El amor, un tema recurrente en cualquier disciplina artística. Todos hemos sido testigos, o protagonistas, de una historia así, por eso creemos que sabemos escribir una sin problemas. Pero, puede ser complicado escribir una buena historia de amor, de esas que quedan en el inconsciente del lector y que vive como si fuera su propia historia. Por desgracia, es muy fácil caer en tópicos y debemos ser muy cuidadosos de no cometer ese error, si queremos que lector disfrute (o sufra) con nuestra historia. Si bien es cierto que los tópicos bien desarrollados pueden dar buen resultado.
Una buena historia de amor no tiene época, debe ser atemporal. Debemos ser capaces de poder enmarcarla en cualquier tiempo o circunstancia. Precisamente por eso, debemos ser muy cautos. No será lo mismo una historia de amor en el presente que en el pasado. La cultura evoluciona y los comportamientos sociales con ella. Nos guste o no, el pasado no es como nuestro presente. Debemos ser capaces de retrotraernos y de sacar el máximo partido, que esté en nuestra mano, para acercar esa historia al lector contemporáneo y que la disfrute plenamente. Hay un detalle que, para mí, es un error, y consiste en dar a los personajes de época, valores totalmente contemporáneos. Podemos crear una personalidad adelantada a su época, pero sin pasarnos. Al fin y al cabo, las historias se cuentan porque hay gente extraordinaria en ella, pero, que una dama medieval, se comporte como una mujer moderna, que trabaja y es independiente, no es lo propio. Igual que no es normal que un caballero se comporte como un ejecutivo, que podemos ver por la calle. Cada época tiene sus costumbres sociales y tenemos que acercarnos a ese momento, no coger un personaje que podríamos ver en cualquier serie moderna, describirlo con ropas antiguas y ya. Podemos crear personajes inconformistas, pero aún así, no serán como personajes de una historia contemporánea.
Y ya que tú quieres tener en tu novela tu propia historia de amor (sea una novela romántica o una novela en la que se sucede un romance), veamos. a continuación, qué podemos hacer para que merezca la pena incluirla.
Resumiendo el tema amoroso en la literatura, vamos a listarlo, veamos las diferentes historias de amor que podemos incluir en nuestra historia:
#1 De enemigos a amantes
#2 De amigos a amantes
#3 Triángulo amoroso
#4 Segundas oportunidades
#5 Romance entre rico y pobre
#6 Amantes desafortunados
#7 Los opuestos de atraen
#8 Amores guiados por el destino
#9 Relaciones fingidas
#10 Amor a primera vista
#11 Romances en la realeza
#12 Matrimonios concertados o por motivos políticos
Son tópicos y queremos huir de ellos, ¿verdad? Son situaciones que funcionan muy bien en la literatura. Tu misión, como escritor, será convertirlas en una gran historia de amor que llegue a todos. Tienes que ser capaz de escribir y que nadie piense que es un tópico. Ahí entra tu magia cómo escritor.
Algo que tienes que tener en cuenta, es que una historia de amor debe fluir lenta, cociéndose a fuego lento hasta que los implicados estén preparados. En el caso del amor a primera vista, por ejemplo, la “cocción” será presentarnos a esos personajes; permitir al lector saber cómo son, qué les gusta, qué los une, o los separa; y llegado el momento, dar el paso de ver su amor completo. Que la pareja amorosa sea un mero premio, que, el protagonista, alcanzará con el éxito, hace que la historia amorosa no exista, sólo un manual de pasos hasta alcanzar el amor. Y el amor no es una corona de laureles, es un sentimiento que crece, que se desarrolla a lo largo de tu novela y que florece en algún punto entre el principio y el final de la obra. Es una historia que debe tocar la fibra sensible del lector. Las historias romántica lentas, son mucho más adictivas que las rápidas.
Vamos a ver qué aspectos deberían tener nuestras historias de amor para resultar auténticas.
1# ¿Qué tipo de química quieres crear?
Lo cierto es, que, la química, muchas veces, es algo incomprensible. Y por mucho que lo busques, es difícil de conseguir. Puedes tener en cuenta algunos aspectos que pueden convertir la relación entre dos personas en algo natural e interesante. Que dos personajes tengan esa química especial, casi es suerte. Pero si trabajas duro, la suerte te sonreirá con mayor frecuencia. Hay que estar pescando para lograr una buena pieza y hay que estar trabajando para que la musa ilumine tu trabajo,
Podríamos fundamentar las relaciones en:
- Un vínculo sobre los intereses de ambos o de una experiencia compartida.
- El conocer a alguien, amplía los horizontes de uno de ellos.
- Personalidades opuestas que se atraen.
- Admiración mutua.
La química no es sólo amorosa, también puede existir entre amigos y algunos de estos rasgos, sirven también en otros tipos de relación. El amor romántico y el amor fraternal, funcionan muy bien, no todo ha de ser amor entre parejas.
Si quieres alcanzar el éxito, procura combinar los tópicos que expusimos al principio con estos rasgos que estamos viendo. Esa mezcla, puede ser nuestra escalera al éxito.
2# Define el interés romántico de tu protagonista
No necesitas precisar lo que tu protagonista necesita en el amor, pero debes dejarlo patente. Es necesario que conozcas bien a tus personajes y conocer lo que necesitan para estar completos, aunque ellos no lo sepan o crean que no lo necesitan.
Aunque, a veces, necesitas crear un interés romántico, para activar a tu protagonista, tienes que diseñar un buen personaje que sirva como pareja a tu protagonista.
3# Crear un personaje que complete a tu protagonista
Además de crear unos buenos personajes, tienes que lograr crear un conflicto entre los amantes o enamorados. ¿Estarán juntos desde el principio o tendrán que evolucionar hasta estarlo? Si uno de los personajes va a evolucionar, significa que, en un principio, no estaba destinado a esa persona, así que algo lo cambia, ¿el amor verdadero? Eso lo debes decidir tú.
Hazte las siguientes preguntas:
¿Qué encuentra, ese protagonista, atractivo en otra persona?
¿Qué tipo de persona le daría la felicidad? Piensa que, a veces, buscamos el amor en una persona que no nos va a llevar a la felicidad, porque nos empeñamos en un amor que no debería ser. Tal vez tu protagonista tenga un amor que lo ciega y no ve que, el verdadero amor, lo tiene a su lado.
¿Tiene, uno de los enamorados, algo que le impide darle rienda suelta al amor?
¿Qué valora nuestro protagonista de otra persona?
¿En qué circunstancia se siente solo nuestro protagonista?
¿Cuál es su mayor temor? ¿Qué descubran un defecto, algo que lo hace sentirse culpable?
¿Puede el amor sacarlo de su zona de confort? ¿Hacerle olvidad todo lo malo que lo acecha?
¿Le va bien un tópico amoroso a mi obra? No es lo mismo una historia de aventuras con un romance que una historia romántica.
¿Qué tópico encaja en mi historia?
Si logras responder a estas preguntas (no todas, no te preocupes), ya estás preparado para escribir el personaje que despertará el interés romántico de tu protagonista.
Y siempre, piensa, que el amor del que hablamos en este caso, es el amor romántico. Existen muchos tipos de amor que pueden funcionar muy bien en una historia y que nos alejan de esos tópicos de los que hablamos al principio. Hay grandes historias de amistad, que es amor por otra persona sin interés romántico. Amor entre hermanos o padres e hijos, amor a la justicia, a la verdad… en literatura vale todo lo que seas capaz de escribir con sentido.
Pero piensa, que en una historia romántica, tiene que haber al menos dos personajes implicados. Por eso, es necesario desarrollar al protagonista y al compañero (quien provoca el interés romántico). Vamos a ver una lista de cosas, que harán que el lector comprenda mejor esa historia:
- La pareja de tu protagonista (o quién representa el interés romántico), tiene su propia historia, no es un simple florero o premio que logrará, o no, el protagonista.
- Dale humanidad (no crees un dios o diosa que cumpla todos los requisitos del protagonista). Todos tenemos defectos y virtudes, huye de los personajes perfectos, el lector no quiere ver eso, quiere ver realidad.
- Procura que la persona de la que se enamora tu protagonista sea irremplazable. Su presencia o existencia, tiene gran importancia en la trama. Que no sea un mero accesorio que aparece de vez en cuando para darle un poco de acción a la historia.
- La pareja de tu protagonista (o la persona que despierta su amor), tiene que marcar un antes y un después en el protagonista. Tanto el uno como el otro, deben influenciar en el comportamiento, tienen que sufrir algún cambio en ellos, provocado por el amor o la falta de él. Los personajes inician un viaje al inicio de la historia y deben llegar al final cambiados de alguna forma.
Las historias de amor pueden enriquecer una obra o destrozarla. Piensa bien antes de introducirla en tu trabajo. Puedes pensar que es necesaria, pero deberías estar abierto a la posibilidad de que no lo sea. Una historia romántica no sería nada sin los amantes, pero otro tipo de historia puede funcionar, perfectamente, sin necesidad de introducir el interés romántico. Cuando decidas escribir una historia de amor, ten en cuenta todos estos detalles de los que hemos hablado. Por supuesto, no es necesario que tu historia cumpla todo, pero sí alguno de ellos, porque eso significa que lo estarás haciendo bien.
Y lo más importante, escribas una historia de amor para una novela romántica o lo hagas para una novela de acción, trabaja bien esa historia, no caigas en el tópico de convertirla en una mera anécdota, un adorno más, de tu novela. El lector quiere sentir pasión y dolor. Dáselo.
¿Y a ti? ¿Te gustan las historias de amor? ¿Tal vez seas lector de novelas románticas? ¿O te apasionan las novelas, que no siendo románticas, tienen una gran historia de amor?
Si te ha gustado el artículo, compártelo en tus redes. Y si quieres hacer algún comentario, aquí abajo tienes la oportunidad.
Y si todavía no te has suscrito, hazlo ya, te regalamos una mini guía para escribir tu novela y un par de fichas para que diseñes tus personajes y capítulos.
Déjanos tus comentarios aquí abajo o dudas que puedas tener. Tus comentarios nos ayudan a mejorar y a tener mayor visibilidad en la red, para poder seguir ofreciendo contenido gratuito.
Una muy buena página orientadora para los que deseamos mejorar en la escritura. Gracias
Gracias por tu comentario. Seguiré trabajando para continuar siendo un apoyo.
¿Pueden haber dos protagonistas? Es decir el protagonista y su pareja.
Por supuesto. Si la historia lo permite sí. Lo normal es que solo exista uno, porque el protagonista es quien permite la evolución de esa historia. Pero puede existir un caso en el que el personaje protagonista este formado por dos. Pero debes asegurarte de que la historia lo acepta. Puede que los consideres a ambos héroes de la historia y resultar que solo uno lo es de verdad, el otro podría ser un secundario con mucha importancia.
Me encantan tus artículos, me ha dado una retroalimentacion de la historia que estoy escribiendo y que sin duda necesita mucho de este artículo. Quiero preguntar, que pasa con las historias de amor secundarias en una historia? también se pueden desarrollar bien sin robar el protagonismo de la pareja principal?
Por supuesto. Aunque es algo que debes cuidar al tejer la trama de tu historia, porque puedes caer en el error de darle más importancia a esa historia que a la principal. Mira Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. ¿Acaso no es interesante la historia de amor de Jane? ¿Y le quita eso importancia a la de Elizabeth? Al contrario, la hace crecer y crecer y desata el interés del lector para saber si Lizzy tendrá su oportunidad con ese hombre que parece tener más capas de las que se ven a simple vista.