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Estructura argumental
Consejos para escribir una buena estructura argumental para tu novela. Aprende a escribir una novela.

Escribir es un acto creativo. Y, casi siempre, pensamos que la creatividad sólo puede ser algo espontáneo, que surge en un instante y que se pierde rápidamente. Pero no es así. La creatividad se tiene o no, a veces nos quedamos en blanco, pero siempre termina fluyendo de nuevo. Como escritores, partimos ya de una base creativa, por eso nos ponemos a escribir, porque por nuestras venas corre la creatividad.

Tenemos que asumir, que la creatividad espontánea es maravillosa, pero trabajar duro en una historia, hará que esa creatividad brille con más fuerza. Podemos utilizar infinidad de herramientas para ayudar a esa creatividad a florecer por completo. Está bien ponerse frente a la página en blanco y empezar a teclear lo que va surgiendo, aunque, hasta para ese acto creativo, tienes en mente una idea preconcebida. Y para escribir cuentos y relatos está bien (pero trabajar los relatos los hace mejores), no así para una novela. Cuando nos enfrentamos a una novela, estamos queriendo construir un rascacielos y no podemos seguir usando las mismas herramientas que para una cabaña (ni los mismos materiales). Escribir una novela, son palabras mayores, requiere de mucho trabajo, algunos tardan años. Pero no creas que tardan, años, en escribir la historia. Lo ideal sería que la historia en sí, se escriba en unos meses. Es el trabajo de pulir y perfeccionar lo que puede llevar años.

Hoy, vamos a ver cómo crear estructuras argumentales, que no es lo mismo que el argumento. El argumento es lo que sucede, lo que vamos desarrollando a lo largo de la historia. La estructura argumental es donde se sostiene el argumento, el orden de los acontecimientos y los momentos de acción o pausa que nos encontramos a lo largo de una historia. Puedes verlo con mayor facilidad si hablamos de una película. El argumento de El Señor de los anillos, es que existe un anillo que debe ser destruido y para ese fin, se unen miembros de las distintas razas que viven en la Tierra Media. La estructura argumental sería toda la línea de acontecimientos y situaciones que va presentando a cada personaje y que permite que se unan más actores a la trama principal; los escollos que se interponen en el camino al éxito; las traiciones que se suceden; los momentos en los que los personajes se ven en problemas…

¿Ves la diferencia? ¿Y ves qué fácil parece ahora escribir una novela sin perderse?

Vamos a ver algunas estructuras argumentales que pueden ayudarte (mucho), a la hora de escribir tu próximo best seller.

Hace tiempo me topé con un blog, Canal nostalgia, dónde se exponían 13 estructuras argumentales que, siendo muchas más de las que necesitas para escribir, me pareció interesante, aunque el blog está inactivo desde hace unos años. Puedes ver ese artículo aquí.

Son estructuras que puedes usar en tus novelas, aunque creo que muchas son demasiado complejas para usarlas en tus inicios. Como ya dije, vamos a ver tres estructuras que funcionan y que son bastante sencillas para los escritores de todos los niveles. Son las más utilizadas en la novela moderna. Aunque nunca hay que despreciar las estructuras más utilizadas en la literatura clásica. La mentalidad de los lectores no es la misma que hace cien años. Pero ¿acaso no siguen siendo novelas leídas en todo el mundo?

Las tres formas que vamos a ver, son:

La curva de Fitchean

Tal vez sea una de las estructuras más utilizadas hoy día. ¿Su particularidad? Que el lector está en continua tensión. La historia se presenta en una primera parte, que culmina con un conflicto. A medida que la historia avanza, se van dando una serie de sucesos, de alta tensión y cada vez de mayor calado. La acción comienza inmediatamente y cada vez que se llega al clímax, decae para subir rápidamente, con un conflicto nuevo y (normalmente) mayor.

¿Qué se consigue? Que los lectores no pueden parar de leer, porque la acción es continua.

Normalmente, el conflicto culminante se alcanza en torno al final de los dos tercios de la obra. El último tercio suele servir para mostrar los cambios que ha ocasionado la historia en los personajes y el cierre de las tramas secundarias que quedaron abiertas.

¿Qué tiene esta estructura de bueno?

Los personajes nunca descansan y el lector sufre con ellos. Es una estructura, que de ser bien entendida, crea obras de fácil lectura y muy satisfactorias para los lectores. Es muy utilizada en la novela juvenil y en la mayoría de las novelas que encontramos hoy día en las estanterías.

El viaje del héroe

¿Tu libro es de ciencia ficción o fantasía? Esta es tu estructura.

El protagonista empieza en un mundo conocido en el que sucede algo extraño, único que lo derrumba. Al principio, puede que se niegue a aceptarlo, pero se verá inmerso en la nueva situación, sin remedio. Muchas veces, la aceptación de la nueva realidad, viene, gracias a la intervención de cierto tipo de personajes, como los mentores. Aprovecho para decirte, que tienes aquí un artículo sobre cómo escribir mentores para tus historias.

Una vez sucede esa aceptación, comienza su lucha contra el antagonista y un camino a lo desconocido. Tras muchas luchas y aprendizaje, el héroe se enfrenta al antagonista, con una nueva visión de sí mismo y del mundo que le rodea. El héroe tiene una nueva mentalidad y tiene que volver al mundo conocido, siendo otro.

¿Qué tiene esta estructura de bueno?

Normalmente, son grandes historias las que se tejen con esta estructura. A todos nos gusta una aventura y leer sobre ella es casi como vivirla. El ritmo de la historia va creciendo a fuego lento, creando un ambiente perfecto para el clímax final.

In medias res

Su propio nombre indica ya su característica más original. La historia no comienza a contarse desde el principio, comienza cuando ya lleva la mitad. Lo primero que vemos, es algo que ha sucedido y que no comprendemos cómo ha sido; para seguir viendo cómo se ha llegado a ese momento a través de flashbacks, cartas, diarios… que nos van encauzando hasta comprender el porqué de lo que hemos visto al iniciar la historia. Es una estructura muy utilizada en thrillers.

¿Por qué tienen tanto éxito estas historias?

Son novelas que comienzan con acción y un suceso del que queremos conocer el inicio, cómo se ha llegado hasta ahí. Se nutre de la propia curiosidad humana. El lector necesita seguir leyendo, para comprender qué es lo que ha sucedido, sobre todo, si tras exponer ese suceso, vamos mostrando unos personajes que jamás podrían verse en esa situación. Si logras llevarlo a cabo, tendrás un éxito asegurado.

Conclusiones

Después de ver todo esto, es posible que pienses que tú eres un artista y el arte surge, no se planea. Yo te diría que tienes razón a medias. Porque es cierto que el arte de verdad, suele ser incomprensible, nadie entiende por qué un trozo de madera tallado es una obra de arte y otro trozo, minuciosamente tallado,  no lo es. Si fuera fácil, cuántas obras maestras habría…

Para tener éxito, necesitas hacer uso de todas las herramientas que tienes a mano y saber cómo utilizarlas. Parece algo frío, no cálido, como es tu arte. Pero nada más lejos de la realidad. Me gusta usar el ejemplo de Picasso. Los que no conocen su obra, ven dibujos de un niño (y encima mal hechos). Quienes saben de arte, ven un genio. ¿Por qué? Porque tenía una base. Conocía las técnicas y herramientas que necesitaba para crear obras perfectas. Pero ¿por qué se convirtió en genio? Porque utilizó su conocimiento para crear algo nuevo. Algo que nadie hacía y que a él se le daba muy bien, por qué. Porque, además de ser un maestro con el pincel, era un Artista, así, con mayúsculas. Tenía los dos pilares sobre los que se sustentan los genios: técnica y don.

¿Qué quiero decirte con esto? Que, antes de crear TU arte, antes de utilizar lo que te hace único, tu estilo, necesitas dominar las bases. Una vez que tengas decenas, cientos de escritos utilizando las estructuras que todos conocemos, entonces podrás hacer lo que te dé la gana y como te dé la gana. No pretendas ponerte a escribir, como a ti te gusta, en tus inicios (aunque puedes hacerlo de vez en cuando, como ejercicio de práctica). Trabaja para conseguir una buena base de conocimientos, que, más adelante, vas a poder usar en tu obra. Sólo alguien, con un verdadero don, puede ponerse a crear su mejor obra en sus inicios. Los mortales nos vemos en la obligación de realizar ejercicios y cursos con los que mejorar nuestra prosa.

Intenta escribir un relato con estas tres estructuras, así las comprenderás mejor y podrás usarlas para novelas más complejas.

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33 consejos para escribir personajes sólidos. Aprende a escribir personajes.
Descubre cómo escribir personajes con estos 33 consejos para crear personajes sólidos.

33 consejos para escribir personajes sólidos

Crear una historia atractiva es solo una parte del proceso; otra clave fundamental es ofrecer consejos para escribir personajes creíbles que mantengan a tus lectores pegados a cada página.

El secreto radica en ser un narrador talentoso, pero también un investigador meticuloso, un psicólogo sagaz y un arquitecto conceptual. Dedicar tiempo a desarrollar personajes tridimensionales asegurará que tus lectores se sientan emocionalmente conectados con ellos.

Aquí te presento 33 consejos esenciales que, si los sigues, harán que tus personajes cobren vida como nunca antes.

1# Define bien su papel en la historia

Para escribir personajes creíbles, debes entender el papel específico de cada uno en la trama. Incluso si un personaje tiene una presencia mínima, su construcción detallada es crucial para la comprensión global de la historia.

2# Establece su propósito en la trama

Si un personaje no tiene un propósito claro que impacte en la trama, quizás deberías reconsiderar su inclusión. Asegúrate de que cada elemento introducido tenga sentido y sea relevante para el desarrollo de la historia.

3# Invierte tiempo en la ficha de datos del personaje

Crear fichas de personajes puede parecer una tarea tediosa, pero en realidad es una herramienta invaluable. Las fichas te ofrecen un recurso al que recurrir para resolver dudas, ayudándote a entender y a hacer más creíbles tus personajes.

4# El nombre importa

Elegir un nombre adecuado para tus personajes puede ofrecer pistas sobre su origen, época y clase social. Un nombre bien escogido puede añadir una dimensión extra de autenticidad a tus personajes creíbles.

5# Detalla su apariencia física

Mantener coherencia en la descripción física del personaje ayuda al lector a visualizarlo con claridad, lo cual es fundamental para escribir personajes creíbles. Las fichas de personajes pueden ayudarte a tener claras estas descripciones.

6# Conoce su personalidad a fondo

Para escribir personajes creíbles, necesitas entender su psicología. Debes poder justificar sus acciones, sean estas buenas o malas, mediante una historia de fondo detallada.

7# Introduce imperfecciones

Un personaje completamente bueno o malo será poco creíble. Un equilibrio entre virtudes y defectos hace a los personajes más humanos y, por lo tanto, más creíbles.

8# Incorpora conflictos internos

Colocar a tus personajes en situaciones de dilema moral o conflicto emocional añade profundidad y tensión, capturando la atención del lector.

9# Entiende su perspectiva del mundo

La visión del mundo de tu personaje estará influenciada por factores como su estatus social, riqueza y libertad. Esta perspectiva influirá en cómo el lector percibe el personaje.

10# Trabaja en su voz única

Cada personaje debería tener una forma única de expresarse, influenciada por su origen, cultura y situación social. Lograr esto es uno de los retos más grandes y gratificantes al escribir personajes creíbles.

11# Destaca sus peculiaridades

Características o hábitos únicos pueden hacer que un personaje sea especialmente memorable. Estos detalles añaden capas de autenticidad, haciendo a tus personajes más creíbles y relatables para tus lectores.

12# Habla de las relaciones personales para escribir personajes creíbles

Incluso si tu personaje es un solitario, debe tener un origen y relaciones que lo han moldeado. Detalla la relación con su familia, amigos y compañeros de trabajo, o deja que otros hablen de él. Este es uno de los consejos para escribir personajes creíbles, ya que a menudo, la percepción de terceros puede hacer que el personaje sea más auténtico.

13# Detalla su rutina diaria

Una clave en los consejos para escribir personajes creíbles es mostrar la vida cotidiana del personaje antes de que se desencadene el conflicto principal. Este contraste hace que la evolución del personaje a lo largo de la historia sea más palpable.

14# ¿Qué desea tu personaje?

Es fundamental conocer si el personaje está satisfecho con su vida o si aspira a cambiar algo. Este conocimiento preexistente es crucial para construir una trama coherente.

15# Diferencia entre deseos y necesidades

Lo que el personaje quiere y lo que realmente necesita para ser feliz pueden ser distintos. Este aspecto aporta profundidad y es crucial para escribir personajes creíbles.

16# Clarifica su objetivo final

Debes tener claro qué debe hacer tu personaje para alcanzar su meta, incluso si el personaje mismo está confundido al principio. Esto te ayuda a guiar su comportamiento a lo largo de la trama.

17# Importancia de la motivación

Una narrativa convincente requiere que el personaje esté motivado para enfrentar retos, ya sean internos o externos. La motivación puede ser egoísta o altruista, pero es indispensable.

18# Desvela su pasado

Un historial personal enriquece el personaje y le da profundidad. Sutiles detalles pueden ir desgranándose para revelar el origen del personaje y cómo esto influye en su comportamiento.

19# Incluye sombras del pasado

Cada personaje debería tener sus propios fantasmas o esqueletos en el armario. Estos elementos añaden complejidad y son esenciales para escribir personajes creíbles.

20# No olvides sus sueños

Los sueños y aspiraciones humanizan al personaje y ofrecen pistas sobre su personalidad y motivaciones.

21# ¿Qué le apasiona?

Identificar hobbies o intereses fuera del trabajo y obligaciones cotidianas da más dimensiones al personaje.

22# Define sus afectos

Ya sean amigos, pareja o familia, es vital para escribir personajes creíbles entender dónde está su corazón.

23# Destaca alguna fortaleza

Incluso el personaje más desdichado tiene algo que lo ilumina, una fortaleza que le da sentido a su vida.

24# Haz que sea reconocible

Un personaje debe ser inmediatamente identificable para el lector, lo cual se logra a través de características y comportamientos únicos.

25# Evita el abuso de tópicos

Aunque útiles para descripciones rápidas, los clichés deben usarse con precaución para no disminuir la calidad de la obra.

26# Emociones para escribir personajes creíbles

Personajes realistas tienen un rango de emociones que los humanizan. La inclusión de estas emociones fomenta una conexión emocional con el lector.

27# Introduce desafíos

Poner a los personajes en situaciones complicadas crea tensión y mantiene el interés del lector.

28# Permitir errores

El fracaso y el error humanizan al personaje y ofrecen una ventana hacia su esencia más íntima.

29# Añade algo de sufrimiento

Los personajes que sufren se vuelven más resilientes, y este sufrimiento conecta con el lector en un nivel emocional.

30# Concede momentos de respiro

Intercalar momentos de calma da profundidad a la historia y permite explorar diferentes facetas del personaje.

31# Ponlos al límite

Cada personaje tiene sus límites morales o éticos. Forzar estos límites ofrece un terreno fértil para el desarrollo del personaje.

32# Otorga un refugio seguro

Todo personaje necesita un espacio donde sentirse seguro. Esto puede ser un lugar, un objeto o incluso otra persona.

33# Equilibra personajes e historia

Los personajes y la trama deben estar en sintonía. Elimina cualquier elemento superfluo que no aporte al desarrollo de la historia o a la credibilidad de los personajes. Al aplicar estos consejos para escribir personajes creíbles, no solo crearás figuras más auténticas sino también una historia más envolvente y atractiva para tus lectores.

Puedes leer más sobre los personajes en estos artículos: Cómo crear personajes o Cómo NO presentar personajes.

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Cómo escribir buenas historias de amor. Aprende a escribir una novela.
Cómo escribir buenas historias de amor. Aprende a escribir una novela. Consejos para escribir un libro.

El amor, un tema recurrente en cualquier disciplina artística. Todos hemos sido testigos, o protagonistas, de una historia así, por eso creemos que sabemos escribir una sin problemas. Pero, puede ser complicado escribir una buena historia de amor, de esas que quedan en el inconsciente del lector y que vive como si fuera su propia historia. Por desgracia, es muy fácil caer en tópicos y debemos ser muy cuidadosos de no cometer ese error, si queremos que lector disfrute (o sufra) con nuestra historia. Si bien es cierto que los tópicos bien desarrollados pueden dar buen resultado.

Una buena historia de amor no tiene época, debe ser atemporal. Debemos ser capaces de poder enmarcarla en cualquier tiempo o circunstancia. Precisamente por eso, debemos ser muy cautos. No será lo mismo una historia de amor en el presente que en el pasado. La cultura evoluciona y los comportamientos sociales con ella. Nos guste o no, el pasado no es como nuestro presente. Debemos ser capaces de retrotraernos y de sacar el máximo partido, que esté en nuestra mano, para acercar esa historia al lector contemporáneo y que la disfrute plenamente. Hay un detalle que, para mí, es un error, y consiste en dar a los personajes de época, valores totalmente contemporáneos. Podemos crear una personalidad adelantada a su época, pero sin pasarnos. Al fin y al cabo, las historias se cuentan porque hay gente extraordinaria en ella, pero, que una dama medieval, se comporte como una mujer moderna, que trabaja y es independiente, no es lo propio. Igual que no es normal que un caballero se comporte como un ejecutivo, que podemos ver por la calle. Cada época tiene sus costumbres sociales y tenemos que acercarnos a ese momento, no coger un personaje que podríamos ver en cualquier serie moderna, describirlo con ropas antiguas y ya. Podemos crear personajes inconformistas, pero aún así, no serán como personajes de una historia contemporánea.

Y ya que tú quieres tener en tu novela tu propia historia de amor (sea una novela romántica o una novela en la que se sucede un romance), veamos. a continuación, qué podemos hacer para que merezca la pena incluirla.

Resumiendo el tema amoroso en la literatura, vamos a listarlo, veamos las diferentes historias de amor que podemos incluir en nuestra historia:

#1 De enemigos a amantes

#2 De amigos a amantes

#3 Triángulo amoroso

#4 Segundas oportunidades

#5 Romance entre rico y pobre

#6 Amantes desafortunados

#7 Los opuestos de atraen

#8 Amores guiados por el destino

#9 Relaciones fingidas

#10 Amor a primera vista

#11 Romances en la realeza

#12 Matrimonios concertados o por motivos políticos

Son tópicos y queremos huir de ellos, ¿verdad? Son situaciones que funcionan muy bien en la literatura. Tu misión, como escritor, será convertirlas en una gran historia de amor que llegue a todos. Tienes que ser capaz de escribir y que nadie piense que es un tópico. Ahí entra tu magia cómo escritor.

Algo que tienes que tener en cuenta, es que una historia de amor debe fluir lenta, cociéndose a fuego lento hasta que los implicados estén preparados. En el caso del amor a primera vista, por ejemplo, la “cocción” será presentarnos a esos personajes; permitir al lector saber cómo son, qué les gusta, qué los une, o los separa; y llegado el momento, dar el paso de ver su amor completo. Que la pareja amorosa sea un mero premio, que, el protagonista, alcanzará con el éxito, hace que la historia amorosa no exista, sólo un manual de pasos hasta alcanzar el amor. Y el amor no es una corona de laureles, es un sentimiento que crece, que se desarrolla a lo largo de tu novela y que florece en algún punto entre el principio y el final de la obra. Es una historia que debe tocar la fibra sensible del lector. Las historias romántica lentas, son mucho más adictivas que las rápidas.

Vamos a ver qué aspectos deberían tener nuestras historias de amor para resultar auténticas.

1# ¿Qué tipo de química quieres crear?

Lo cierto es, que, la química, muchas veces, es algo incomprensible. Y por mucho que lo busques, es difícil de conseguir. Puedes tener en cuenta algunos aspectos que pueden convertir la relación entre dos personas en algo natural e interesante. Que dos personajes tengan esa química especial, casi es suerte. Pero si trabajas duro, la suerte te sonreirá con mayor frecuencia. Hay que estar pescando para lograr una buena pieza y hay que estar trabajando para que la musa ilumine tu trabajo,

Podríamos fundamentar las relaciones en:

  • Un vínculo sobre los intereses de ambos o de una experiencia compartida.
  • El conocer a alguien, amplía los horizontes de uno de ellos.
  • Personalidades opuestas que se atraen.
  • Admiración mutua.

La química no es sólo amorosa, también puede existir entre amigos y algunos de estos rasgos, sirven también en otros tipos de relación. El amor romántico y el amor fraternal, funcionan muy bien, no todo ha de ser amor entre parejas.

Si quieres alcanzar el éxito, procura combinar los tópicos que expusimos al principio con estos rasgos que estamos viendo. Esa mezcla, puede ser nuestra escalera al éxito.

2# Define el interés romántico de tu protagonista

No necesitas precisar lo que tu protagonista necesita en el amor, pero debes dejarlo patente. Es necesario que conozcas bien a tus personajes y conocer lo que necesitan para estar completos, aunque ellos no lo sepan o crean que no lo necesitan.

Aunque, a veces, necesitas crear un interés romántico, para activar a tu protagonista, tienes que diseñar un buen personaje que sirva como pareja a tu protagonista.

3# Crear un personaje que complete a tu protagonista

Además de crear unos buenos personajes, tienes que lograr crear un conflicto entre los amantes o enamorados. ¿Estarán juntos desde el principio o tendrán que evolucionar hasta estarlo? Si uno de los personajes va a evolucionar, significa que, en un principio, no estaba destinado a esa persona, así que algo lo cambia, ¿el amor verdadero? Eso lo debes decidir tú.

Hazte las siguientes preguntas:

¿Qué encuentra, ese protagonista, atractivo en otra persona?

¿Qué tipo de persona le daría la felicidad? Piensa que, a veces, buscamos el amor en una persona que no nos va a llevar a la felicidad, porque nos empeñamos en un amor que no debería ser. Tal vez tu protagonista tenga un amor que lo ciega y no ve que, el verdadero amor, lo tiene a su lado.

¿Tiene, uno de los enamorados, algo que le impide darle rienda suelta al amor?

¿Qué valora nuestro protagonista de otra persona?

¿En qué circunstancia se siente solo nuestro protagonista?

¿Cuál es su mayor temor? ¿Qué descubran un defecto, algo que lo hace sentirse culpable?

¿Puede el amor sacarlo de su zona de confort? ¿Hacerle olvidad todo lo malo que lo acecha?

¿Le va bien un tópico amoroso a mi obra? No es lo mismo una historia de aventuras con un romance que una historia romántica.

¿Qué tópico encaja en mi historia?

Si logras responder a estas preguntas (no todas, no te preocupes), ya estás preparado para escribir el personaje que despertará el interés romántico de tu protagonista.

Y siempre, piensa, que el amor del que hablamos en este caso, es el amor romántico. Existen muchos tipos de amor que pueden funcionar muy bien en una historia y que nos alejan de esos tópicos de los que hablamos al principio. Hay grandes historias de amistad, que es amor por otra persona sin interés romántico. Amor entre hermanos o padres e hijos, amor a la justicia, a la verdad… en literatura vale todo lo que seas capaz de escribir con sentido.

Pero piensa, que en una historia romántica, tiene que haber al menos dos personajes implicados. Por eso, es necesario desarrollar al protagonista y al compañero (quien provoca el interés romántico). Vamos a ver una lista de cosas, que harán que el lector comprenda mejor esa historia:

  • La pareja de tu protagonista (o quién representa el interés romántico), tiene su propia historia, no es un simple florero o premio que logrará, o no, el protagonista.
  • Dale humanidad (no crees un dios o diosa que cumpla todos los requisitos del protagonista). Todos tenemos defectos y virtudes, huye de los personajes perfectos, el lector no quiere ver eso, quiere ver realidad.
  • Procura que la persona de la que se enamora tu protagonista sea irremplazable. Su presencia o existencia, tiene gran importancia en la trama. Que no sea un mero accesorio que aparece de vez en cuando para darle un poco de acción a la historia.
  • La pareja de tu protagonista (o la persona que despierta su amor), tiene que marcar un antes y un después en el protagonista. Tanto el uno como el otro, deben influenciar en el comportamiento, tienen que sufrir algún cambio en ellos, provocado por el amor o la falta de él. Los personajes inician un viaje al inicio de la historia y deben llegar al final cambiados de alguna forma.

Las historias de amor pueden enriquecer una obra o destrozarla. Piensa bien antes de introducirla en tu trabajo. Puedes pensar que es necesaria, pero deberías estar abierto a la posibilidad de que no lo sea. Una historia romántica no sería nada sin los amantes, pero otro tipo de historia puede funcionar, perfectamente, sin necesidad de introducir el interés romántico. Cuando decidas escribir una historia de amor, ten en cuenta todos estos detalles de los que hemos hablado. Por supuesto, no es necesario que tu historia cumpla todo, pero sí alguno de ellos, porque eso significa que lo estarás haciendo bien.

Y lo más importante, escribas una historia de amor para una novela romántica o lo hagas para una novela de acción, trabaja bien esa historia, no caigas en el tópico de convertirla en una mera anécdota, un adorno más, de tu novela. El lector quiere sentir pasión y dolor. Dáselo.

¿Y a ti? ¿Te gustan las historias de amor? ¿Tal vez seas lector de novelas románticas? ¿O te apasionan las novelas, que no siendo románticas, tienen una gran historia de amor?

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Los personajes. Aprende a escribir una novela.
Los personajes. Consejos para escribir personajes sólidos. Aprende a escribir un libro. Descubre cómo escribir una novela.

Los personajes, esos actores que se mueven dentro de las historias y que permiten al lector adentrarse en un mundo único, que nace de la mente del autor. ¿Qué sería de las novelas sin ellos?

El mundo literario es muy antiguo y, desde su nacimiento, fueron estableciéndose ciertos arquetipos que marcan la actitud, defectos y virtudes de los personajes que pueblan nuestras grandes obras (y digo nuestras, porque muchas son ya parte de nosotros mismos; ¿quién no conoce a los Tres mosqueteros, o al conde Drácula?)

Muchas veces creamos personajes que, sin saberlo, pertenecen a un arquetipo determinado que aparece en muchas historias. Con el tiempo, esos arquetipos se han ido transformando, modernizando y fusionando, creando nuevas opciones. Lo de los buenos, muy buenos y los malos, muy malos (aunque los malos son ahora explorados por autores para darles una nueva vuelta de tuerca y hacer comprender a los lectores, que hasta el más maligno de los malignos, tiene un lado bueno o un pasado que “justifica” sus acciones, hasta cierto punto, claro).

Fue Jung quien creó una recopilación de esos arquetipos que llenan las páginas de las historias clásicas, de las que todos los escritores modernos bebemos. Esa recopilación sigue hoy vigente, aunque, es cierto, que los arquetipos se forman gracias al tiempo; con esto quiero decir, que los arquetipos existen, gracias a que tenemos siglos y siglos de historias en las que analizar a los personajes. El arquetipo es universal, no depende de la cultura en sí, aunque su exposición, la forma en la que se muestra sí. No miramos igual un anciano en nuestra cultura occidental, que en la cultura oriental.

Y Jung no se limitó a enumerar los principales arquetipos de personalidades, también introdujo eventos arquetípicos y motivos arquetípicos, pero esto lo veremos en futuros artículos. Ahora vamos a centrarnos en los personajes.

Podríamos intentar numerar los arquetipos de Jung, pero la verdad es que no es algo cerrado, podemos encontrar rasgos de unos y otros en personajes diferentes. Como siempre, es mejor no pensar en negro o blanco, encontraremos mucha más riqueza en toda esa gama de grises que tenemos en medio. Pero, vamos con el primero de ellos:

LA MADRE

Con la madre, tenemos la visión de la cuidadora, del ser protector que se preocupa del bienestar de quienes tiene alrededor.

Por supuesto, que cada rol, cada arquetipo, no tiene género ni edad, ni siquiera tiene porque ser una persona. Si un personaje es protector y se preocupa por el bienestar de quienes le rodean sin importarle su misma persona, estaremos hablando del arquetipo de la madre. Todos podemos ser protectores, no se trata de un rasgo femenino o masculino. Es un concepto, y los conceptos son universales.

Ejemplo:

Isis, en la cultura egipcia, encarna este rol a la perfección.

EL PADRE

En este caso, hablamos de la figura autoritaria, quien domina a quieres tiene a su alrededor por su condición de líder.

No es necesario ser padre para ser líder, ni ser viejo, joven, fuerte o inteligente. El líder puede ser cualquiera que sea capaz de recoger un grupo que siga sus criterios.

Ejemplo:

Zeus, padre de todos.

EL NIÑO

Es un personaje que tiene una connotación positiva o negativa. Representa la inocencia, el desconocimiento. Pero también es la inmadurez, la resistencia a aceptar responsabilidades.

Y como en todos los arquetipos, no es necesario ser infante para ser definido así.

Ejemplo:

Un ejemplo bien moderno, Grogu en el Mandaloriano.

LA SOMBRA

Todo el mundo interior que no ven los demás o que el propio personaje no quiere mostrar, está dentro del arquetipo de la sombra. A veces son los instintos más primitivos, otras capacidades extraordinarias que no son aceptadas por la sociedad.

Pero también puede ser todo el mundo que no ven los personajes, esa parte oculta que acecha y persigue a los personajes. Es lo que se oculta, por no ser aceptado por la sociedad o por el inconsciente colectivo.

Ejemplo:

En Frozen, Elsa quiere mantener ocultos sus poderes, que forman parte de ella y representan algo prohibido o mal visto en la sociedad.

EL HÉROE

Uno de los arquetipos más recurrentes en la literatura. El héroe tiene un objetivo, imposible de alcanzar por cualquiera, y lucha sin tregua para conseguirlo.

Una vez más, los arquetipos son conceptos y los conceptos no entienden de géneros.

Ejemplo:

El capitán América, en el universo Marvel. Wonder Woman, en el unverso DC. Katniss, en Los juegos del hambre.

EL SABIO

Este personaje encarna el conocimiento. Suele ser un personaje que ayuda al héroe en su camino, proporcionando algo fundamental para que el éxito suceda. Es un personaje muy versátil, podemos encontrarlo como un chamán, un profesor, un abuelo, un libro… muchas veces no es necesario que sea encarnado por alguien, puede ser sustituido por una visita a la biblioteca.

Ejemplo:

Gandalf, en el Señor de los Anillos.

EL EMBAUCADOR

Este personaje puede dar mucho juego. No tiene porqué estar definido en un lado u otro. No es bueno ni malo, podríamos decir que es caótico y que sus movimientos son inesperados por los demás personajes. Suelen romper las reglas sin miramientos y actuar al margen de lo que la sociedad considera correcto.

Ejemplo:

Loki, en el universo Marvel.

EL ÁNIMA

Siendo muy poco escrupulosos, podríamos decir que el ánima es la visión de lo femenino en la psique colectiva masculina. Representa a la mujer y a lo que reconocemos como femenino.

El hombre busca en la mujer lo que él considera que debe ser. Porque en su inconsciente, tiene claro cómo debe ser una mujer para él.

EL ÁNIMUS

Al igual que con el ánima, siendo igualmente poco precisos, diríamos que es el concepto de lo masculino visto desde la psique colectiva femenina. Lo que pensamos, como civilización y cultura que define a un hombre.

La mujer busca, con la imagen que tiene en su inconsciente, detalles del hombre que ella considera, que debe ser.

El ánima y el ánimus contraponen los conceptos de femenino-masculino. Está íntimamente relacionado con los roles de género.

Ejemplo:

En Romeo y Julieta encontramos un ejemplo para ambos conceptos.

Puede resultar complicado pretender numerar los arquetipos, puesto que los personajes tienen muchas más facetas que no encajan únicamente en uno. Y, además, eso indica la riqueza del personaje. Las luces y las sombras proporcionan una visión mucho más completa y rica que el lector apreciará.

El protagonista no debe ser un ser totalmente estereotipado en la historia, si nos centramos en un único arquetipo, podemos lograr ese efecto y estropear nuestra historia. Los personajes están vivos. Y la vida te conduce a relaciones amistosas; a encontrar enemigos en el camino; a sentirnos perdidos; a tener que cuidar de alguien; a luchar contra una injusticia; a cometer injusticias… un héroe puede verse envuelto en una historia en la que, no solo deba luchar por su meta, sino que deba cuidar de alguien mientras lo hace.

Ahí es donde entra tu magia como escritor. Debes crear personajes vivos, con claros, oscuros (y, ojo, que los oscuros no tienen por qué denostar su personalidad, los defectos pueden ser insignificantes, o no estar por encima de sus principios. Un héroe puede tener claro que jamás cometerá una injusticia, pero hacerlo sin pensarlo si el momento lo precisa).

Debes tener en cuenta, también, que las relaciones entre los personajes de tu historia, se verán influenciadas, según pertenezcan a un arquetipo u otro. Y que la historia puede llevar a esos personajes a actuar de forma opuesta a su personalidad. Lo que tienes que hacer dotarlos de vida y que sus acciones, o inacciones, estén siempre justificadas, bien por sus experiencias o por las exigencias de la situación en la que se vean inmersos.

Y ten mucho cuidado a la hora de centrarte tanto en marcar a uno de esos personajes para que encaje en un arquetipo, no debes forzarlo. Casi podríamos decir, que es el lector el que tiene que pensar, tras conocer un poco al personaje, de qué clase es. El héroe no tiene por qué ser el valeroso caballero que lucha contra el dragón. El héroe puede ser el niño que ve perdida la batalla, cuando el caballero pierde su espada, y corre, sin importarle su propia vida, pensando en su aldea, para devolverle esa espada y que, finalmente, acabe con la bestia.

Las historias están vivas y los personajes más aún. Intenta trabajar tus personajes antes de ponerte a escribir tu historia. Puedes tomar notas, hacer fichas, escribir su historia… tienes muchas opciones a la hora de hacer un buen trabajo. Y haciendo todo esto, podrás ver los fallos o problemas que puedes tener con ese personaje a la hora de incorporarlo a tu novela.

Y esto es todo por hoy. En futuras publicaciones, veremos más detalles de los arquetipos de Jung. Mientras tanto, ya tienes trabajo por hacer.

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