Consejos para escritores + Cómo escribir un libro

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Escribe como siempre has querido.

Descubre el método para preparar tu novela que mas se adapta a ti. Aprende a escribir tu novela.
Descubre el método para preparar tu novela que mejor se adapta a ti. Aprende a escribir una novela.

Descubre el método para preparar tu novela, que más se adapta a ti


¿Has buscado formas para planificar o esbozar tu historia? ¿Necesitas un resumen que te permita dedicarte, exclusivamente a escribir?
Existen decenas de métodos para ordenar o planificar una novela, pero no te sientes cómodo con ellos. Necesitas encontrar el tuyo. Vamos a ver unos cuantos para que puedas encontrarlo. La mejor forma de encontrar ese método que te sirva para bosquejar tu novela, es aprendiendo cómo trabajas cuando escribes.
Piensa un instante, ¿en qué momentos de la escritura tienes más problemas? ¿No sabes terminar tus trabajos? ¿Se te rebelan los personajes? Todos estos problemas pueden venir de una mala planificación. Veamos 4 formas de esbozar una novela.


1- La sinopsis:
Escribir una sinopsis de dos o tres páginas puede darnos todo lo que necesitamos. No nos centramos en nada más que en la historia, de principio a fin, lo que nos deja libertad para desarrollar creativamente nuestra obra. Si no te gusta tener esquemas, pero te pierdes cuando llevas mucho escrito, este es tu método.

2- Resumen en profundidad:
Crea un esquema de capítulos y un pequeño resumen de cada uno, detallando la acción principal y los personajes implicados.

3- Método del copo de nieve:
Fue Randy Ingermanson quien lo diseñó. Es un método muy trabajado, que nos permite ir desarrollando nuestra historia, partiendo de una frase corta, hasta obtener un detallado resumen sobre la historia, los personajes, la trama y los capítulos.
Hay que trabajar mucho en este método, pero es muy completo y puede ser una buena opción para escribir sagas. Puedes ver nuestro artículo sobre el método del copo de nieve si quieres utilizarlo.

4- Método del final del libro
Si quieres tener total libertad creativa en el momento de escribir, puede que este método te ayude de guía. Consiste en tener claro el comienzo y el final de la historia y escribir todo lo que va en medio, sin planes ni esquemas, solo teniendo claro al lugar que se dirigen los personajes. Pero no olvides tener claras las motivaciones de tu protagonista o puedes perderte.
¿Tienes clara la premisa de tu historia?
Algo que tampoco debes descuidar, escojas el método que escojas, es descubrir la premisa de tu historia, qué es lo que sucede básicamente. Te pongo el ejemplo de mi novela por entregas, Autumn Rouge (por cierto, la puedes leer de forma gratuita en el blog).
“Autumn Rouge, una ejecutora del Consejo, que sueña con seguir los pasos de su tutor, convirtiéndose en la más grande de los ejecutores, recibe la orden de ejecutar la sentencia de un enemigo del Consejo. Lo elimina y cuando acude para informar de su éxito, escucha una conversación que no debería haber escuchado. Descubre un complot contra los terrestres y se ve obligada a huir, para salvar su vida. Buscará la ayuda de quienes fueron sus enemigos para derrocar al Consejo. Durante su lucha, conocerá un mundo que le recuerda lo horrible que era su trabajo y tiene que lidiar con la culpa por el daño que ha causado a esas gentes marginadas.”
Descubre el marco para tu obra y la estructura.
¿Qué tipo de narrador es el apropiado para tu historia? Tal vez tengas claro el narrador y el tiempo en que quieres escribir.
Existen varias formas de estructurar tu obra, podemos resumirlo en las cuatro más utilizadas:
 La historia en tres actos.
 El viaje del héroe (narra una historia que va aumentando lentamente de interés).
 La curva de Fichtean (continuos conflictos que atrapan al lector).
 En Medias Res (la historia ya ha empezado cuando nosotros empezamos a conocerla, lo que no sabemos se suele contar con recuerdos, cartas, documentos, conversaciones…).
Trabajar con una estructura o con otra nos proporcionará diferentes resultados y depende de qué tipo de historia queremos escribir.
Define tus personajes
Si quieres saber cómo son tus personajes, necesitas conocerlos. Puedes crear fichas, como la que te regalamos con la suscripción a Infinitos Monos. Si no la tienes, suscríbete ahora y la recibirás en tu correo. Puedes escribir la trama individual de cada personaje, así sabrás su implicación en la historia central.
Con estos conceptos claros, podremos escribir un buen bosquejo de nuestra obra. No existe una forma correcta de abordar la estructura de una novela, pero a veces necesitamos esa pequeña ayuda, que puede venir de realizar esquemas o resúmenes que nos guíen en la escritura.
¿Y tú? ¿Tienes un método propio para preparar tus historias? Puedes compartirlo con nosotros en los comentarios. Nos vemos en un próximo artículo, palabra de simio.

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Cómo saber si mi idea es buena. Aprende a escribir una novela.
Descubre qué preguntas debes hacerte para averiguar si tu idea es buena.

¿Cómo saber si mi idea es buena?

¿Cuántas veces te ha pasado, que estás viendo la tele o leyendo un libro y de repente te llega esa idea, ese germen de nueva historia? Quieres ponerte a escribir ya, necesitas plasmar esa gran novela para terminarla cuanto antes.

Pero ¿merece la pena tanto trabajo por esa idea? ¿Es suficiente para una novela? ¿Funcionaría mejor como relato?

Ponerte a escribir sin tener en cuenta esas preguntas puede ser una pérdida de tiempo. Imagina que pasas días, semana o meses escribiendo con esa idea en mente, y llega un día en el que te das cuenta de que has abordado esa idea de la forma equivocada. Has perdido todo tu trabajo por las prisas.

Pero ¿se puede saber si una idea merece la pena?

Las bases de una buena historia

Una historia es el relato de unos acontecimientos o eventos, sean reales o ficticios, que tienen que cumplir, al menos, tres de las siguientes premisas:

-Entretener

-Inspirar

-Instruir/enseñar

Sin uno de estos conceptos, cualquier relato deja de ser interesante, nadie se siente atraído por historias así. Es necesario que siempre intentes que tu historia contenga una de estas bases.

Tienes que contestar, en tus historias, estas tres preguntas:

-¿Qué quiere el protagonista?

-¿Por qué lo quiere?

-¿Qué le impide conseguirlo?

Si puedes responder a estar preguntas, ya tienes las bases de tu relato cumplidas. Pero esto es solo la premisa en la que cimentar tu relato.

¿Cómo mejora tu premisa la historia?

Antes de empezar, la premisa no es un resumen de tu historia, ni algo que debas exponer abiertamente en tu relato. Es una frase que define la historia, el protagonista, el antagonista y las relaciones entre todos. Es lo que tú, como escritor, debes tener en cuenta para desarrollar la obra que quieres escribir. Se podría decir que es la esencia de la historia. Lo que quedará en la mente de los lectores al leerla, eso que no se ve, pero que se grita en cada frase, la enseñanza intrínseca.

Tener esta premisa no implica tener que realizar un trabajo previo a la escritura, por si no eres de los que gustan preparar tu novela, antes de escribirla. Es, simplemente un ejercicio en el que vamos a buscar el fondo de nuestra historia. Si no puedes contestar a estas preguntas o la respuesta no te satisface, ¿debes escribir esta historia?

Muchas veces nos lanzamos a la escritura sin preguntarnos nada. Y eso nos hace perder horas de trabajo que al final no sirve para nada. Es bueno intentar validar nuestras ideas, con las preguntas que debes hacerte sobre tu historia y si tienes la oportunidad, comentando con otros escritores o lectores de confianza. El trabajo del escritor es de los más solitarios, pero el trabajo previo no tienes por qué hacerlo solo. Y, a veces, está bien dejarle a otro tu manuscrito, para que lo lea y te de su opinión con ojos frescos, porque los tuyos estarán ya hasta secos.

Es importante tener claro que lo que estás escribiendo merece la pena, porque eso será un aliciente, cada día, para seguir trabajando. Todos necesitamos saber que vamos por el camino correcto.

¿Y tú? ¿Intentas validar tu historia antes de escribirla? ¿O eres de los que se lanza a la escritura sin pensarlo? Ya sabes cómo puedes saber si tu historia es buena. Puedes dejar tu comentario aquí abajo y si aún no lo has hecho, suscríbete al blog. Un saludo y hasta pronto.

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4 formas de alcanzar la inspiracion
Aprende cómo salir del temido bloqueo del escritor. Aprende a escribir cuando no sabes qué escribir.

4 formas de alcanzar la inspiración

Entender las fuentes de nuestra inspiración es una inquietud compartida en el mundo de la escritura. Aunque las ideas a menudo nos llegan en momentos inesperados, hay formas de alcanzar la inspiración de manera más efectiva. Una de ellas es, como bien apuntas, sumergirte en una rica variedad de experiencias culturales. Ya sea cine, literatura o arte, estos elementos enriquecen nuestra visión del mundo y proporcionan un terreno fértil para nuevas ideas. ¿Necesitas formas de alcanzar la inspiración?

Un factor clave para tener en cuenta son los diferentes ambientes y estados emocionales que nos predisponen a la creatividad. Por ejemplo, mis ideas suelen florecer en momentos de calma y durante tareas monótonas. Al parecer, este tipo de actividades liberan mi mente, permitiéndole vagar libremente hasta que choca con un destello de inspiración.

Pero incluso los más prolíficos entre nosotros enfrentan periodos de sequía creativa. En tales momentos, explorar formas de alcanzar la inspiración se convierte en algo más que un ejercicio mental; es una necesidad. La falta de ideas no significa que hayas agotado tu creatividad, sino que tal vez necesitas cambiar tu enfoque o tu entorno para estimular tu mente de nuevo.

En resumen, si alguna vez te encuentras atrapado en una encrucijada creativa, no subestimes el poder de expandir tus horizontes y buscar nuevas formas de alcanzar la inspiración. Estas prácticas no solo refrescan tu creatividad, sino que también enriquecen tu obra y la dotan de profundidad y complejidad.

Vamos a ver 4 formas de alcanzar la inspiración:

Idea 1:

Prueba con Trabajos Monótonos para Estimular la Creatividad

Podría parecer contraproducente, pero embarcarse en tareas monótonas o repetitivas puede ser una de las formas de alcanzar la inspiración más eficaces. Actividades como cuidar las plantas, ordenar la ropa o cocinar un bizcocho tienen algo en común: no requieren de un gran esfuerzo cognitivo. Esto libera a tu cerebro para que trabaje en segundo plano, lo que a menudo resulta en destellos de creatividad o soluciones a problemas en los que habías estado pensando.

Mientras realizas estas tareas automatizadas, tu mente entra en un estado similar al del «piloto automático», que facilita el surgimiento de ideas y conexiones creativas. En la psicología, este fenómeno se conoce como «pensamiento difuso», un estado mental en el que es más probable que ocurran las epifanías y se generen ideas novedosas. En contraste, cuando estamos concentrados en una actividad específica, nuestra mente emplea el «pensamiento focalizado», que es excelente para la resolución de problemas pero no tan bueno para la generación de ideas creativas.

Además, si combinas estas tareas monótonas con ejercicio físico, como dar un paseo, puedes obtener beneficios adicionales. El ejercicio libera endorfinas, mejora tu estado de ánimo y proporciona un entorno óptimo para la creatividad. Escuchar música durante el paseo puede añadir una dimensión extra de estimulación sensorial, lo cual contribuye aún más a liberar tu mente y a encontrar nuevas formas de alcanzar la inspiración.

Por lo tanto, la próxima vez que te sientas atascado en tu proceso creativo, considera la posibilidad de hacer algo «aburrido» o rutinario. Podrías sorprenderte de lo inspirador que puede resultar.

Idea 2:

Reimagina Historias para Romper el Bloqueo Creativo

En el ámbito de la literatura, es común oír que «nada es nuevo bajo el sol», lo cual no debería desanimarte. De hecho, puedes usar esta noción a tu favor para encontrar formas de alcanzar la inspiración. Si alguna vez te ha cautivado una historia, personaje o concepto de otro escritor, ¿por qué no intentar reimaginarlo con tu propio estilo y perspectiva? Importante, no se trata de copiar, lo cual, además de ser éticamente cuestionable, es ilegal. Más bien, se trata de tomar una chispa creativa existente y transformarla en una llama completamente nueva.

Este enfoque puede servir como un poderoso antídoto contra el bloqueo de ideas. Al permitirte comenzar con un marco ya establecido, reduces la presión de tener que «inventar algo de la nada». Puedes cambiar el protagonista, el entorno, el conflicto central, o incluso el tono de la historia. Al hacerlo, te darás cuenta de que la creatividad fluye más libremente y te resultará más fácil superar cualquier atasco mental que estés experimentando.

No olvides que este ejercicio no necesariamente tiene que culminar en una obra publicable. La escritura, como cualquier forma de arte, a menudo se beneficia de la experimentación y el juego. Estos «ejercicios de estilo» te permiten explorar diferentes técnicas, voces y estructuras, lo cual enriquece tu habilidad como escritor. Además, escribir para ti mismo, sin la presión de tener que satisfacer a un público, te proporciona un espacio seguro para cometer errores, aprender y mejorar.

Así que la próxima vez que te encuentres en busca de inspiración, considera revisitar una historia o idea que te haya fascinado. Al hacerlo, no solo encontrarás una posible salida a tu bloqueo creativo, sino que también podrás descubrir nuevas formas de alcanzar la inspiración y de enriquecer tu propia voz como escritor.

Idea 3:

Emplea el Método del «¿Y si…?» para Reconfigurar Eventos

El ejercicio del «¿Y si…?» es una técnica probada y una de las formas de alcanzar la inspiración más fascinantes que puedes emplear para desbloquear tu creatividad. Este enfoque implica tomar un acontecimiento, ya sea histórico, científico o de cualquier otra índole, y preguntarte cómo sería si las circunstancias fueran diferentes. Este método no solo te permite explorar escenarios alternativos, sino que también pone a prueba tu habilidad para traspasar los límites del pensamiento convencional.

Tomemos, por ejemplo, la idea de que estamos solos en la galaxia. Un simple «¿Y si…?» te permite imaginar un escenario en el que una nave extraterrestre aterrizase en la Tierra con intenciones amistosas. Este giro en los acontecimientos te proporciona una plataforma desde la que puedes explorar una amplia variedad de temas, desde las implicaciones políticas y éticas hasta las emociones humanas que surgirían en tal situación.

Otro ejemplo podría ser la exploración espacial humana. ¿Y si la humanidad no hubiese detenido los viajes a la Luna? ¿Qué implicaciones tendría eso para nuestra tecnología, nuestra cultura o incluso nuestra visión del universo? Al retorcer la realidad de esta forma, puedes abrir puertas a mundos enteros de posibilidades narrativas.

Este método es especialmente útil cuando te encuentras en un punto muerto creativo. Al replantear las situaciones y considerar las infinitas variaciones que podrían surgir, te obligas a pensar de manera más flexible y creativa. El método del «¿Y si…?» te empuja a cuestionar la realidad tal como la conocemos, ofreciéndote así nuevas formas de alcanzar la inspiración.

En resumen, si alguna vez te sientes atrapado en tu proceso creativo, prueba con el enfoque del «¿Y si…?». Este ejercicio no solo te ayudará a superar bloqueos, sino que también enriquecerá tu arsenal de herramientas narrativas, permitiéndote crear historias más ricas y complejas.

Idea 4:

Utiliza Listas de Situaciones y Emociones para Desarrollar Tramas

Crear listas de situaciones emocionales y contextos específicos es otra de las formas de alcanzar la inspiración que puede ser particularmente eficaz cuando te enfrentas a un bloqueo creativo. Este ejercicio te empuja a pensar en cómo las circunstancias y los estados emocionales interactúan para generar una narrativa cautivadora. Al centrarte en la conexión entre la situación y la emoción del protagonista, puedes desarrollar tramas que son tanto intrigantes como emocionalmente resonantes.

Tomemos el primer ejemplo: un avión se estrella y hay un único superviviente que teme morir solo. Este escenario ya plantea una serie de preguntas apasionantes. ¿Cómo manejará esta persona su aislamiento? ¿Qué decisiones tomará para encontrar ayuda? Y más importante aún, ¿cómo este evento impactará en su miedo existente de morir solo? La intersección de la situación externa y la lucha emocional interna ofrece un rico terreno para explorar en tu narrativa.

El segundo ejemplo, el del niño con miedo a la oscuridad, también abre muchas puertas para la creatividad. ¿Qué recursos internos descubrirá el niño para superar su miedo? ¿Cómo cambia la dinámica de su mundo familiar o su propia autoimagen a raíz de esta experiencia? Este tipo de escenarios te permite ahondar en las emociones y desafíos que definen a tus personajes, lo que a su vez genera una historia más profunda y auténtica.

Al emplear esta técnica, puedes construir una variedad de escenarios y situaciones emocionales que sirvan como puntos de partida para tus historias. No solo te proporciona una forma de romper el bloqueo creativo, sino que también te ayuda a practicar la creación de personajes y tramas que sean emocionalmente coherentes y narrativamente satisfactorias.

En conclusión, si alguna vez te sientes estancado o en busca de nuevas ideas, intenta hacer una lista de situaciones y emociones que puedan afectar a tus personajes. Este ejercicio simple, pero efectivo, te ofrecerá nuevas formas de alcanzar la inspiración y enriquecer tus historias.

Las ideas son extrañas y caprichosas, a veces llegan hasta desbordar nuestra capacidad y en otras ocasiones parece que la fuente está seca. Por eso debes estar siempre alerta y tener un lugar donde tomar apuntes. Y nunca debes aparcar la escritura por falta de ideas. Utiliza uno de estos ejercicios para acabar con tu bloqueo, sin excusas. Escribir es tan fácil como difícil (toma ya contradicción). Y muchas veces te costará un mundo, mientras que otras, los dedos volarán por el teclado sin proponértelo siquiera.

De una forma u otra, la escritura se abrirá camino, no te desesperes y si lo necesitas toma un descanso, despeja tu mente, ve a beber un café, infusión o refresco y no hagas nada más que disfrutar del momento. Seguro que pronto llueven las ideas.

Espero que estas ideas te hayan ofrecido nuevas formas de alcanzar la inspiración y romper cualquier bloqueo creativo que pudieras estar experimentando. Recuerda que la creatividad es un músculo que necesita ser ejercitado regularmente. Así que no dudes en probar estos métodos y descubrir cuáles funcionan mejor para ti.

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Criaturas sobrenaturales

En el mundo de la literatura, hay quienes subestiman la calidad de las obras sobrenaturales. Sin embargo, es importante destacar que en la literatura hay tanto obras excepcionales como mediocres. Desde mi perspectiva como ávida lectora, el problema no radica en la temática y ambientación de la historia, sino en la habilidad del escritor para darles vida. Aquellos que menosprecian una obra simplemente por tratar temas fantásticos deberían tomarse un momento para sumergirse en grandes obras como «Drácula», «Frankenstein» o «El Golem». Adoro las criaturas sobrenaturales.

Escribir obras sobrenaturales no es una tarea fácil ni rápida. Es mucho más desafiante dar vida a una novela de temática sobrenatural que a una novela histórica. No es sencillo crear una obra seria; uno puede caer fácilmente en la vulgaridad y lo banal si no tiene cuidado. Asimismo, no es fácil lograr que el lector experimente el verdadero miedo, y una ejecución deficiente puede dar lugar a una obra absurda.

Personalmente, soy una entusiasta de todo lo sobrenatural, pero también valoro la seriedad en la escritura. Por eso, he dedicado años a crear mi propia biblioteca personal llena de grandes obras clásicas sobre criaturas sobrenaturales. Ahora, comparto con ustedes mi pequeña colección de criaturas sobrenaturales en la literatura.


Vampiros: El Reino de las Criaturas de la Noche

Vampiro – Criaturas sobrenaturales

No se puede hablar de criaturas sobrenaturales sin mencionar al vampiro más famoso de todos: el conde Drácula. Aunque es cierto que actualmente conocemos el folklore de estos seres gracias a Bram Stoker, él fue inspirado por las historias que le contaba su madre y por las obras de otros autores que escribieron sobre estas criaturas mucho antes que él.

Hace tiempo leí «Drácula» y aún tengo pendiente volver a sumergirme en sus páginas. Fue una obra que me cautivó profundamente. Esta novela contundente narra de manera magistral el viaje del vampiro, sin la necesidad de mostrarlo en numerosas escenas. Si aún no lo has leído, te lo recomiendo encarecidamente.

Además de «Drácula», existen otras grandes obras que exploran el tema de los vampiros. «El extraño misterioso» de Karl von Wachsmann, «El vampiro» de Polidori y «La buena de lady Ducayne» de Mary Elizabeth Braddon son solo algunas de ellas. Actualmente, estoy inmersa en la lectura de «El castillo de los Cárpatos» de Jules Verne (sí, él no se limitó solo a la literatura futurista). Y, por supuesto, no puedo olvidar mencionar «Carmilla» de Sheridan le Fanu.

Si bien todos conocemos muchas historias de vampiros a través de la televisión y el cine, su origen se encuentra en la palabra escrita. Si deseas conocer sus raíces, aquí te dejo una pequeña lista para que puedas explorarlas. Los vampiros son un tema recurrente en la literatura y aunque recientemente han sido muy populares en la literatura juvenil, personalmente prefiero los clásicos.

Fantasmas: Los Seres de Otro Mundo que Nos Acechan

Fantasma – Criaturas sobrenaturales

Las novelas de fantasmas son un clásico en la literatura. A diferencia de los vampiros, debo admitir que recientemente leí una novela que me encantó: «Tamsin» de Peter S. Beagle. Cualquier amante de la literatura fantástica o sobrenatural debería leerla. Los fantasmas son un tema recurrente en la literatura, incluso aparecen de forma testimonial en libros que no tienen una temática sobrenatural. Pueden manifestarse en sueños o visiones de los protagonistas. Personalmente, adoro las historias de fantasmas y, tras explorar varias bibliotecas, he logrado encontrar numerosas obras que los abordan. Algunas de estas obras pueden considerarse semillas de otras muchas, y aunque las que menciono a continuación no sean las primeras, muchas de ellas son pioneras en el mundo de la literatura.

En «El mensajero» de L.P. Hartley, encontrarás historias de fantasmas. May Sinclair aportó pequeños destellos del mundo de los fantasmas en obras como «The intercesor and other stories». Poe, por su parte, cuenta con numerosos cuentos en los que estos seres rondan durante la narración de sus historias.

Sheridan le Fanu también se aventuró a escribir sobre fantasmas, como se puede apreciar en «Un episodio en la historia de la familia Tyrone». Horace Walpole, en una sola noche, creó «El castillo de Otranto», considerada la primera novela gótica.

Además, en nuestro país, no tan prolífico en estos temas, podemos disfrutar de la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, quien abordó el tema de los fantasmas en su relato «El rayo y la luna». Obras como «El fantasma de la ópera» de Gastón Leroux también presentan la figura del fantasma, aunque la obra no se enfoque exclusivamente en este tema. Otra obra en la que aparece un ser invisible similar a un fantasma es «El Horla» de Guy de Maupassant.

Hombres Lobo: La Bestia Interior Liberada

Hombre Lobo – Criaturas sobrenaturales

A pesar de todas las investigaciones que realicé, no encontré una novela o historia que otorgara fama a estas criaturas. Sin embargo, descubrí innumerables relatos que exploran de diversas formas esta temática. Aunque ninguno se compara en impacto visual a lo que el cine ha mostrado. En este contexto, debo mencionar una obra moderna: «El ciclo del hombre lobo» de Stephen King. Recibí este libro como regalo al comprar otro del mismo autor, y debo decir que me encantó. Es de esas obras que te inspiran a escribir. Narra la historia de un pueblo durante doce meses, presentando en cada capítulo un ataque de un hombre lobo. Me fascinó la forma en que se estructura la narración, y siento cierta envidia por no haber sido yo quien lo escribiera, aunque, por supuesto, no puedo compararme con el talento del señor King.

Si deseas explorar más historias relacionadas con hombres lobo, puedes buscar «El campamento del perro» de Algernon Blackwood, «Hughes, the werewolf» de Sutherland Menzies o «Wagner, el Wher-Wolf» de George W.M. Reynolds.

Brujas: Encantamientos y Misterios

Las brujas son otro elemento que abunda en la literatura. Si tuviera algún aprecio por «La Celestina», te la recomendaría por ser una obra patria, pero como no es el caso, no lo haré. Si lo deseas, puedes leerla por ti mismo, eres libre de hacerlo, aunque personalmente no lo volveré a hacer (le tengo manía, sí, soy así de rencorosa). En la «Odisea» podemos encontrar a la bruja por excelencia, Circe la hechicera. También hay menciones a la hechicería en el «Necronomicón» de Lovecraft, cuya aparición ficticia se registra por primera vez en «La ciudad sin nombre».

Recientemente, leí «Circe», una novela que narra la historia de esta bruja, más o menos fielmente, aunque eso dependerá de tu propio discernimiento intelectual. A mí me gustó, aunque considero que podría haber sido mejor. La obra es de Madeline Miller.

Hadas: Seres Mágicos que Nos Envuelven

Hada – Criaturas sobrenaturales

Las hadas son seres recurrentes en la literatura, aunque no tanto como me gustaría. En nuestro país, una vez más, encontramos a Bécquer y sus leyendas, en las que aparecen estos seres tan mágicos (y en muchas ocasiones malévolos), como en «Los ojos verdes». Shakespeare también incluyó a estos seres en su obra. «El sueño de una noche de verano» es el ejemplo más claro. En esta obra, se presentan a Titania y Oberón como reyes de las hadas, y desde entonces se han mantenido en el imaginario colectivo, apareciendo en numerosas obras. Aunque es cierto que Oberón, en la mitología celta, es el rey de las hadas y también se le menciona en muchas leyendas medievales. Curiosamente, esta obra de Shakespeare dio nombre a las lunas de Urano, siendo el único planeta cuyas lunas fueron bautizadas con un nombre literario.

No puedo cerrar esta entrada sin mencionar «Frankenstein» de Mary Shelley. Aunque el monstruo es único y explora la naturaleza cruel del hombre a través de la creación de un ser vivo, se ha convertido en un clásico del cine, pero en la literatura, es una obra singular. También quiero mencionar «El Golem» de Gustav Meyrink, una figura monstruosa que, aunque también tiene la mano del hombre detrás de ella, comparte más similitudes con «Frankenstein» de lo que se percibe a simple vista.

Las criaturas sobrenaturales pueden convertir tu obra en algo grande, si lo haces bien

Y tú, ¿tienes tus monstruos preferidos en la literatura? ¿Has leído alguna de estas obras?

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Si quieres saber más sobre antagonistas y villanos, puedes pasarte por estos artículos y completar tu sapiencia sobre el mal.

Villanos, 7 consejos para escribir villanos creíbles, 4 tipos de antagonistas épicos.

Hoy voy a escribir unas notas sobre lo que deberías hacer a la hora de corregir tus textos. Es una parte de la escritura que a pocos nos gusta, pero es indispensable, tedioso, aburrido, agotador… y necesario. Pero si no eres corrector o has estudiado filología puedes sentirte perdido. Crees que con leer un par de veces tu relato y escribir un par de notas, tachar dos o tres palabras y cambiar un párrafo ya lo tienes hecho. Pero resulta que no. Corregir no es sólo eso.

A continuación voy a relatarte algunos pasos que puedes usar como guía y lograr que tus textos cobren vida y fuerza.

  1. Lo primero de todo, obvio, es escribir tu historia, pero por completo, de principio a fin. Si es un relato no tardarás mucho, si es una novela… puedes necesitar años. Pero en fin. Que te pongas a escribir si no lo has hecho ya.
  2. Ya tienes tu historia terminada, ya escrita, porque te queda el trabajo tedioso de corregirla. Ahora lo más apetecible es leerla, pero no puedes hacerlo, lo siento. Está prohibido. Lo que tienes que hacer es olvidarte de lo que hiciste. Yo intento dejar una semana hasta leer lo que escribí. Pero tu puedes dejar el tiempo que estimes oportuno. Un par de días debería ser el mínimo. En ocasiones no tenemos ese tiempo, así que deja tu relato en el cajón y ve a dar un paseo, ve un par de videos musicales o sal a tomar un café con algún amigo que haga tiempo que no veas. Lo que sea que te haga olvidar lo que has estado haciendo.
  3. Imprime tu obra. Es tentador ponerte a corregir un par de cosas antes de hacerlo, corregir la puntuación, la ortografía, pero no es necesario ahora, ya lo harás cuando toque. Tu imprime tu texto en bruto, sin pulir, como salió de tu maravillosa mente. Y ahora a leer. Pero nada de sentarte en una cafetería con el boli rojo en la mano. No. Ve a un lugar tranquilo, donde puedas hablar solo sin que te tomen por loco, porque vas a leer en voz alta. Si, nada de leer con la voz de tu mente, lee en voz alta y entonando lo que tu mismo has escrito. Te puede parecer ridículo, pero al dejar que el texto entre por dos sentidos vas a ser capaz de descubrir muchas más cosas que si lo lees en silencio. Y además podrás sentir de primera mano cómo suena tu texto. Si el ritmo es correcto, si las comas están bien puestas, las exclamaciones, …

Y ahora no se te ocurra ponerte a tachar todo lo que te parezca que está mal. Simplemente lee y toma alguna nota al margen que ya revisarás mas tarde. Tienes que leer del tirón, sin pausas que te distraigan de tu verdadera misión, pulir tu texto.

  1. Ahora vamos a analizar la estructura de nuestro texto. Intenta separar los párrafos indicando hasta donde dura la introducción, el desarrollo y el desenlace.

Busca si tu texto contiene un agente iniciador de la trama (un hecho que acontece y provoca la acción siguiente).

¿Tu historia tiene un conflicto? Si no lo tiene puede dejar la historia descafeinada.

¿El desenlace resuelve el conflicto primero? Tu lector va a esperar que le resuelvas el problema al que se enfrenta el protagonista.

  1. Puedes dividir los párrafos y apuntar al margen lo que sucede en cada uno. Ahora analiza qué párrafos no aportan nada a la historia y elimínalos. No queremos material de relleno, queremos acción e información útil.

También puedes hacer lo siguiente, escribir una lista de escenas contenidas en el texto y contar las palabras con las que cuenta cada una. Así veremos si mantiene un equilibrio.

Nuestro texto debería estar dividido así:

Introducción: 25%

Desarrollo: 25%

Desenlace: 25%

  1. Elimina las partes aburridas. Ten en cuenta, a la hora de leer en voz alta, que si tu, que eres quien lo ha escrito, no quieres leerlo porque te aburre, nadie querrá hacerlo. Es duro, pero elimina esas partes.
  2. Es tentador, pero la corrección de un texto nunca debe hacer el mismo más largo. Siempre tenemos que acortarlo, bueno, a lo mejor no siempre, pero ya verás que escribes siempre de más. Si ves que necesitas introducir nuevos párrafos, más información… a lo mejor es porque todavía no habías terminado tu texto.
  3. Cuando leas, procura comprobar que todo está claro y que nuestro lector no va a necesitar releer y parar su lectura para comprender.
  4. Revisa los entornos que describes. No te pierdas en descripciones largas y llenas de palabras bonitas. Intenta ser conciso. Y un apunte, utiliza siempre los cinco sentidos para describir, eso le aporta realismo y claridad a nuestro texto.
  5. Ahora ya deberíamos hacer pulido bien nuestro texto, hemos eliminado lo que sobra, repasado las descripciones, nos hemos asegurado de la cohesión de nuestra historia y llega el momento de corregir la ortografía.
  6. Si tu texto está lleno de tachones y apuntes, es posible que quieras volver a imprimir las correcciones, yo prefiero hacerlo todo en el mismo papel. Coge tu texto y ve rodeando cada verbo que te encuentres. Y aquí viene el momento de analizar si hemos usado la voz pasiva o activa.

La voz pasiva suele considerarse un error de novato. Deberías asegurarte de utilizar la voz activa.

No es que la voz pasiva sea siempre mala, pero la voz activa hará que nuestro texto sea mucho más claro y fácil de leer. El lector lo agradecerá.

Mira bien los verbos que utilizas. Procura que sean verbos de acción en lugar de copulativos.

“La niebla estaba espesando”.

“La niebla serpenteaba y se arremolinaba en las pequeñas hondonadas”.

Ambas frases vienen a describir la niebla, pero en la segunda hacemos uso de verbos que describen la acción de forma que aportan más vida a la escena.

También podemos darle más vida al texto utilizando verbos específicos que aporten energía y dinamismo. Nuestro personaje puede correr hacia el autobús, pero si indicamos que esprintó, indicaremos una acción mucho más activa y descriptiva.

Pequeños detalles como comenzar nuestras frases con: “Hay, había, habían…” pueden quitarle elegancia y misterio a nuestro texto.

“Había una mujer sentada en el banco”

“Una mujer esperaba en un banco a alguien que no llegaba”

La primera frase es correcta, la segunda es algo más elegante y deja más información al lector.

  1. Revisa los diálogos. La fórmula: él dijo/ella dijo es buena y suficiente. A veces necesitamos añadirle dramatismo, pero deberíamos abusar de esta fórmula antes que tener unos diálogos repletos de fórmulas distintas.
  2. Evita usar adjetivos continuamente. No abuses de los adverbios. Céntrate en el uso de nombres y verbos.

Adjetivos y adverbios, no.

Nombres y verbos, sí.

Es quizás lo más difícil, pero la frescura y dinamismo que le aporta esta corrección a nuestros textos, merece la pena.

  1. Procura evitar los clichés. El lector no quiere leer lo que él ya sabe con las mismas palabras que él lo diría. Frío como el hielo es demasiado obvio y está muy visto.
  2. A veces es mejor mostrar que contar. Deja que el lector se haga él la composición de la historia con un par de detalles, no le indiques lo que debe pensar, que lo descubra por los detalles.

“Estaba triste”

“Se dejó caer en la silla, con el rostro apretado”

En la primera frase indicamos el estado de ánimo, en la segunda dejamos que se intuya.

Para esta entrada he consultado estos textos, por si te interesa leerlos:

-Evita la voz pasiva-, de Jaume (excentrya.es)

-How to edit your story like a New Yorker Publisher-, by Pamela Hodges (thewriterprectice.com)

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