponen en la tele.
Siempre que puedas reducir un diálogo, hazlo, porque eso significa que no es necesario todo lo que se dice en él y no hace avanzar la historia.
Las acotaciones no deben ser demasiado largas, incluso, a veces, ni siquiera las tenemos que añadir en la misma frase del diálogo. Si buscas agilidad, facilidad a la hora de la lectura, lo mejor es que te limites a acotaciones cortas y bien diferenciadas del resto del diálogo.
Yo divido los diálogos por colores, por personaje y narrador, de esa forma, al corregir lo que has escrito, lo ves con mayor claridad y en muchas ocasiones descubres qué falla.
5
Usa los silencios y las pausas.
A veces nos olvidamos de que los silencios también hablan. Juega con ellos de forma que refuercen lo que se dice en los diálogos.
También debes aprender a hacer un buen uso de las acotaciones y saber cuándo debes introducirlas en medio de una frase o fuera del diálogo. Puedes leer un poco más de las acotaciones en un artículo que escribí sobre el tema, pinchando en el enlace.
Si sigues estos cinco consejos, tus diálogos ganarán verosimilitud y tus lectores amarán leerlos. Puedes practicar llevando al papel diálogos que veas en el cine, escuches en la tele… Aprovechando para aprender a escribir las acotaciones correctamente.
Sigue a Infinitos monos en YouTube, apúntate a mi proyecto de escribir un cuaderno de bocetos para escritores. En él escribirás de todo, diálogos incluidos.
Como siempre, deja tu comentario aquí abajo. Si tienes dudas, puedes preguntar y trataré de resolverlas.
Muchos escritores, sobre todos los que empiezan, a menudo creen que escribir una novela es sentarse con un lápiz/bolígrafo/teclado y ponerse a desarrollar su historia. A escribirla, no a prepararla. Para escribir una novela, todos pensamos que se empieza por el capítulo uno, así que, se colocan en su cuarto de escribir y empiezan con ella. Y durante varios capítulos les va bien, pero llega un momento, en el que se dan cuenta de que no pueden seguir. Porque no recuerdan cómo iba vestido el protagonista, porque no saben quién es el personaje que aparece en el primer capítulo o porque sus personajes se han rebelado y lo están mirando con cara de pocos amigos porque no quieren entrar al edificio que toca entrar…
¿Te suena?
Me apostaría algo a que sí.
¿Y sabes por qué te pasa?
Porque no has madurado tu idea.
Me gusta poner el ejemplo de la pintura, porque acudo a clases y, aunque parezca mentira, me ha enseñado mucho sobre la creación, que puede extrapolarse a cualquier disciplina artística. El caso es, que en pintura o dibujo, nos colocan una figura que debemos plasmar en el papel. Y antes de empezar la obra definitiva, tenemos que aprender cómo es, cada sombra, cada curva, ángulo, volumen… conocerla en todas sus facetas. Y una vez la conocemos, es cuando la dibujamos, y como hemos aprendido cómo es, podemos no sólo plasmarla tal como es, la podemos dibujar como nosotros la vemos, lo que le añade un gran valor artístico al resultado.
Dibujar se parece mucho a escribir
Y si piensas, que se conoce la figura que tenemos que pintar, mirándola, estás muy equivocado. Por supuesto, la miramos, pero para conocerla, la dibujamos en bocetos más o menos elaborados. En esos bocetos no utilizamos las técnicas artísticas, sólo trazamos líneas y sombras, para comprender cómo funciona la luz en ella y los reflejos y luces. Después de varios bocetos, ya empezamos a entender cómo es en realidad y es cuando se saca el papel de calidad (y caro), afilamos los lápices buenos (un dibujo a grafito, lleva varios lápices de grafito, sí, todos del mismo color pero con diferente intensidad, no vale con un HB) y empezamos a usar las técnicas que hemos aprendido sobre el dibujo.
Como ves, para dibujar, no sirve con sentarse y ponerse a realizar el trabajo. Antes hacemos un estudio previo mediante bocetos, donde podemos ver qué nos funciona para plasmar lo que vemos en la figura que vamos a reproducir. Incluso los bocetos pueden ser de diferentes ángulos, para encontrar el que más nos gusta.
Con la escritura es lo mismo. Por supuesto que te puedes poner a escribir desde el minuto uno, pero te encontrarás con todas las dificultades que el trabajo previo va a desechar. Necesitas saber muy bien lo que estás haciendo y tener muchas tablas como escritor para poder siquiera plantearte algo así. En un relato corto, es más fácil, pero en una novela… mejor no te veas en esas, créeme, que sé de lo que hablo.
Hay que empezar a trabajar en una novela antes de ponerse a escribir
Mi primera novela la empecé de esa forma. El resultado: una novela de seiscientas páginas que no cuadraba. Había tramas inconclusas, personajes inútiles, historias aburridas… un desastre que dudo pueda arreglar algún día. La única solución sería empezarla de nuevo, planificándola bien, esta vez.
Como ves, escribir una novela es un trabajo que comienza con la planificación. Vamos a ver una lista de cosas que evitarás si preparas bien tu historia antes de ponerte a escribir:
I/ Tus personajes serán más sólidos
Si antes de ponerte a escribir, trabajas bien tus personajes, descubrirás que todo es mucho más fácil. Los vas a conocer como si fueran amigos tuyos, sabrás cómo se comportan y cómo se enfrentan a los problemas antes de que los encaren.
Verás si su historia, dentro de tu historia, encaja y es lo que quieres mostrar a tus lectores. Y si no te gusta o convence, estarás a tiempo de evitar el error de introducirlo en tu trama.
Cada vez que dudes sobre ese personaje, podrás acudir a tus apuntes y ver qué no encaja o qué deberías hacer para que así fuera.
II/ Tu trama será fuerte
La trama es el esqueleto de tu obra, los cimientos, y como tal, debería ser la base de la misma. Si no la creas antes de escribir, se irá cimentando a medida que tu historia avance y si llegas a un punto muerto, habrás trabajado de más y perdido un montón de tiempo. Y al volver atrás, para corregir el error, te costará enlazar lo que tenían escrito con lo que tienes que cambiar. Eso te provocará frustración y es muy probable que hartazgo. Tendrás ganas de abandonar tu obra.
Sin embargo, trabajando duro antes de escribir, tu trama será un esqueleto sólido y perfecto sobre el que tu historia se sostendrá fuerte. Tendrás los cimientos perfectos y tu historia brillará con luz propia. Y cada capítulo estará sólidamente construido.
III No sufrirás el temido bloqueo del escritor
Muchas veces confundimos la inspiración con el bloqueo. No es lo mismo. La inspiración es lo que hace todo más fácil. La que convierte lo normal, en perfecto. Pero, no es necesario estar inspirado para escribir, es preferible, claro, pero no indispensable. Imagina que sólo pudieras escribir inspirado. ¿Cuántas veces al mes te sientes así? Tardarías años o décadas en terminar tu obra.
Olvida esa parte tan romántica del escritor. El escritor de verdad tiene que ser capaz de escribir todos los días, sin excusas. Eso sí, habrá días que tus dedos vuelen sobre el teclado y otros en los que parezca que se te acaba el combustible. La vida es así y hay que asumirlo.
Planificar todo bien, antes de escribir, te hará la vida mucho más fácil.
IV Tendrás una visión completa de tu obra desde el principio
Esto es mucho más importante de lo que puedas pensar. Poder ver el esquema de tu novela antes de escribir, tendrá como resultado saber qué funciona y qué no, qué orden debería tener la acción en tu historia y saber la mejor forma de contarla. A lo mejor descubres que funcionaría mejor si la cuentas en otro orden. O, hasta es posible, que descubras que deberías contarla desde un personaje determinado, en lugar de usar un narrador externo.
Hay varias formas de seguir este paso. Puedes hacer un pequeño esquema en una hoja, utilizar una hoja de cálculo para escribir en cada casilla la evolución de tu historia, incluso puedes utilizar una pared, para poner carteles con la evolución de tu historia. Hay muchas formas. Encuentra la que se adapte a ti y disfruta viendo tu historia desde fuera.
V No necesitarás escribir tu novela en un período corto de tiempo
Ser escritor, a veces, no es nuestro principal trabajo (ojalá, ¿verdad?). Si tienes poco tiempo para escribir, tu novela se va a eternizar. Y si no la tienes bien preparada, eso puede jugar en tu contra. Sin embargo, si has trabajado bien en su preparación, vas a tener siempre un hilo que seguir.
También es posible, que te veas obligado a dejarla aparcada unos meses. Imagina retomarla sin haber realizado un trabajo previo, no te acordarías de nada (yo lo sé, tú lo sabes… aunque a veces no queremos verlo).
Planificar tu novela no le va a quitar espontaneidad a tu obra, ni magia. Todo lo contrario, vas a tener libertad creativa total, porque ya no tienes que preocuparte de nada más que escribir.
VI Si quieres escribir una secuela, te será fácil seguir el hilo de la primera
Terminaste tu novela. La publicaste y fue un éxito. Tus lectores quieren más. ¿Para cuándo la secuela?
Y tú te echas a temblar… porque no te ves capaz, no recuerdas bien todo lo que has contado y mucho menos te vas a acordar de los detalles que cerraste… pero… preparaste tu guía para escribir esa novela y lo tienes todo bien atado. ¡Genial! ¿Verdad?
¡Claro que sí!
Probablemente, hayas trabajado tanto para preparar tu novela, que lo recuerdes todo mucho mejor que si te hubieras limitado a escribirla. Pero ahora, para enfrentarte a tu secuela, tienes una guía (bendigamos las guías). Puedes echar un vistazo antes de ponerte a preparar la guía de la secuela (sí, ahora ya no podrás dar un paso sin guías, jajaja). Y ahí tienes todo lo que necesitas. Los personajes, la trama, lo que cerraste, lo que dejaste abierto… todo.
VII Ahorrarás tiempo
Vas a ahorrarte mucho tiempo, porque al crear tu esquema, verás los fallos antes de escribir y ya no invertirás tiempo en material que vas a descartar. Puede que pienses que escribir la guía te va a hacer perder el tiempo también, pero te va a ahorrar mucho más, te doy mi palabra, la guía será tu mejor amiga. También es cierto, que la primera guía que prepares, para tu primera novela escrita así, te llevará mucho más trabajo. Es un sistema nuevo y tienes que acostumbrarte. Con la práctica y el tiempo, verás que no necesitas casi nada para preparar el trabajo.
Piensa en esa guía como un complemento a tu novela, porque te va a servir para enviar material a una editorial, para crear publicidad, para la novela, claro está… vas a adorar tu guía.
¿Ves lo que te digo?
Escribir sin rumbo no es algo al alcance de todos. Volviendo al símil pictórico, no todos somos Da Vinci. No nos engañemos. Los meros mortales necesitamos saber lo que estamos haciendo. Los cerebros superdotados, pueden funcionar a su ritmo, pero los que tenemos que servirnos de uno normal, necesitamos ampliar nuestra memoria, necesitamos un cerebro externo que guarde la información por nosotros. En mi caso, mis memorias periféricas son libretas. Libretas que empiezan limpias y terminan llenas de tachones… pero los tachones son la muestra del trabajo. O eso me gusta pensar.
Si crees que no necesitas una guía para escribir, piensa un instante. ¿Lo dices porque te sientes seguro con tu forma de trabajar? ¿O porque no le ves utilidad? ¿No será miedo al cambio? No sientas miedo de cambiar tu forma de hacer las cosas, porque es posible que te pierdas algo bueno. Debes tener la mente abierta y comprender que lo que tú creas no tiene por qué ser lo único válido. Si hay diez caminos para llegar a un mismo lugar, todos son válidos. Escogerás el que más te convenga y lo harás porque ya conoces todos los caminos y verás cuál es el tuyo. Así que, no descartes probar uno nuevo.
¿Y tú? ¿Escribes con o sin preparación previa? Puedes compartirlo con todos nosotros en los comentarios y preguntar lo que quieras.
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Nos vemos la semana que viene.
Si quieres tener un blog, necesitas saber cómo escribir un artículo que atraiga a tus lectores.
Si quieres tener un blog, necesitas saber cómo escribir un artículo que atraiga a tus lectores.
¿CÓMO ESCRIBIR UN ARTÍCULO PARA TU BLOG?
Escribir, eso que todos creemos que sabemos hacer, porque hemos aprendido en la escuela, todos hemos pasado por ese momento en el que te permiten dejar de usar un lápiz y pasas a utilizar un bolígrafo. Qué sensación de poder, ¿verdad? El caso es que, porque sepas escribir las palabras que escuchas, no implica que sepas cómo escribir un artículo para tu blog.
¿Y qué tiene de complicado?
Nada, no es difícil escribir un artículo, pero tienes que tener claro cómo hacerlo si quieres que tu blog merezca la pena. ¿Por qué? Porque todos sabemos cortar, pero ¿sabes cortar filetes de una vaca? Una entera. A lo mejor eres carnicero y quieres hacer un blog sobre carnicerías, no lo sé, pero lo más probable es que no lo seas y echaras a perder la pieza, cortando unos filetes de la peor forma posible. Si eres carnicero, sabrás cómo cortar unos buenos filetes y de qué parte debes sacarlos. Si lo hicieras tú, cortarías carne que se podría comer, es carne al fin y al cabo, pero no tendrá la calidad que lograría alguien que supiera lo que está haciendo.
Puedes escribir un artículo y tener un blog, pero no lo harás bien si no sabes cómo escribir un artículo. No eres escritor, como no eres carnicero. Pero puedes aprender a hacerlo.
¿Cómo vas a aprender a hacerlo? Siguiendo los pasos que te voy a dar y practicando. Escribiendo, tú mismo irás viendo que cada artículo que escribas, será mejor que el anterior y que te resultará más sencillo hacerlo. Pero tienes que trabajar duro, porque nada que merezca la pena en esta vida, se consigue sin ganárselo. Y un blog lleva mucho trabajo, puede que mucho más del que imaginas. Escribir un artículo que los lectores aprecien, no es algo que se logre de la noche a la mañana.
Así que, vamos a ver qué pasos debes seguir para escribir buenos artículos que atraigan a tu blog miles de visitas y que te conviertan en una fuente de información indispensable para los suscriptores.
Como con todo en el mundo del blog, lo primero que necesitas es una idea
Si eres un apasionado de la temática de tu blog, no tendrás problema para encontrarla. La idea inicial es compartir lo que te gusta o lo que sabes hacer con el mundo. ¿Cómo no vas a tener ideas? Pero, es cierto, que las ideas no tienen por qué convertirse en buenos artículos que escribir. Un blog es algo más que ideas. Es una forma de mantener una relación con un grupo de suscriptores que quieren saber sobre un tema determinado y tú eres quién tiene que proporcionárselo.
Si tienes dudas, siempre puedes investigar un rato por internet para buscar inspiración. En el momento en que tengas claro qué contar, lo ideal es que sepas también el título que vas a ponerle al artículo, porque de ello van a depender las palabras clave (luego hablamos de las palabras clave) que tienes que introducir a lo largo de la redacción. Cada artículo que escribas en tu blog, debe estar repleto de palabras clave, diseminadas a lo largo del mismo, de forma regular.
Las ideas tienen que resultar de interés a los lectores. Tienen que brindarles información útil, resolverles un problema o enseñarles a hacer algo. Los artículos que escribes están ahí para eso, para que los lectores, al descubrir tu blog, cambien al leerlos, si se quedan igual que cuando llegaron, no van a volver a tu blog. Tienes que darles lo que buscan.
Haz una pequeña introducción
En un blog, la mejor forma de empezar a escribir un artículo es realizar una breve introducción que invite al lector a seguir leyendo. Aprovecha bien este fragmento, puede ser el que invite a tus lectores a seguir o a buscar en otro lado la información que necesitan. Y, además, será la parte que aparecerá en los buscadores de internet.
Una buena forma de escribir una introducción, es contar alguna anécdota, relacionada con el tema del artículo. Pero recuerda que escribes un blog. No lo hagas de forma encorsetada, sé amigable, lo que no significa que seas menos profesional. Tus lectores deben sentirse cómodos. Los blogs no tienen que ser libros de texto donde des una clase magistral sobre un tema. Son lugares desenfadados donde los lectores buscan saber sobre algo que tú sabes. Hazle ver al lector lo que va a aprender o descubrir con tu artículo, lo escribes para eso. Puedes hacer una lista con los puntos a tratar.
Dependiendo de lo que trate tu artículo, puedes exponer qué vas a solucionar con ese texto. O qué vas a contar, qué información vas a compartir. En pocas palabras, deja claro de lo que vas a hablar y lo qué va a obtener el lector (en forma de conocimiento). Procura crear expectativa, porque si haces una introducción mala, los lectores cerrarán la pestaña y volverán al buscador a seguir buscando. La introducción sirve para captar lectores, no los espantes.
Usa imágenes para que tu artículo luzca más. Harán más amena una cantidad ingente de texto y aportará un refuerzo visual a tus lectores. No vale cualquier imagen. Procura que tenga que ver con tu artículo de alguna forma. No tiene por qué ser literal, un significado que sólo puede relacionarse con tu texto (cuanto más personalizado, mejor), pero intenta que la imagen evoque eso, el tema de tu artículo. No sólo hay que escribir un artículo para mantener vivo un blog, hay que combinar lo visual con la información, porque sí, queremos información, pero nos importa cómo venga esa información.
Yo uso pocas imágenes en mi blog, porque lo que importa es el texto, lo que cuento en los artículos. Mi blog es sobre escritura y el mundo del libro y no necesito nada gráfico para reforzar mi mensaje, aunque a veces viene bien. Sin embargo, en otros blogs es muy necesario. Eso es algo que debes analizar cuando escojas la temática de tu blog y el estilo de tus artículos. Como siempre, aprovecha que puedes buscar en internet y cotillea un poco los blogs de tu temática. Así puedes ver cómo funciona la competencia y saber qué parte de ese tema no están explotando y hacerlo tú.
Nunca dejes de ser original. Los artículos que escribas en tu blog tienen que ser tuyos. Habrá miles de blogs de la misma temática, pero el tuyo lo escribes tú y eso conlleva tu estilo y tu forma de comunicar.
Ahora viene el desarrollo del artículo
Escribe el artículo que quieres compartir en el blog. Trata de crear párrafos cortos, o no excesivamente largos. Introduce palabras clave, incluidas las que aparecen en tu título, para posicionarte en los buscadores de internet. Quieres que tu artículo se mueva por la red y no se quede sólo y abandonado.
¿No sabes qué son las palabras clave?
No pasa nada. Son palabras que tus lectores potenciales van a buscar. Con esas palabras quieren encontrar tu artículo. Por eso son importantes, porque los buscadores no saben lo que tú quieres contar, ni lo que ellos quieren leer. Pero sí saben que los lectores quieren algo relacionado con esas palabras y que tu texto, si las contiene, puede ser lo que estén buscando.
¿Y qué va a mostrar el buscador? Una serie de artículos que contengan esas palabras repartidas por su interior. Por eso son importantes y debes usarlas y tener claro cuáles son las que debes usar.
Ya te habrás dado cuenta, que escribir artículos para tu blog no es cuestión baladí. Todo requiere esfuerzo y trabajo constante. Y no olvides que el aprender no se acaba nunca.
Investiga un poco sobre el tema del que vas a hablar o el problema que vas a solucionar. Cuando busques en Google, o en el buscador que utilices normalmente, vas a ver con qué facilidad lo encuentras, o lo contrario. Porque si te cuesta mucho, igual no usaste las palabras adecuadas. Cuando tengas claro qué palabras utilizar como palabras clave, intenta introducirla en tu texto de forma natural, no forzada. No sirve elegir la palabra Blog y poner un punto, la palabra, otro punto y seguir hablando. No. Tienes que crear frases donde puedas usar esa palabra. Y lo tienes que hacer en todo el artículo, en todas las partes de él. Más o menos, deberías introducirla un par de veces (mejor tres) cada 150 palabras, más o menos.
El uso de palabras clave es lo que posicionará tu artículo y dará a conocer tu blog, aunque también lo hará el tiempo que los lectores pasen leyendo tus entradas y las veces que lo comenten o lo compartan en sus redes sociales.
Una vez más, depende de tu blog. Lo normal, es que un artículo no tenga menos de 600 palabras y más de 3000. Pero, es posible, que tu temática requiera escribir artículos largos, lo que tampoco es muy recomendable, porque los lectores no quieren pasar horas leyendo la pantalla. Puedes tomarte los artículos como una forma de compartir una información. Y no tienes por qué compartirla toda de golpe, crea una serie de artículos sobre un mismo tema. Eso gusta mucho a los lectores y creará dependencia y suscriptores.
O puedes tocar un tema por encima en un artículo, para promocionar un ebook que ahonde más en ello y que los lectores pueden descargar, gratis o pagando. Escribir artículos para tu blog debe ser gratuito, porque nadie te conoce y van a hacerlo a través de tus entradas. Si quieres ganar dinero con tu blog, es algo más a largo plazo que va más allá de escribir artículos.
¿Qué puede enriquecer mi artículo?
Una de las cosas que puedes hacer es insertar links a noticias, blogs o productos relacionados con tu artículo. Tus lectores agradecerán que lo hagas, porque los guías hacia información interesante para ellos o productos que pueden serles útiles.
Y no olvides poner enlaces a contenido de tu propio blog, así conseguirás que los lectores pasen más tiempo leyendo tu propio contenido. Sé cuidadoso cuando propongas tus links, trata de no hacerlo sobre contenido que nada tiene que ver con el tema de ese artículo. Y no tiene por qué ser exactamente relacionado con el artículo, puede ser información complementaria o algo que resulte útil a las personas que buscaban tu artículo.
Piensa que si alguien busca cómo escribir un artículo para su blog, es porque es blogger, y tú estás aquí por eso, ¿no? Si yo tuviera un artículo en mi blog, sobre plugins interesantes para blogs, podría enlazarlo. No tiene que ver con escribir artículos, pero sí con el tipo de lectores que van a leerlo. ¿Lo entiendes?
¿De qué forma puedo hacer que mi artículo despegue?
Lo que un artículo necesita para tener visibilidad, es que los lectores lo compartan, lo lean y lo comenten. Y para eso, tienes que facilitarle las cosas. Ponle fácil el compartir tu contenido. Utiliza plugins, si usas WordPress, para que en tu blog, en los artículos que escribas, aparezcan botones de las redes sociales más utilizadas. Así, los lectores de tu artículo, pueden darle visibilidad a tu blog y lo harán porque les gusta tu contenido, nadie compartiría un artículo del que no ha sacado nada bueno.
Cuando estés terminando las conclusiones de tu artículo, invita a tus lectores a realizar alguna acción. Invítales a compartir tu blog y artículo. Hazles una pregunta para que contesten en los comentarios. O pídeles que te dejen sus dudas para que les des respuesta.
Nunca termines de escribir tu artículo sin hacer un llamado a la acción. El ser humano es un ser que actúa por impulso y por órdenes. Aprovéchalo para crear esa necesidad de comentar algo sólo porque se lo piden. Si no lo haces, es seguro que nadie comentará.
Conclusiones
Como ves, escribir es fácil, pero para escribir un buen artículo para tu blog, que resulte útil a los lectores y que atraiga a esos lectores que buscas, tienes que hacerlo bien. La práctica te convertirá en un gran escritor de artículos, pero mientras sucede, trabaja duro en tu blog y dale mil vueltas a tus artículos para que sean perfectos.
Y no olvides cuidar tu ortografía. No hay nada peor, que leer un artículo en el que encuentras faltas de ortografía. Utiliza correctores online, o de los que estén incluidos en el editor de texto que estés utilizando. Puedes usar Stilus, tiene una modalidad gratuita y otra de pago. También puedes visitar la página de la RAE, puedes comprobar si esa palabra, que tienes en duda, se escribe como crees y significa lo que piensas. Mima bien tus artículos y verás cómo tu blog empieza a crecer.
Y si necesitas un empujoncito para aprender a corregir los artículos que escribas para tu blog, puedes pasarte por este artículo que publiqué hace tiempo. Con él aprenderás a pulir ese texto que has escrito para que brille con luz propia en tu blog.
Puedes echar un vistazo a este blog: She Creates today. En él encontrarás toda clase de recomendaciones, recursos gratuitos, cursos de pago y asistencia personal, para crear ese blog que tienes en mente. Si no tienes muy claro cómo hacerlo, en She Created Today encontrarás todo lo que necesitas, créeme, absolutamente todo.
Si te gusta el mundo de la escritura o sueñas con ser escritor, suscríbete al blog y no te pierdas ninguna publicación. Puedes visitar estos artículos para aprender diferentes formas de trabajar tus historias:
Te invito a echar un vistazo a todas mis entradas aquí.
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Aprende a escribir una novela y conviértela en un Best Seller.
Aprende a escribir una novela y conviértela en un Best Seller.
Si hay algo común, en cualquier empresa que nos embarquemos, es la necesidad de trabajar duro. Escribir no iba a ser menos. Para escribir algo que merezca la pena, es muy necesario trabajar. Tienes que escribir a diario, aunque sean dos párrafos. Porque la escritura crece con la práctica. Y cuanto más escribas, mejor escritor serás.
Aparte del trabajo, es también útil conocer algunas estructuras y conceptos que nos pueden ser de mucha ayuda para cimentar nuestras novelas. Para construir una casa, tenemos que cavar unos buenos cimientos y no empezar a levantarla hasta que esos cimientos estén terminados.
Escribir una novela es lo mismo. Antes de empezar a levantarla, necesitamos haber construido unos cimientos sobre los que sustentarla. Esos cimientos, ese armazón en el que se sostendrá nuestra casa, nuestra novela, es la trama. Y si la trabajamos bien, nos resultará muy fácil escribir una novela que guste y que se lea bien.
A lo mejor eres un escritor espontáneo, y eso de preparar tu novela te hace arrugar la nariz, como si olieras algo nauseabundo. Te pido que no seas tan extremista. Si quieres mejorar y crecer como escritor, deberías estar dispuesto a escuchar cosas con las que no te sientes familiarizado. Yo misma he experimentado esa sensación de ver que tienes que hacer algo, que nunca harías si estuvieras en tu estudio. Asisto a clases de dibujo y el profesor me hace dibujar cosas que nunca hubiera dibujado y hacerlo de manera totalmente opuesta a mi forma de trabajar. Al principio, yo también arrugué mi nariz. Pero hice algo que nunca había hecho: le hice caso. ¿El resultado? Que dibujé como nunca en mi vida había dibujado y me eligieron como la mejor alumna de ese año.
Pero, volvamos al tema que nos ocupa. Los Best Seller. ¿Quién no querría escribir uno? Yo no puedo prometerte que vayas a escribir uno, pero sí que puedo enseñarte cómo lo han conseguido otros.
Si hay algo en común entre los principales Best Seller, son sus estructuras. Y hoy vamos a ver 3 de las más exitosas. Coge papel y lápiz y empecemos.
La curva de Fichtean
En esta estructura, la acción comienza inmediatamente, nada más empezar la lectura. Cuando alcanza el clímax, cae la intensidad y se repite el ciclo. Tenemos continuas subidas y bajadas de tensión, que mantienen al lector en permanente expectación, llamando a su curiosidad.
El conflicto final, el encuentro en el que el villano y el protagonista se enfrentan al fin, suele verse en torno a los dos tercios de la obra. El resto de la obra, la acción es descendente y se va mostrando el cambio ocurrido en la vida del protagonista.
¿Qué tiene de bueno?
Atrapamos al lector de forma que es incapaz de dejar de leer. No dejan de suceder cosas en la obra y pasar la página se convierte en una necesidad. Los personajes permanecen en tensión y no tienen descanso. El lector quiere más. Y eso es lo mejor que nos puede pasar como escritores.
El viaje del héroe
¿Tu libro es de ciencia ficción, terror o fantasía? Esta estructura te va como anillo al dedo.
Puede que sea una de las estructuras más utilizadas a lo largo de la historia de la literatura. Así que, ya sabes, que funciona muy bien. Es una estructura clara y muy fácil de llevar a cabo.
El protagonista empieza en un mundo conocido en el que sucede algo extraño, único, que lo derrumba. Puede que al principio se niegue a aceptarlo, pero al final se ve inmerso en la nueva situación. Muchas veces, sólo aceptan la llamada a la aventura por la intervención de un mentor que los guía. Comienza entonces su lucha contra el antagonista y su entrada a un mundo nuevo y desconocido. Tras muchas luchas y aprendizaje, el héroe se enfrenta al antagonista, con una nueva visión de sí mismo y del mundo que le rodea. El héroe tiene una nueva mentalidad y tiene que volver al mundo conocido, siendo otro.
¿Qué tiene de bueno esta estructura?
Normalmente, son grandes aventuras las que se tejen con esta estructura. A todos nos gusta una aventura y leer sobre ella es casi como vivirla. El ritmo de la historia va creciendo y cociéndose a fuego lento, preparando al lector para lo que viene a continuación. Si usamos esta estructura, tenemos que aprovechar todo el libro para preparar el clímax final y lograr que sea apoteósico y que el lector se sienta satisfecho con la historia y su resolución.
Cuida mucho tu final, es posible que, de hacerlo mal, los lectores desprecien el resto de tu obra. Hazlo bien y querrán más, buscaran otras obras de tu pluma.
In medias res
Es una estructura también clásica. La historia no comienza en el principio. Comienza a la mitad, cuando la acción está en marcha y el principio queda lejos. Lo que sucede antes de ese instante en que empezamos a conocer la historia, se suele ir contando a través de fórmulas como flashbacks, cartas, noticias, recortes de periódicos… hay diversas formas de contarlo. Es una estructura muy utilizada en thrillers, aunque puedes usarla en cualquier tipo de historia. Es una estructura muy exitosa, picamos la curiosidad del lector en la primera página y no se la resolvemos hasta bien entrada la obra.
¿Por qué tiene tanto éxito?
Son novelas en las que la acción ocurre en la primera página, sin tiempo a calentar. Exponemos un suceso que es totalmente inexplicable para el lector. Y no lo va a comprender, a no ser, que lea nuestra novela. Y eso es perfecto, porque un escritor quiere ser leído. Nos aprovechamos de la curiosidad que nos caracteriza a los humanos, para captar toda la atención posible.
Como ves, es posible preparar nuestra novela sobre diferentes estructuras que nos guían a la hora de darle ritmo a la historia. No es necesario que elijas la estructura mirando la temática de tu obra, porque lo que funciona con un tema, puede funcionar con otro. Pero en esta vida moderna, en la que encorsetamos todo y le damos un nombre a cualquier cosa, el mundo editorial también se ha subido a ese carro. Por eso, todas las novelas para adolescentes, se suman a la curva de Fitchean; las policíacas a In medias res; y las de fantasía, al viaje del héroe. ¿Quiere decir que no debas seguir esta norma no escrita? No, puedes seguirla o no. Lo que quiero es que entiendas, que hagas lo que hagas, busca siempre ser tú mismo. Porque tú tienes tu forma de escribir y de tejer tu historia y eso es algo único. Puedes escribir tu thriller usando In medias res, como todos, y aún así lograr originalidad y parecer fresco. Pero sólo lo lograrás si no intentas imitar a nadie.
Aquí tienes las posibilidades, ahora te toca a ti ponerlas en práctica.
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Cómo NO presentar personajes en tus historias
Tiempo. Una palabra, un concepto, una realidad… Como seres vivos, tenemos un tiempo limitado en este planeta. Tenemos que ser realistas y asumir que nunca leeremos todos los libros que deseamos leer. No hay cosa que me dé más rabia, que empezar un libro y que no me apetezca terminarlo. Y cómo introducir los personajes es una de esas cosas con las que hacemos perder su tiempo a los lectores.
Aunque reconozco que sólo hay dos libros, bueno, tres, que he dejado de leer en mi vida:
El primero fue “El enigmático Mr. Quin”, de una de mis escritoras favoritas. ¿El motivo? Creo que hoy puedo decir, que era demasiado joven para leerlo, me aburría, tenía trece años y no lograba avanzar. Lo dejé… y quiero leerlo ahora, pero siempre tengo otro libro que leer.
El segundo fue “La regenta”, lo siento, no pude pasar de la página dos. Me aburría, me producía rechazo y encima era una lectura obligada por la escuela… hoy pienso que fui injusta. El principal motivo por el que dejé de leer era porque me obligaban, cosas de adolescente, supongo. Aunque es cierto que, a diferencia del señor Quin, no quiero saber nada de la regenta ni nada parecido (pero es mi opinión, no lo critico de ninguna forma, sencillamente, hay libros que no son compatibles con algunas personas, igual es algo parecido a la alergia; nadie muere por comer marisco, a no ser que seas alérgico…).
La tercera novela que dejé de leer fue “La reina roja” (la de Aveyard). Un libro de esos de muchos fans, pero, que no cuenten conmigo. No tengo buen recuerdo de esa lectura, la dejé cuando llevaba más de dos tercios, así que no fue porque no le diera una oportunidad. De los tres, ha sido el que más tiempo me robó y el tiempo no se recupera, jamás. Me pareció, tan predecible, que me aburrió sobremanera. Supongo que muchos, que lo habéis leído, no pensáis lo mismo, pero sobre gustos… ya se sabe. Acepto que exista, eso sí, y que sea leído y disfrutado, pero no por mí.
LAS DESCRIPCIONES LARGAS NO ESTÁN MAL, CUANDO SON NECESARIAS, NO POR NORMA. ESCRIBE UNA PRESENTACIÓN ESCUETA PARA TUS PERSONAJES
El caso es, que, a la hora de escribir, tenemos que pensar en eso, en el tiempo que nuestros lectores van a invertir en nuestra obra. Nos van a regalar su tiempo y nosotros tenemos que darle una buena historia que disfrutar.
¿Y qué podemos hacer por ellos? No contarle nada que sea irrelevante. Centrarnos en ese concepto que tanto me gusta: No lo cuentes, muéstralo. Y en uno de los puntos en los que más podemos ahorrar tiempo es en escribir una buena presentación de personajes que participan en su historia, esos que están alrededor del protagonista. Una de las partes qué más debes trabajar, como escritor, es aprender cómo escribir personajes. Así que, vamos a ver a continuación: Cómo no introducir personajes.
El lector es inteligente, no lo tomes por tonto
A la hora de presentar personajes y saber cómo no presentarlos, lo que se suele hacer, es contar una historia previa a la que motiva tu obra, en la que el protagonista y ese personaje tienen una escena en común o el momento en el que se conocieron. ¿Qué podemos hacer para evitarle dos páginas de presentación a nuestros lectores? No contar esa historia, limitarnos a mostrar algo que diga mucho, sin decirlo, de ese personaje.
Por ejemplo:
Estamos contando la historia de una joven que está en una situación de peligro y queremos que el lector sepa que tiene un hijo. Es tentador ponernos a contar cómo conoció al amor de su vida, cómo fue su relación hasta que tuvieron ese hijo. Pero eso nos llevaría páginas. Tiempo, no lo olvides, no se recupera nunca. ¿Qué podemos hacer? Vamos a verlo:
Lucía estaba sola. La corriente no se había llevado su coche, pero no tardaría en hacerlo. No podía dejar de pensar en los ojos de Marcos, cómo la miró aquella mañana, su primer día de colegio, cómo le agarró la mano con sus diminutos deditos.
No estamos indicando que Marcos sea su hijo, pero se puede deducir. Si una madre está a punto de morir, recordará lo que más quiera en su vida. ¿Le hemos ahorrado tiempo al lector? Sí. Y está bien hacerlo en una novela, algo imprescindible en un relato. ¿Está mal ponernos a contar la historia de Lucía, con su hijo, su marido…? No, pero recuerda: TIEMPO.
¿Cómo hemos ahorrado ese tiempo? Hemos descrito cómo miraba Marcos a la protagonista y cómo le sujetaba la mano. El lector puede interpretar que la adoración con la que miraba, es la adoración de un hijo y la forma en que la sujetaba, un intento por aferrarse a alguien muy querido. Y ya está. El lector es inteligente y puede deducirlo. Y además, según la información que demos, estaremos dotando de cierto misterio la historia. No hay que contarlo todo con pelos y señales.
El tiempo es un tesoro
¿Nuestra novela va a superar las 600 páginas? Puede que sí, pero intenta que merezca la pena. No permitas que tu historia sea larga, por el único motivo de necesitar 100 de esas páginas en presentar un personaje. A nadie le interesa saber cuántas estanterías tiene en su casa, el color de las puertas, la disposición de los sillones, la cantidad de ventanas… no gastes páginas en eso. Puedes presentar a un personaje de mil formas diferentes y dar tanta, o más información, sin necesidad de descripciones puramente físicas o espaciales. El lector quiere saber, sí, pero quiere acción y en esos momentos de acción se pueden decir muchas cosas de nuestros personajes.
UTILIZA TODOS TUS SENTIDOS PARA CONTAR LO QUE SUCEDE; APROVECHA EL COMPORTAMIENTO DE LOS PERSONAJES PARA DEJAR CLARO CÓMO SON, ES MUCHO MEJOR MOSTRAR SU ACTITUD QUE EXPLICARLA
En un relato no es algo que importe. En una novela… ya habrá tiempo de contar muchas cosas, y esa es una de las formas que hay que evitar. ¿Cómo NO presentar personajes? Pues no contando su historia desde que asoman la patita en escena. Aprovecha los gestos, lo que siente, lo que recuerda de algo o alguien. Presentar un personaje haciendo uso de su historia, puede llevarnos a robarle al lector; porque les quitamos tiempo que podrían haber empleado en otra historia o en hacer miles de cosas. Acostúmbrate a presentar personajes sin contar su historia, si es necesario que la sepamos, ya la iremos contando, así le damos misterio y el lector seguirá leyendo para saber más.
Deja que el lector se lo imagine
Una de las cosas que más vida le dan a la lectura, es el poder de la imaginación. Dos personas leen la misma obra, y tienen visiones muy diferentes de los personajes. ¿Por qué? Porque le dejamos ese punto de misterios a los personajes, a la hora de escribir. Demasiada información lentifica la lectura y aburre al lector. Pon en práctica eso que se suele decir: si cuentas todo lo que sabes, ya no eres necesario para nada.
TUS LECTORES QUIEREN SABER COSAS DE LOS PERSONAJES, PERO TÚ TIENES QUE DAR ESA INFORMACIÓN CON CUENTAGOTAS PARA MANTENER LA EXPECTACIÓN
Pensar que nuestros lectores no van a sentir conexión con los personajes porque no los hemos descrito al detalle, es un error. Yo diría que, lo que hace que nuestros lectores amen a ciertos personajes, es el misterio, todo eso que no se cuenta de ellos. Cuenta lo básico y deja intuir el resto.
Luis se guardó lo único que conservaba de María en la cartera. Estaba preciosa en aquella foto, con su sonrisa a medio gas y su pelo alborotado.
¿Qué sabemos con esta frase? Que María es alguien especial para Luis y que ya no está con él. ¿Habrá muerto? ¿Lo habrá dejado? Eso es algo que no importa para la historia, importa para entender al personaje, pero no es necesario resolver esa duda. Ya le estamos diciendo al lector que hay alguien importante para él y que de alguna forma ahora está solo. ¿Qué hubiera pasado si nos hubiésemos puesto a contar quién es María y qué pinta en la vida de Luis? Que habríamos llenado toda una página, por lo menos, en lugar de expresarlo en un párrafo. El lector va a sentir pena por él, no necesitamos contarle más, porque ya sabe suficiente.
Recuerda: muestra, no cuentes.
Ejercicio práctico:
Imagina que vas al parque y que allí te encuentras, en una zona de bancos con varias personas. Una de ellas es un amigo de la infancia; dos son desconocidos y están discutiendo entre ellos, llevan un perro de gran tamaño; hay un vigilante del parque que pasea con las manos a la espalda; y a lo lejos, ves acercarse a un viejo conocido que podría ser tu archienemigo, de ser tú un superhéroe. Ahora describe la escena y cada personaje sin hacer uso de ninguna historia previa.-
Piensa bien en cómo vas a presentar a cada personaje y aprovecha todo lo dicho para no introducirlo aprovechando su historia. De eso se trata, de aprender cómo no introducir personajes en tus historias, especialmente en relatos cortos. Ten en cuenta que debes dejar intuir quienes son para el protagonista, esas personas que ya conoce y lo que ve en las que no. Pero ahorra palabras, no las gastes contando historias previas a la que tienes entre manos.
EMPLEATE A FONDO CUANDO PRACTIQUES LA ESCRITURA. APRENDERÁS MUCHO SI TE LO TOMAS EN SERIO
Realiza este ejercicio en no más de veinte minutos. Cuando tengas claro cómo hacerlo, escribe un párrafo corto, no más de media página y si te animas, puedes compartirlo aquí en los comentarios, intentaré leeros a todos.
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¿Te ha pasado que tu protagonista parece no tener vida, que no cambia o que no engancha al lector?
He preparado una guía descargable gratuita con los errores más frecuentes al presentar personajes… y cómo evitarlos. Está pensada para ayudarte a detectar y corregir fallos narrativos sin perder tu estilo.
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