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Consejos para escritores + Cómo escribir un libro

Decálogo del Escritor

Decálogo del Escritor (o de quien se atreve a intentarlo)

selective focus photography of woman holding book
Photo by Leah Newhouse on Pexels.com

Para celebrar que este es el post número 100 del blog he querido buscar algo un poco más especial y personal y después de mucho pensar, me decidí por este decálogo. No es que después de leerlo te vayas a convertir en Cervantes, pero al menos tienes un espacio donde ver que no estás solo y que el camino del escritor es igual para todos. Lo que cambia es la suerte que nos acompaña, que es la que hará que unos tengan éxito y otros no.

Quería darte las gracias a ti, que siempre has estado ahí detrás de la pantalla, haciendo posible que este blog haya llegado hasta aquí.

Así que vayamos ya con estas diez cosas que como escritor debes conocer y que seguro que te hacen sentir comprendido, al menos un poquito más.

1. No te empeñes en ser original.
La obsesión por la originalidad es la primera trampa. ¿Realmente piensas que nadie ha escrito sobre el amor, la muerte o el insomnio antes que tú? No te preocupes: serás original por accidente. Cada palabra, aunque ya gastada, lleva tu huella, y eso es suficiente. La mejor forma de alcanzar este estado es escribiendo. Escribiendo cada día, cada idea que tengas. Si quieres ganar músculo, tienes que repetir una y otra vez los mismos ejercicios. Pues ya sabes, escribe, no dejes de hacerlo nunca y verás que un día, alcanzas tu propio estilo.

2. Prepárate para las miradas desconcertadas.
Explicar que “escribes” como ocupación provoca en algunos la misma cara que si dijeras que buscas unicornios en los montes. Así que ve preparando una lista de respuestas breves y contundentes para cuando te pregunten: “¿Pero de qué vas a vivir?”. Uno puede vivir de muchas cosas. Puede trabajar en algo diferente y además escribir. Todos los que escribimos querríamos poder ganarnos así la vida. No es algo fácil, pero no pienses que es imposible. Siempre tendrás que complementar tu escritura con otra actividad, pero puedes buscar una relacionada con eso de escribir. Y si tienes suerte, ¿quién sabe si darás un buen pelotazo con tu novela y podrás vivir de ella?

3. La inspiración no existe, pero la disciplina es una broma pesada.
Hablar de inspiración como algo espontáneo está pasado de moda; aquí lo que toca es sentarse y escribir, con o sin ganas. Y, sin embargo, sí, habrá días en los que la disciplina te parezca tan esquiva como la misma inspiración. Todo escritor acaba siendo un poco masoquista. Yo pienso que la inspiración existe, sí, pero es como una ola que te ayuda a llegar antes a la orilla. Con trabajo, puedes compensar la falta de inspiración. Entrena la escritura a diario, y pronto verás que esos días en los que falta no serán tan dramáticos.

4. Ama el caos (con moderación).
A tus ideas les gusta aparecer cuando menos lo esperas. Hazte amigo del caos, pero no demasiado: lo ideal es ser desordenado en lo creativo, pero organizado en los archivos, que ya sabemos cómo se pierde el gran manuscrito por no saber en qué carpeta guardaste “borrador_final_finalísimo2.docx”.

Tu mente tiene que ser caótica, el resto no. Yo debo ser la reina del caos. Mis escritorios, el virtual y el físico… mejor no hablo mucho de ellos. No sé, me gusta el caos. Debe ser que disfruto perdiendo cosas y pasando diez minutos buscando eso que escribí ayer y no encuentro.

5. Aprende a querer a tus personajes… aunque a veces te agoten.
Tus personajes te acompañarán día y noche, con sus manías y defectos, hasta que el texto los suelte. Los odiarás, los querrás matar, los harás pasar por las peores situaciones, y al final les pedirás perdón. Es un síndrome de Estocolmo en toda regla.

Además tienes que crear personajes que aguanten otros, porque si tú no los soportas, imagina un lector. No quiere decir que, si el personaje es odioso, tú tengas que hacerlo amable, no. Se trata de que si escribes personajes que no son sólidos, que no se sostienen, el lector lo notará. Y si le coges manía, eso también lo sentirá al leer y dará muy mala sensación.

6. No te encariñes con tus frases favoritas.
Es un golpe duro, pero alguien tenía que decírtelo: esa frase que te parece una obra maestra… probablemente no lo sea. O quizá sí, pero si no aporta nada al texto, tendrá que irse. La belleza también se sacrifica en el altar de la narrativa.

Es muy duro eliminar una parte de tu historia. Con las imágenes tan bellas que has tejido con palabras, ¿verdad? Pues te aguantas. Es así. Para que un árbol crezca y de muchos frutos, hay que podar. Eliminar esas hojas tan bonitas y verdes que parecen tan sanas. Y si quieres que de mucha fruta, también debes eliminar algunas flores, con esos colores y esa delicadeza… lo haces por la obra, por su futuro y el tuyo. ¿Acaso no matas personajes sin dudarlo? Pues eliminar lo que sobra es mucho más importante que eso, así que, endurece tu corazón y sostén el bisturí cuando corrijas y elimina de raíz todo aquello que sobra.

7. Practica el arte de la relectura selectiva.
¿Ese relato que escribiste hace dos años? Es basura, ¿verdad? La escritura es un viaje constante hacia la mejora, y no necesitas recordarte cada error del pasado. Lee para aprender de tus errores; no te quedes con lo que fuiste, porque seguro que ahora eres mucho mejor. Eso que escribiste lo hizo otro escritor, uno inexperto que no sabía nada de la escritura ni de contar historias.

8. Los bloqueos no son tragedias griegas (aunque lo parezcan).
No, el bloqueo no es el fin de tu carrera. No eres el primer ni el último escritor en quedarse en blanco. A veces es sólo una señal de que necesitas distancia, o una buena taza de café, o, sinceramente, un paseo que dure más de diez minutos. Pero no te creas que es sólo cosa tuya, no. Todos lo sufrimos, lo que pasa es que algunos hemos aprendido a vencerlo. Es como esos días que no quieres ir al gimnasio. Esos son los días en que tienes que dar el doble. Porque si de verdad quieres ser escritor, debes darlo todo. Nada te impide escribir más que tú mismo. ¿Qué vas a escribir pura mierda esos días? Lo más probable. Pero escribirás, verás como sí lo haces. Y lo mismo escribes quinientas palabras de bazofia infumable, pero de repente, empiezas una frase y la terminas y te das cuenta de que es perfecta. Escribe, que nada te detenga, ni tú mismo.

9. Acepta que no todos entenderán tu pasión.
No todo el mundo sabe valorar una página bien escrita o una historia que te desvela. Deja que piensen que es un hobby o una manía inofensiva; mientras tanto, tú sigue escribiendo. Y reserva las conversaciones profundas sobre literatura para otros locos como tú.

No vas a convencer a nadie de tu talento porque se lo digas. A quienes tienes que convencer es a tus lectores y para eso tienes que escribir tanto como puedas. Ya sabes que ser escritor no será fácil y que mucha gente no lo entenderá. Por eso lo tienes que tener muy claro y luchar por ello.

10. Y, sobre todo, escribe para ti.
Que las críticas, las dudas y las inseguridades no te hagan olvidar por qué empezaste a escribir. Escribe porque es lo que te hace sentir vivo, aunque a veces te deje agotado. Porque, al final, si no disfrutas de tus propias palabras, ¿quién lo hará?

Yo no sé por qué empezaste a escribir tú, yo lo hice porque quería contar una historia a mi manera. Recuerdo que había una leyenda en mi colegio, que más tarde se convirtió en instituto y que antiguamente fue un internado. Era una leyenda urbana de esas con un fantasma que dejaba una luz encendida. Yo leía mucho terror y pensé en qué había provocado que ese fantasma se quedara allí. Así que me puse a escribir la historia que llevó a eso. Y era mierda, sí, pero me sirvió como puente para escribir otras cosas. Y poco a poco me fue gustando más que leer, incluso.

Y si has llegado hasta aquí, muchas gracias. Infinitos monos lleva funcionando ya algunos años y sois muchos los que me habéis escrito al email para preguntarme sobre escritura. Comentáis menos de lo que me gustaría, pero bueno, no se puede tener todo. Sois unos lectores maravillosos que me hacéis sentir útil y me encanta que me contéis si os ayudan mis artículos y mis guías.

Ha sido un placer llegar hasta aquí, este es mi artículo 100 y espero seguir aquí para celebrar el 200 y que vosotros lo leáis.

Un saludo y muchas gracias por acompañarme,

Lola

Por qué escribir en comunidad te hará mejor escritor

Por qué escribir en comunidad te hará mejor escritor

¿Escribir solo es la única opción? Spoiler: No, y una comunidad de escritores te lo demostrará

«Ah, la imagen del escritor solitario.»

Tú, en tu rincón, con una taza de café (o de té, si eres de los míos), dejándote consumir por las palabras y esperando la visita de las musas. Nadie te entiende, sólo tú y tus personajes. Es ese romanticismo del escritor incomprendido, la imagen que nos venden en las películas: el escritor brillante que, por supuesto, sólo necesita estar a solas, en una habitación oscura para producir la próxima gran obra maestra. Todo muy poético, ¿verdad?

Pero la realidad no es tan bonita. Para muchos, esos momentos de “inspiración solitaria” se ven interrumpidos por largas horas de mirar la pantalla en blanco, golpeando teclas sin sentido, preguntándote por qué demonios te metiste en este lío de escribir, en primer lugar. Y si estás aquí, leyendo esto, lo más probable es que ya hayas experimentado esa sensación de aislamiento, donde te preguntas si lo que estás haciendo tiene algún valor o si deberías dedicarte a otra cosa. Spoiler: todos hemos pasado por ahí.

Y es que la soledad puede ser reconfortante… hasta que deja de serlo. Porque, seamos sinceros, el aislamiento total rara vez genera ideas brillantes. La escritura es un arte, sí, pero también es un proceso lleno de dudas, inseguridades y, sí, bloqueos (ese temido momento en el que parece que las palabras se han ido de vacaciones sin ti). Y aquí es donde entra la verdadera revelación: ¿y si te dijera que estar rodeado de otras personas creativas no sólo no es una herejía, sino que puede ser lo mejor que le pase a tu proceso de escritura?

Suena raro, lo sé. La idea de compartir tus pensamientos y trabajos con otros, de exponerte a opiniones ajenas, puede asustar. Porque, claro, estamos acostumbrados a pensar que escribir es algo muy personal, un proceso que debemos hacer solos, casi como una misión divina que sólo nosotros podemos cumplir. Pero, déjame decirte una cosa: escribir en comunidad puede cambiarlo todo.

Y no me refiero a que te sientes en un café lleno de gente mientras intentas concentrarte en tus pensamientos (aunque, si eso funciona para ti, adelante). Me refiero a tener un grupo de personas con quienes compartir tus ideas, recibir feedback y simplemente no sentirte solo en este viaje de locos que es la escritura. ¿Te imaginas lo que sería tener un espacio donde puedes debatir sobre ese personaje que no acaba de cuajar o esa trama que no sabes cómo cerrar? Un lugar donde otros escritores te entiendan, porque están en el mismo barco que tú.

Sé que la imagen del escritor solitario es muy atractiva. Pero, ¿y si te dijera que ser parte de una comunidad de escritores es aún mejor? No te preocupes, no vas a perder ese rincón íntimo donde tus personajes y tú se encuentran, pero quizás encuentres algo incluso más valioso: el apoyo, la inspiración y la motivación que una comunidad puede ofrecerte.

¿Cuántas veces te has bloqueado?

Déjame hacerte una pregunta: ¿cuántas veces has intentado salir de ese bloqueo por tu cuenta? Seguro que has probado de todo: cambiar de entorno, poner tu música favorita, darte un paseo por la calle… y sí, a veces funciona, pero otras veces te quedas exactamente en el mismo punto, con esa sensación de que no importa lo que hagas, la inspiración no va a regresar por sí sola.

Aquí es donde entra la magia de una comunidad de escritores. Porque, aunque te guste pensar que solo tú puedes salvar tu historia (lo sé, nos pasa a todos), la realidad es que a veces necesitas una perspectiva externa. Alguien que venga, te dé una patada suave (figurativa, claro) y te diga: «Oye, ¿y si lo miras desde este ángulo?».

Y ahí está el truco: muchas veces estamos tan metidos en nuestra propia cabeza, tan involucrados en nuestra historia, que dejamos de ver las opciones evidentes.

Lo curioso de las segundas opiniones es que te sacan de tu propia perspectiva limitada y te muestran que hay otras maneras de abordar un problema. Lo que para ti parecía una pared insalvable, para otro puede ser sólo un obstáculo fácil de esquivar. Y lo mejor es que no necesitas que te den la solución completa (¡aunque a veces ocurre!); basta con que te den una pequeña chispa, una nueva dirección, para que el bloqueo empiece a deshacerse.

Piénsalo: ¿cuántas veces has compartido una idea, esperando un simple comentario, y has recibido una respuesta que te hace replantearte toda la escena? Ese es el poder de las segundas opiniones: son refrescantes, a veces sorprendentemente simples, y, lo mejor de todo, te sacan del agujero en el que estabas metido.

Por eso, tener una comunidad de escritores que pueda ofrecerte ese feedback sincero y sin filtros puede ser lo que necesitas.

Feedback sincero (y necesario): No todo es perfecto, pero eso está bien

¿Te ha pasado alguna vez que terminas un capítulo y piensas: «Esto es oro puro», que has dado con la idea del siglo, la trama del milenio? Te acuestas con esa satisfacción de haber escrito algo brillante y, al día siguiente, te levantas con una sonrisa de autosuficiencia. Pero luego lo relees… y te preguntas en qué momento se te ocurrió que esa chapuza era una obra maestra.

Sí, escribir es así. Nos juega malas pasadas. En un momento estás flotando en una nube de autocomplacencia, y al siguiente te estrellas contra el suelo con la dura realidad: tal vez no es tan bueno como pensabas. Y no pasa nada, aunque tú creas que se acabó todo para ti.

Porque, seamos realistas, nadie escribe algo perfecto a la primera. No tú, ni yo, ni el autor de ese best-seller que tanto te gusta. El primer borrador es, como suele decirse, sólo eso: un borrador. Y como todo borrador, está lleno de pequeñas (o grandes) imperfecciones. Ahí es donde entra en juego una de las herramientas más valiosas para cualquier escritor: la opinión sincera.

Ahora bien, no hablo de esas opiniones en las que todo el mundo te dice lo maravilloso que es tu texto. Porque, aunque reconfortante, eso no te ayuda a mejorar. Lo que necesitas es esa crítica constructiva que, aunque duela un poquito, te empuja a dar lo mejor de ti. Ese feedback que te hace replantear tus decisiones narrativas, que señala los puntos débiles que tú, inmerso en tu propia historia, no habías visto.

Imagina esta escena: acabas de escribir una escena clave y estás convencido de que es lo mejor que has hecho. Se lo envías a un amigo escritor en busca de feedback, esperando que te diga lo genial que es. Pero en lugar de eso, te dice: «Está bien, pero la motivación del personaje aquí no tiene sentido» o «Este diálogo suena un poco forzado». Y tu primera reacción, por supuesto, es negarlo en tu mente. «¿Cómo que no tiene sentido? ¡Está clarísimo!»

Pero luego te tomas un momento, respiras hondo y lo miras desde otra perspectiva. Y, ¡oh sorpresa! Tu amigo tenía razón. Tal vez ese diálogo sí suena un poco forzado. Tal vez esa escena sí necesita ajustes. Y es ahí cuando te das cuenta de la importancia de tener a alguien que te diga las cosas tal como son, sin edulcorarlas. Porque mejorar como escritor implica aceptar que no todo lo que escribes es perfecto, y que está bien así.

El feedback sincero es como un espejo que te obliga a ver tu obra desde un ángulo que habías ignorado. Y aunque en el momento pueda ser un golpe para el ego, es lo que te ayudará a crecer, a ser mejor. Porque, al final, la escritura no se trata de impresionar a los demás con palabras bonitas, sino de contar una historia que tenga sentido, que esté bien construida y que le diga algo a los lectores.

Puedes seguir escribiendo en tu rincón, pensando que todo lo que haces es perfecto, pero si no te enfrentas a la crítica constructiva, nunca verás dónde podrías mejorar.

Así que la próxima vez que alguien te diga: «Esto está bien, pero puedes hacerlo mejor», en lugar de sentirte herido, agradece esa ducha fría. Tu historia, y tú, lo agradeceréis.

No todos ven el mundo como tú (y menos mal)

A veces, cuando te sumerges en tu propio proceso creativo, es fácil caer en la trampa de pensar que tu forma de ver el mundo es la única válida. Después de todo, tú conoces a tus personajes, tu trama y tu universo mejor que nadie, ¿verdad? Pero permíteme ser un poco directa aquí: no es así. Y menos mal.

La realidad es que cada uno de nosotros vive la vida desde su propio filtro, basado en nuestras experiencias, creencias, y esa mezcolanza de factores que nos hacen ser quienes somos. Y si bien eso puede ser lo que hace tu escritura única, también puede convertirse en una limitación. Porque, por más que te esfuerces, no puedes verlo todo. No puedes prever todas las reacciones posibles, ni anticipar cómo una historia puede impactar en alguien que viene de un contexto completamente distinto al tuyo. Igual no entiende lo que querías decir y debes abordarlo de otra forma para que todos lo entiendan.

A veces, escribir puede ser un acto solitario, sí. Pero contar historias no debería serlo. Porque las mejores historias, las que realmente conectan con los lectores, son aquellas que reconocen que no todos vemos el mundo de la misma manera. Hablo de las diferentes formas de ver el mundo, de las distintas maneras de interpretar una situación, un conflicto o incluso una emoción. Tu deber como escritor es aspirar al arquetipo. Busca siempre que tus historias sean universales y escribirás obras que vivan años.

Es curioso, porque al principio, puede que te dé un poco de miedo compartir tu trabajo y recibir comentarios que cuestionen tu visión. Pero, al final del día, es eso lo que hará que tu historia brille con más fuerza. Esa capacidad de aceptar que no todos ven las cosas como tú, y de integrarlo en tu narrativa, es lo que te convertirá en un mejor escritor.

Porque no siempre es fácil

Hablemos claro: escribir no es siempre divertido. Hay días en los que las palabras fluyen como un río caudaloso, y te sientes como si pudieras conquistar el mundo con tu historia. Pero, llega el día, que será la excepción, no la regla, pero llegará. La mayoría de las veces, escribir es más bien como tratar de sacar agua de un pozo seco: frustrante, agotador y lleno de dudas. Y cuando esos días malos se acumulan, es imposible no preguntarse por qué demonios lo haces.

Esos momentos en los que te miras al espejo y piensas: «¿De verdad quiero seguir con esto? ¿No sería más fácil dejarlo todo y dedicarme a la jardinería o, no sé, a coleccionar bolsas de té?» Sí, lo sabemos, todos hemos estado ahí.

Escribir no es fácil, nunca lo ha sido. No importa cuántos manuales de escritura leas ni cuántos trucos intentes aplicar para mejorar tu productividad, siempre habrá momentos de agotamiento, de frustración, de duda. Y es normal. Es parte del proceso. Pero lo que realmente marca la diferencia es cómo lidias con esos momentos.

Y aquí es donde tener una comunidad de escritores a tu alrededor puede cambiarlo todo. Porque cuando estás solo, lidiando con tus inseguridades, es fácil sentir que eres el único que lo pasa mal. Que todos los demás escritores están disfrutando del proceso y tú eres el único que sufre. Pero la verdad es que no estás solo en esto. Todos pasamos por lo mismo. Y tener una comunidad que entienda lo que sientes puede ser un verdadero salvavidas.

No es sólo  recibir consejos sobre cómo mejorar tu escritura. A veces, lo que necesitas no es que te digan cómo solucionar un problema técnico. Lo que necesitas es que alguien te diga: «Tranquilo, esto también pasará». Saber que hay otros que han pasado por lo mismo y han salido adelante es un consuelo enorme. Porque cuando te sientes agotado, cuando las dudas te abruman, lo último que necesitas es sentir que estás solo en ello.

La escritura puede ser un acto solitario, pero no tienes que lidiar con todo el peso emocional por tu cuenta. Cuando formas parte de una comunidad de escritores, tienes la oportunidad de compartir tus frustraciones, tus miedos, tus dudas, con personas que realmente lo entienden. Y, lo más importante, tienes a gente que te puede dar esa palmada en la espalda cuando más lo necesitas. Porque a veces lo que más necesitamos no es un consejo técnico, sino saber que no somos los únicos que estamos luchando.

¿Listo para plantar tus historias con otros?

La escritura puede ser solitaria, pero no tiene por qué serlo. Sí, claro, a veces necesitas esos momentos a solas con tus personajes, encerrado en tu mundo. Pero, como hemos visto, escribir no tiene por qué ser un viaje solitario y oscuro. Encontrar una comunidad de escritores es como descubrir un invernadero, un espacio donde tus ideas, tus dudas y tus historias pueden crecer y florecer bajo el cuidado adecuado. Un lugar donde, cuando sientas que no puedes más, habrá otros jardineros de palabras listos para ofrecerte ese riego de motivación o esa luz de perspectiva que te hacía falta.

Escribir es un proceso largo, lleno de altos y bajos, y lo último que necesitas es hacerlo en completo aislamiento. Al final escribir es algo que harás solo, pero también es escribir detenerte a pensar en tu historia, en tus personajes, en la trama…

Si estás buscando un lugar donde cultivar tus relatos junto a otros, te invito a unirte a mi grupo de Facebook. Está recién creado, igual hasta eres el primero en unirte. Pero ¿sabes qué? Las grandes historias siempre comienzan con una pequeña semilla. Y como todo buen jardín, esto también crecerá con tiempo, dedicación y, sobre todo, con la colaboración de todos. ¿Te atreves a plantar la tuya con Infinitos monos?

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La mente del villano

La mente del villano

¿Te gustan las historias donde el mal lleva el timón (al menos por un rato)? Hoy nos vamos a sumergir en los oscuros y retorcidos pasillos de «la mente del villano». Sí, amigo, esa esquina en la narrativa donde la moralidad se pone patas arriba y donde encontrarás más capas que en una cebolla de las que hacen llorar. El héroe de una historia es el protagonista (y por supuesto no indica que tenga que ser bueno, no estamos hablando de la definición de héroe) y hay algo irresistible en esos personajes que deciden cruzar la línea… y seguir caminando.

Ya sabes, los villanos tienen esa mala fama de arruinar planes, de ser la piedra en el zapato de nuestro protagonista y, en ocasiones, de lucir ropas mucho más atrevidas. Pero, ¿qué hay detrás de esa sonrisa malévola, de esos planes de conquista mundial o de la sencilla necesidad de hacer la vida imposible a nuestro héroe (el bueno)? Hoy no vamos a contentarnos con el típico «nació malo y fin de la historia». No, señor, vamos a poner bajo el microscopio esas mentes villanas para entender realmente qué les hace tic y por qué a veces, sólo a veces, terminamos entendiéndoles… o incluso simpatizando con ellos.

¿Estás listo para este viaje? Pues ajústate el cinturón (y la capa, para el que la lleve), porque vamos a explorar desde los rincones más oscuros de la psicología villanesca hasta esos momentos de lucidez que nos hacen preguntarnos: «Al final, ¿quién es el verdadero villano aquí?». Y quién sabe, quizá al final de este artículo, alguno empiece a mirar con otros ojos a ese antagonista de vuestra novela en proceso. Porque, al fin y al cabo, hasta el más temido villano tiene su historia, y a veces, es tan cautivadora como la del héroe.

Así que, sin más preámbulos, acompáñame en este intrigante viaje al corazón (oscuro) de «la mente del villano». Y recuerda, en el mundo de la escritura creativa, entender a tu antagonista puede ser la clave para una historia inolvidable. ¿Listos? ¡Allá vamos!

Orígenes del Villano

Ahora que estamos a bordo de esta aventura, vamos directos al principio de todo: los orígenes de nuestros queridos villanos. Porque detrás de cada mirada fría, cada risa malévola, hay una historia, amigos míos. Y no hablamos de esas historias donde simplemente despiertan un día y deciden que dominar el mundo es su nueva afición. No, estamos escarbando más profundo.

Imagina por un momento que estás en una cena elegante. Al otro lado de la mesa, un villano de manual. ¿Qué le llevó a ser el personaje que hoy desayuna maldad con el café? ¿Fue un corazón roto en la adolescencia? ¿Un sueño que se volvió pesadilla? ¿O quizás, y aquí viene lo jugoso, descubrieron que el mundo no era tan blanco y negro como les habían contado?

Cada villano tiene su chispa, ese momento decisivo. Puede que fuese una injusticia que les mostró que el mundo sólo favorece a los que juegan sucio. O tal vez, una pérdida tan grande que el vacío les empujó a llenarlo con la única cosa que sentían: ira. Estos momentos son cruciales porque nos dan una ventana a «la mente del villano», permitiéndonos entender que, en muchos casos, la villanía no es más que un grito en la oscuridad, una manera torcida de buscar justicia o amor en un mundo que parece haberles abandonado.

Ahora, no estoy diciendo que vayáis a justificar sus acciones después de conocer sus orígenes. Al fin y al cabo, elegir ser el malo de la película es sólo eso, una elección. Pero entender el porqué detrás de esa elección… Eso, queridos lectores, es oro puro a la hora de crear personajes tridimensionales y memorables. Porque un villano que simplemente es malo por serlo puede funcionar en una caricatura, pero en la literatura que nos roba el corazón (y a veces hasta el sueño), buscamos algo más.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a crear el antagonista de tu historia, pregúntate: ¿qué lo llevó a ser el personaje que hoy es capaz de poner los pelos de punta con sólo entrar en la escena? Un buen villano aporta mucho a tu historia, hace que el protagonista brille con luz propia. Porque, al final, todos somos el villano en la historia de alguien más.

La Moralidad Ambigua

Tras echar un vistazo a los orígenes de nuestros adorados antagonistas, es hora de zambullirnos en las aguas turbias de la moralidad ambigua. Y es que, amigo, el mal puro y duro, sin más, está pasadísimo de moda. Los villanos que realmente perduran, esos que nos hacen cerrar el libro y mirar al infinito reflexionando sobre la vida, el universo y todo lo demás, son aquellos cuyas acciones nos hacen preguntarnos: “¿Y si tiene razón?”

La moralidad ambigua es ese terreno pantanoso donde las acciones del villano se entienden, e incluso podríamos vernos haciendo lo mismo en sus zapatos. No hablamos de justificar el fin del mundo con un chasquido, pero sí de entender que, en su mente, lo que hacen es por un bien mayor o por una razón justificada para ellos. Quizás están tratando de salvar a su pueblo, evitar un mal mayor, o simplemente luchan contra un sistema que los ha machacado sin piedad.

Aquí es donde “la mente del villano” se pone interesante. Imagina por un momento que estás en su lugar, con su historia, sus pérdidas, sus ideales. ¿No te resulta tentador pensar que, tal vez, harías lo mismo? Esta es la magia de los villanos con moralidad ambigua. Nos obligan a cuestionar nuestras propias líneas rojas y a reflexionar sobre qué es lo correcto y lo incorrecto, demostrando que el mundo rara vez es blanco y negro.

Por ejemplo, pensemos en aquellos villanos que, a pesar de sus métodos cuestionables, buscan la igualdad, la justicia o la libertad. En su cabeza, el fin justifica los medios. Y aunque como sociedad no podamos aceptar sus acciones, no podemos evitar sentir un pellizco en el corazón al entender sus motivaciones. Es ese “¿Y si…?” lo que los hace inolvidables.

Abrazar la moralidad ambigua al crear a tus villanos les aporta humanidad y añade capas de complejidad y debates morales que harán que tus lectores se devanen los sesos. Y, vamos, ¿a quién no le gusta un buen debate interno sobre la naturaleza del bien y el mal después de una intensa sesión de lectura? Provoca ese “chispazo” en la mente de los lectores, que tengan que cuestionarse su propia moralidad.

Así que, cuando te sientes a escribir y darle vida a ese antagonista, recuerda que su fuerza no reside en cuánto mal puedan hacer, sino en cómo sus acciones desafían la percepción del lector sobre la moralidad, el sacrificio y la justicia. Dale a tu público ese villano que los hará amar odiarlo, pero, sobre todo, que los hará pensar.

Evolución del Villano

Y aquí estamos, en la última parada de nuestro viaje a través de los recovecos de «la mente del villano»: su evolución. Porque, ¿qué sería de nuestros villanos si se quedaran estancados en su maldad, sin crecer, cambiar o, en algunos casos, caer aún más profundo en sus abismos personales? La evolución de un villano es el toque final que puede elevar una historia de buena a inolvidable.

Verás, un villano que experimenta un arco de desarrollo a lo largo de la narrativa se siente más real y enriquece la trama de maneras inesperadas. Puede que comience siendo el mal encarnado, pero a medida que avanza la historia, quizás empiece a cuestionar sus motivos, su método, o incluso su objetivo final. Este proceso de introspección y cambio puede ser fascinante de explorar, ofreciendo a los lectores una visión más profunda de la psicología del personaje.

Por otro lado, tenemos a aquellos villanos cuya evolución toma un camino más oscuro. Su confrontación con el protagonista, los fracasos, las traiciones, pueden empujarlos a extremos aún más malévolos. Esta espiral descendente es igualmente cautivadora, mostrando cómo la obsesión, el poder o la venganza pueden consumir completamente a una persona.

Lo más importante aquí es que la evolución del villano debe sentirse orgánica y justificada dentro del contexto de la historia. No se trata de cambiar por cambiar, sino de permitir que las experiencias del personaje moldeen su visión del mundo y sus acciones. Ya sea a través de la redención, la caída o incluso un final trágico donde el villano reconoce su derrota, estos momentos de cambio son clave para un personaje tridimensional y memorable.

Entonces, al dar forma a tu villano, piensa en su trayectoria. ¿Cómo le afectan los eventos de la historia? ¿Se enfrenta a algún dilema moral que lo haga replantearse su curso? ¿Hay algo o alguien que pueda influir en su evolución? Estas preguntas te ayudarán a crear un villano convincente.

Bueno, amante de las historias donde la oscuridad y la luz danzan en un eterno vaivén, hemos llegado al final de nuestro viaje exploratorio por «la mente del villano». Desde sus orígenes cargados de tragedia hasta sus complejas evoluciones, espero que este recorrido te haya abierto los ojos a la riqueza y profundidad que estos personajes pueden aportar a vuestras historias. Porque, recordemos, un villano bien construido es el motor de conflictos y un espejo que refleja las facetas más oscuras y complejas de nuestra humanidad.

Pero no quiero que la conversación termine aquí. ¿Qué te parecen estos retorcidos personajes? ¿Tienes algún villano favorito o quizá estás en el proceso de dar vida a uno? ¡Queremos escucharos! Deja tus comentarios abajo y comparte tus reflexiones y experiencias. Tus opiniones son el alma de este blog, y cada comentario nos ayuda a crecer y a seguir ofreciendo contenido inspirador.

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No lo olvides, cada villano, cada héroe, cada trama que imaginas, tiene el potencial de convertirse en algo único y transformador, tanto para ti como para tus lectores. Así que sigamos escribiendo, explorando y, por supuesto, soñando con esos mundos que esperan ser descubiertos.

¡Hasta la próxima aventura, queridos creadores de mundos y tejedores de sueños!

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9 Tópicos Que Evitar en Tus Historias Románticas

Explora los clichés más comunes en las historias de amor y cómo darles un giro único.

9 Tópicos Que Evitar en Tus Historias Románticas

Ah, el amor… ese sentimiento universal que ha inspirado epopeyas, tragedias y, por supuesto, el motivo por el cual recibimos tantas invitaciones a bodas, que casi podríamos abrir una papelería con ellas. Pero, queridos escritores, antes de lanzaros a la piscina de la narrativa romántica, hay ciertos tópicos que, como el perejil de todas las salsas, han sido explotados hasta el hartazgo. Vamos a explorar, con una sonrisa en los labios y quizás una lágrima en el teclado (de la risa, claro), esos 9 clichés que sería mejor evitar en vuestras historias románticas. Así que, vamos a empezar a conocer esos 9 tópicos que evitar en tus historias románticas.

1. Amor a primera vista: Más visto que el “TBO”

Sí, lo sabemos, el amor a primera vista es tan romántico como inverosímil. ¿Cuántas veces hemos leído esa escena en la que sus miradas se cruzan y zas, flechazo instantáneo? Si bien puede ser el inicio de una linda historia, apostar por el desarrollo de una relación más creíble puede resultar mucho más gratificante. ¿Y si en lugar de amor a primera vista, experimentan un «interés moderado a primera vista» que se convierte en amor? Al menos, evitaréis que vuestros lectores terminen con los ojos apuntando al cielo.

Ejemplo: En el momento en que Lucas entró al café y sus ojos se encontraron con los de Marta, algo mágico sucedió. Fue como si un rayo los atravesara a ambos, sellando su destino. A partir de ese instante, Lucas supo que Marta era «la elegida»… a pesar de que lo único que había hecho era pedir un café con leche.

Este artículo se titula 9 tópicos que evitar en tus historias románticas, ya hemos visto el primero, así que vamos con el segundo.

2. El triángulo amoroso: Porque dos son compañía, pero tres son un lío

El pan nuestro de cada novela romántica: el triángulo amoroso. Tan inevitable como encontrarse con que el último trozo de tarta ha desaparecido misteriosamente de la nevera. ¿Es realmente necesario que siempre haya una tercera persona esperando en las sombras para complicar las cosas? Explorad otros conflictos y desafíos en vuestras historias. Hay más problemas en el cielo y en la tierra que pueden poner a prueba una pareja incipiente o consolidada.

Ejemplo: Sandra estaba perdidamente enamorada de Alejandro, su compañero de trabajo. Sin embargo, la repentina llegada de Carlos, el nuevo jefe del departamento, pone a prueba sus sentimientos. Carlos es encantador, y parece tener un interés especial en Sandra. Ahora, Sandra debe elegir entre el amor seguro de Alejandro y el excitante pero incierto encanto de Carlos. Una premisa muuuuuuuy original, nunca vista.

3. El malentendido que se resuelve hablando: El silencio no es oro, es un problema

«Ay, si hubieran hablado cinco minutos en el capítulo tres, nos habríamos ahorrado trescientas páginas de angustias». Este tópico es tan común que ya nos preguntamos si los personajes han oído hablar de la comunicación como base de la relación. Evitemos que un WhatsApp perdido o un email en la carpeta de spam sean el villano de nuestra historia. La comunicación efectiva también puede ser romántica, ¡y evita malos ratos!

Ejemplo: Después de ver a su novio Daniel hablando con una mujer desconocida en una fiesta, María decide que él le es infiel y rompe sin pedir explicaciones. Doscientas páginas más tarde, descubre que la mujer era su prima, recién llegada de Australia. Si sólo hubiera preguntado…

4. El rescate justo a tiempo: ¿Superhéroe o pareja romántica?

Nuestro personaje principal siempre llega en el momento justo para salvar a su amado/a de una situación peliaguda. Aunque el heroísmo tiene su encanto, confiar siempre en este recurso puede restarle verosimilitud a los personajes, especialmente si uno siempre está salvando al otro. ¿Qué tal si, en lugar de rescatarlos de villanos o desastres, se rescatan mutuamente de situaciones cotidianas? Eso sí sería amor del bueno.

Ejemplo: Justo cuando un ladrón está a punto de robar a Emma en un oscuro callejón, aparece David, su interés amoroso, para noquear al ladrón y salvar el día. Emma tiene tendencia en verse envuelta en toda clase de sucesos en los que su vida corre peligro; y este evento la convence de que David es su héroe personal y verdadero amor.

Llevamos 4 de los 9 tópicos que evitar en tus historias románticas que te prometí en el inicio, sigamos.

5. La transformación por amor: De patito feo a cisne gracias al amor verdadero

Este tópico bien podría ser patrocinado por películas de los años 90 y novelas de hace dos siglos. La idea de que alguien debe cambiar radicalmente su apariencia o personalidad para ser digno de amor está algo anticuada y cada vez tiene menos sentido. Amemos a nuestros personajes tal y como son, y dejemos que el amor en nuestras historias nazca de la admiración mutua y no de una transformación al estilo Cenicienta. Pero no te pongas a demonizar obras de otra época en la que utilizan este recurso, y estoy pensando en Grease; no mires esta historia por todos los tópicos que tiene, porque, aunque estemos hablando de todo lo que no se debe hacer, hay obras que lo hacen tan bien, que el resultado es bueno. Esa es la gracia de esta historia, los tópicos.

Ejemplo: Elena siempre ha sido vista como la «nerd» del grupo hasta que decide conquistar a su compañero de universidad, Miguel. Después de un cambio radical de look y de adoptar un nuevo estilo de vida, Miguel finalmente la “ve”. ¿Pero es el amor de Miguel real o sólo por su apariencia?

6. El villano que hace posible el amor: La excusa perfecta para unir a los protagonistas

Nada como un buen villano para unir a dos almas destinadas, ¿verdad? Este recurso, tan manido como el argumento de una telenovela de sobremesa, sugiere que sin una fuerza externa maligna, nuestros enamorados jamás se darían cuenta de sus sentimientos. Pero, ¿y si en lugar de depender de un antagonista para encender la chispa, permitimos que la relación florezca a través de sus propias vivencias y decisiones compartidas? Así, en lugar de dedicar páginas a desvelar el maquiavélico plan de turno, podríamos explorar la complejidad de una relación que se fortalece por sí misma.

Ejemplo: Ana y Roberto siempre se han llevado como el perro y el gato. Sin embargo, cuando un competidor desleal amenaza con arruinar sus respectivas empresas familiares, se ven obligados a trabajar juntos. A través de su alianza forzada, descubren el amor verdadero, uniendo sus fuerzas (y empresas) contra el adversario común.

7. Amor prohibido: Romeo y Julieta ya pasaron de moda

El amor imposible, ese viejo amigo que todos conocemos. Familias enfrentadas, diferencias de clase, planetas en guerra… Cualquier excusa es buena para mantener a nuestros enamorados separados. Aunque el conflicto es esencial en la narrativa, basar la trama únicamente en la imposibilidad de estar juntos puede resultar tan predecible como un menú del día. ¿Qué tal si, en vez de centrarnos en lo que los separa, exploramos los desafíos y alegrías de lo que significa estar juntos a pesar de las adversidades? Lo cierto es que algunos tópicos sí funcionan en obras de época, porque hubo tiempos en los que el amor era lo que menos importaba, pero, a la hora de crear tu trama, tienes que ser consciente del contexto de la misma.

Ejemplo: Julia, una joven de familia aristocrática, se enamora de Marco, el jardinero. Sus familias se oponen ferozmente a la unión, citando diferencias de clase y estatus social. A pesar de los bellos momentos compartidos en secreto, la presión familiar es tan intensa que su amor parece condenado desde el principio.

Ya son 7 de 9 tópicos que evitar en tus historias románticas, casi hemos terminado.

8. El final feliz obligatorio: Porque en el amor, todo vale… ¿o no?

Todos queremos un final feliz, pero, ¿debe ser siempre el mismo? Casarse, tener hijos y vivir en una casa con jardín parece el único destino posible para nuestras parejas. Sin embargo, la felicidad puede tomar muchas formas. Algunas historias podrían terminar con los personajes simplemente aprendiendo algo valioso sobre sí mismos o encontrando la paz en su situación. Expandir nuestra definición de «final feliz» puede ofrecer finales mucho más satisfactorios y realistas que el típico «y vivieron felices para siempre».

Ejemplo: Después de superar innumerables obstáculos, incluidos desastres naturales, malentendidos y la oposición de sus familias, Laura y Carlos finalmente se casan en una ceremonia espectacular, compran la casa de sus sueños y tienen tres hijos, todo ello en las últimas páginas del libro, asegurando que su amor verdadero supera cualquier dificultad.

9. El cambio de opinión milagroso: De odiarse a amarse sin escalas

Este cliché es tan viejo como el tiempo: dos personajes que no pueden soportarse de repente se dan cuenta de que, en realidad, están locamente enamorados. Si bien la tensión entre personajes puede ser una herramienta narrativa eficaz, el cambio de «no te soporto» a «eres el amor de mi vida» necesita ser creíble y estar bien desarrollado. Las relaciones, incluso en la ficción, requieren tiempo, esfuerzo y una evolución que convenza al lector de su autenticidad.

Ejemplo: Lorena y Diego son rivales en el bufete de abogados donde trabajan, compitiendo siempre por ser el mejor. Sin embargo, después de quedar atrapados en un ascensor durante horas, descubren que tienen mucho en común y que su odio mutuo era en realidad una fachada para ocultar sus verdaderos sentimientos. Al día siguiente, deciden dejar de lado su rivalidad y comienzan una relación amorosa, olvidando mágicamente todas las peleas y desplantes anteriores.

Dale un giro a las historias de amor evitando estos clichés. ¡Descubre cómo en nuestro último artículo!

Y así, queridos lectores y aspirantes a Cupidos literarios, concluimos nuestro viaje a través de los tópicos románticos más trillados. Han sido 9 tópicos que evitar en tus historias románticas. Recordad, el objetivo no es evitar a toda costa estos clichés, sino abordarlos con frescura, originalidad y, sobre todo, un profundo entendimiento de lo que hace que una historia de amor sea memorable y única. Porque al final, si hay algo que el mundo nunca tendrá suficiente, es de historias de amor bien contadas. ¡A escribir se ha dicho!

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7 Consejos para Tejer Conflictos Épicos

Ilustración de una antigua máquina de escribir y páginas manuscritas con símbolos de conflictos, evocando la complejidad de crear historias cautivadoras.
Descubre cómo la maestría en la creación de conflictos puede transformar tus historias, llevándolas de lo ordinario a lo extraordinario. ????✨ #EscrituraCreativa #Narrativa

7 Consejos para Tejer Conflictos Épicos en tu Narrativa

El conflicto es el corazón de cualquier historia, es lo que propulsa narrativa y el caldo de cultivo donde se desarrollan los personajes. Piensa en esas epopeyas clásicas que han sobrevivido hasta hoy, como «La Odisea» de Homero, donde el conflicto no sólo se manifiesta en la lucha de Odiseo por regresar a casa, enfrentándose a dioses caprichosos y monstruos temibles, sino también en sus batallas internas, como su deseo de regresar junto a Penélope frente a las tentaciones que encuentra en su viaje. Este conflicto transforma una travesía marítima en una obra maestra literaria, capturando la imaginación del lector y evocando una amplia gama de emociones. En este artículo, 7 Consejos para Tejer Conflictos Épicos, vas a aprender a crear la trama perfecta.

En la literatura moderna, encontramos ejemplos igual de potentes. Consideremos «1984» de George Orwell, donde el conflicto trasciende la lucha individual de Winston contra el Estado opresivo; se adentra en el conflicto interno entre la aceptación de la realidad impuesta y el anhelo de una verdad y libertad que parece inalcanzable. Estos conflictos internos y externos tejen una narrativa rica que desafía al lector a reflexionar sobre temas de libertad, vigilancia y realidad.

Aprender a tejer conflictos épicos dentro de tu narrativa es esencial para crear historias que aniden en la memoria de tus lectores. Pero, ¿cómo lograrlo? ¿Cómo crear esos momentos de tensión que mantienen a los lectores pendientes, ansiosos por descubrir qué sucederá a continuación? La clave está en comprender que el conflicto va más allá de simples desacuerdos o enfrentamientos. Reside en la misma esencia de nuestros deseos, temores y aspiraciones más profundos.

Imaginemos por un momento la intensa batalla de voluntades entre Sherlock Holmes y Moriarty, una rivalidad que trasciende el mero acto de frenar al criminal. Se convierte en un duelo de ingenios, donde cada uno representa los extremos de la moralidad y la amoralidad. Tu tarea como escritor es lograr encontrar esos conflictos que enriquezcan tu historia.

Vamos a ver esos 7 consejos para tejer conflictos épicos en tu narrativa.

Una lupa resalta palabras clave en manuscritos, simbolizando la búsqueda del conflicto central en la escritura creativa.
En el núcleo de cada gran historia yace un conflicto poderoso. Aprende a descubrirlo y darle vida. ????️‍♂️???? #DesarrolloDePersonajes #ConsejosDeEscritura

1. Identifica el Conflicto Central:

El núcleo de cualquier narrativa vibrante y atrapante se halla en su conflicto central. Este conflicto actúa como el motor que impulsa la trama, modela a los personajes y mantiene a los lectores comprometidos. Pero, ¿cómo se identifica y se construye este conflicto esencial?

Ejemplo Clásico:

Tomemos, por ejemplo, «El Señor de los Anillos» de J.R.R. Tolkien. El conflicto central de esta obra épica no es meramente la lucha entre las fuerzas del bien y del mal. A un nivel más profundo, se trata de la batalla interna de los personajes contra la corrupción del poder que el Anillo representa. Este conflicto ayuda al desarrollo de los personajes y a que el lector los conozca a medida que avanza la trama.

Definición Clara:

La claridad es clave al definir tu conflicto central. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente está en juego? ¿Es la supervivencia de tu protagonista, la destrucción de un mal abrumador, o la búsqueda de identidad?

Originalidad y Relevancia:

Mientras exploras el conflicto central, busca originalidad y relevancia. Pregúntate cómo tu conflicto puede reflejar o comentar sobre cuestiones universales o contemporáneas. ¿Cómo puede tu historia proporcionar nuevas perspectivas sobre dilemas antiguos o actuales?

Desarrollo Orgánico:

Tu conflicto central debe desarrollarse y evolucionar de manera orgánica a lo largo de la narrativa. No todas las facetas del conflicto deben revelarse de inmediato. Hay que dejar madurar a historia y que fluya naturalmente.

Un puente conecta dos acantilados, representando la unión de conflictos personales y universales en la narrativa.
7 Consejos para Tejer Conflictos Épicos. Explora cómo los conflictos personales y universales se entrelazan para crear narrativas ricas y multifacéticas.

2. Conflictos Personales y Universales:

Una buena trama no debe centrarse únicamente en un personaje, debe abarcar mucho más, cómo es la relación del protagonista con su entorno, lo que lo mueve, lo que lo paraliza, quién le ayuda… una buena trama debe ser capaz de hacer emocionarse al lector, independientemente de su cultura y su estatus. Lograr crear una trama que capte temas universales será un éxito que perdurará en el tiempo. Con estos 7 consejos para tejer conflictos épicos, tus obras van a pasar de ser interesantes a ser maravillosas.

Conflictos Personales: La Llave de la Empatía

Los conflictos personales íntimos son aquellos que se desarrollan dentro del personaje, como dilemas morales, miedos internos, deseos no cumplidos o relaciones problemáticas. Estos conflictos son cruciales porque humanizan a los personajes, haciéndolos más accesibles y comprensibles para el lector.

Desafíos Universales: Reflejando la Condición Humana

Por otro lado, los desafíos universales son aquellos que se extienden más allá del individuo, tocando temas y problemas que afectan a la sociedad en general o incluso a la humanidad en su conjunto. Estos pueden incluir la lucha contra una sociedad opresiva, la confrontación con desastres naturales o la batalla contra fuerzas malignas que amenazan el orden mundial.

La Sinergia Entre Lo Personal y Lo Universal

La verdadera magia surge cuando estos dos tipos de conflictos se entrelazan de manera que el desarrollo de uno impulsa al otro. La lucha interna de un personaje puede reflejar o ser un microcosmos de un desafío más amplio que enfrenta la sociedad, y viceversa.

Una escalera espiral de libros y manuscritos simboliza el desarrollo progresivo del conflicto en una historia.
Cada peldaño representa un desafío mayor, guiando a tus personajes hacia el punto de máxima tensión. ????️????‍♂️ #ArcoNarrativo #Climax

3. Desarrollo Progresivo del Conflicto:

Una historia vibrante y cautivadora requiere que su conflicto no sea un elemento estático, sino una entidad dinámica que evoluciona y se transforma a lo largo de la narración. La evolución del conflicto es esencial para mantener a los lectores enganchados, provocando una constante anticipación sobre cómo se resolverá. Aquí te explicamos cómo lograr ese desarrollo progresivo del conflicto que mantiene la tensión y el interés vivos en cada página.

Introduce Nuevos Elementos y Retos

Al igual que en una sinfonía, donde diferentes movimientos aportan variaciones temáticas que enriquecen la obra completa, tu historia debe incorporar nuevos elementos y retos que prueben a tus personajes de formas inesperadas.

Incrementa la Intensidad del Conflicto

A medida que la narrativa avanza, la intensidad del conflicto debe escalar. No basta con añadir nuevos elementos; estos deben aumentar la presión sobre los personajes, llevándolos a sus límites y forzándolos a tomar decisiones difíciles.

Varía el Tipo de Conflicto

Para evitar que la trama se sienta monótona, es crucial variar el tipo de conflicto. Esto puede significar alternar entre conflictos internos y externos, personales y universales, o físicos y emocionales.

Antagonistas Evolutivos

Un aspecto vital del desarrollo progresivo del conflicto es la evolución de los antagonistas. Los villanos deben crecer en complejidad y amenaza, adaptándose y respondiendo a las acciones de los protagonistas.

Dentro de todos los consejos que podemos darte para tejer conflictos épicos, grábate a fuego estos siete.

Un sendero a través de paisajes cambiantes ilustra los obstáculos crecientes en la trayectoria narrativa.
Acompaña a tus personajes en su viaje a través de desafíos cada vez más complejos. ????????️ #DesafíosLiterarios #ViajeDelHéroe

4. Obstáculos Crecientes:

La travesía de un personaje a través de una historia es algo más que un camino lleno de desafíos, es una escalera donde cada peldaño debe ser más alto que el anterior. Los obstáculos crecientes son fundamentales para mantener el interés de los lectores y facilitar un desarrollo más profundo de los personajes y conducir hacia un clímax más impactante y satisfactorio. Veamos cómo implementar esta estrategia con eficacia.

La Importancia de la Escalada de Desafíos

Cada nuevo obstáculo que enfrenta un personaje debe ser más difícil que el anterior, elevando las apuestas y forzando al personaje a crecer, adaptarse o revelar más sobre su naturaleza.

El Desarrollo del Personaje a Través de los Obstáculos

Cada desafío superado, cada fracaso experimentado y cada decisión tomada en respuesta a estos obstáculos permite a los personajes revelar o descubrir nuevas facetas de sí mismos.

La Variedad es Clave

Al introducir obstáculos, es importante variar su naturaleza. Esto puede incluir desafíos físicos, emocionales, intelectuales o morales.

Dos caras opuestas y un espejo quebrado simbolizan las perspectivas enfrentadas en un conflicto narrativo.
7 Consejos para Tejer Conflictos Épicos. Descubre la profundidad de tus personajes explorando sus conflictos desde todas las perspectivas. #PerspectivaNarrativa #ConflictoInterno

5. Perspectivas Enfrentadas:

A veces es bueno introducir personajes contrapuestos, con diferentes perspectivas de un mismo hecho. Es un juego que podemos implementar entre el protagonista y el antagonista, así mostramos las dos caras de una moneda, lo que permite una experiencia más rica e interesante para el lector.

La Riqueza de los Matices Morales

Presentar un conflicto desde diferentes perspectivas desafía la noción de bien y mal absolutos, sumergiendo a los lectores en los grises morales que a menudo caracterizan las decisiones humanas. Es una forma de hacer ver que el malo no es malo porque sí y el bueno tiene zonas oscuras que lo hacen más humano.

Fomentando la Empatía y el Debate

Mostrar esta visión desde diferentes puntos de vista, hará los personajes más cercanos y el lector tendrá mayor capacidad para empatizar con todos los personajes. En este artículo, 7 Consejos para Tejer Conflictos Épicos, te estamos dando la clave para que tus historias sean únicas y eternas.

Un libro abierto emite un haz de luz, representando el clímax como el punto de resolución de conflictos.
El clímax de una historia es donde la luz de la resolución brilla más fuerte, revelando el camino hacia adelante. ???????? #MomentoCulminante #ResoluciónDeConflictos

6. El Clímax como Resolución de Conflictos:

El clímax de una historia es mucho más que su punto culminante; es el momento decisivo donde todas las tensiones se encuentran, donde los personajes deben enfrentar sus mayores desafíos, y donde los conflictos tejidos a lo largo de la narrativa encuentran su resolución. Este es el instante en que las decisiones tomadas por los personajes cobran la máxima importancia, no sólo para el desenlace de la trama, sino también para el impacto emocional que la historia dejará en el lector.

Surge Naturalmente de la Narrativa

Para que un clímax sea verdaderamente impactante, debe surgir de manera orgánica de la narrativa, siendo el resultado natural de todos los conflictos y tensiones desarrollados a lo largo de la historia.

El Momento de Mayor Tensión

El clímax debe representar el momento de mayor tensión en la historia, un punto de inflexión después del cual los personajes y la situación cambian de manera significativa.

Resolución de Conflictos

La manera en que se resuelven los conflictos no debe sentirse forzada ni superficial. Una resolución efectiva es aquella que se alinea con el desarrollo de los personajes y la lógica interna de la historia.

Impacto Emocional

El impacto emocional de un clímax se maximiza cuando los lectores están totalmente implicados con tus personajes y su destino. Esto se logra a través de una construcción cuidadosa de la narrativa, donde cada elemento, desde el desarrollo del personaje hasta la escalada de conflictos, contribuye a este momento crucial. Tienes que conseguir que tus personajes se vean tan reales que importen.

Un paisaje dividido entre la devastación y la reconstrucción simboliza las repercusiones de los conflictos.
Cada conflicto deja su marca. Explora las secuelas y cómo estas definen el futuro de tus personajes. ????????️ #Repercusiones #CrecimientoPostConflicto

7. Las Repercusiones del Conflicto:

En la trama de cualquier historia, los conflictos y su resolución son sólo una parte del viaje narrativo. La otra parte, igual de crucial, se encuentra en las repercusiones que estos conflictos dejan a su paso. Mostrar las consecuencias de los conflictos resueltos aporta una capa adicional de realismo y credibilidad a tu narrativa abre un abanico de posibilidades para el desarrollo futuro de la historia, ya sea en el marco de la obra actual o en posibles secuelas.

Añadiendo Profundidad y Realismo

La vida, con su intrincada red de causas y efectos, raramente concluye sus capítulos con finales perfectamente atados. Del mismo modo, una narrativa que refleja las complejidades de sus conflictos a través de sus repercusiones se siente más auténtica y queda en la mente de los lectores por mucho tiempo.

Sentando Bases para el Futuro

Las repercusiones de los conflictos resueltos también ofrecen un terreno fértil para la exploración de futuras historias. Estas consecuencias pueden plantear nuevos desafíos para los personajes, introducir dinámicas alteradas en las relaciones o incluso revelar amenazas previamente ocultas. Puedes retomar ese mundo y esos personajes con una nueva historia que no tenga nada que ver con la que has narrado, eso sí, lo sucedido debe moldear esos personajes para enfrentarse a cosas nuevas.

Reforzando Temas y Mensajes

Incluir repercusiones claras en los personajes o en el mundo, permite que el mensaje que se lanza en tu historia parezca más real y tenga mayor calado. En «Los Juegos del Hambre» de Suzanne Collins, las secuelas psicológicas y sociales de los juegos subrayan los temas de sacrificio, resistencia y las críticas al espectáculo de la violencia.

Los conflictos son, sin duda, el alma de las narrativas. Constituyen el motor que impulsa tanto la acción externa como el desarrollo interno de los personajes, creando una dinámica rica y vibrante que captura la esencia de la experiencia humana.

Una biblioteca antigua con un manuscrito abierto, rodeado de símbolos de conflicto y resolución, evoca la unión de estos elementos en el arte de contar historias.
Al final, los conflictos tejidos a través de nuestras palabras son el reflejo de la lucha y la resiliencia humanas. #ArteDeContarHistorias #ConclusiónLiteraria

Un Legado Duradero

Las historias que permanecen en el subconsciente mucho después de haber cerrado el libro son aquellas que nos desafían, nos conmueven y nos inspiran. Si logras dar con esos conflictos ricos y matizados en tu trabajo, tienes la oportunidad de dejar un legado duradero en el corazón y la mente de tus lectores, uno que trasciende las páginas para convertirse en una parte perdurable de su entendimiento del mundo.

En última instancia, el objetivo de toda narrativa es conectar, ya sea con nosotros mismos, con los demás o con ideas más grandes. Los conflictos son el puente que facilita esta conexión, y al aprender a manejarlos con habilidad, tu escritura entretendrá, enriquecerá, educará y, en última instancia, transformará a tus lectores y, por qué no, al mundo.

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Gracias por acompañarnos en este viaje literario. Continuemos escribiendo, explorando, y compartiendo nuestras historias, porque cada palabra, cada conflicto, cada personaje que creamos, contribuye a la infinita tapicería de la experiencia humana.

Hasta pronto, Lola

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