Consejos para escritores + Cómo escribir un libro

Etiqueta: literatura

Crea una portada para tu libro.
Aprende cómo crear una portada para tu libro. Aprende a escribir una novela.

Puede que no todo el mundo lo haga, pero casi todos acudimos al libro que más llama nuestra atención por la vista. Esas portadas llamativas, que te provocan, que te llaman, que te gritan: ¡léeme! Y es probable, que tras leer el título y darle la vuelta, para saber un poco más, devuelvas ese libro al montón, porque no te interesa. Pero le has dado una oportunidad. Algo que no has hecho con el que está al lado, ese de portada triste y aburrida. Y lo peor de todo, es que, ese libro que ni has levantado, podría ser lo que estaban buscando.

Así somos. Necesitamos estímulos, alfilerazos que nos hagan saltar las alarmas, ante la posibilidad de un libro atractivo. No podemos evitarlo, somos humanos. El diseño puede marcar la diferencia entre ser leído o no. Y no hablemos ya de la edición del volumen. Tengo libros repetidos en mi estantería, sólo porque son una maravilla que todo amante de las letras debe poseer.

Todo el trabajo invertido en escribir y preparar tu libro puede verse frustrado por una mala presentación.

En futuros artículos, hablaremos de la maquetación, edición y publicación de un libro, pero hoy vamos a centrarnos en la parte estética que primero llega al lector: la portada.

Una portada sólo es una cubierta que envuelve algo mucho más profundo y trabajado. Es la imagen de una historia que fue escrita para leerse. Y la mejor forma de encontrar lectores, es lucir perfecta, como una luz en mitad de la noche para unas polillas.

Puedes usar colores, tipografías, ilustraciones, infografías, fotos… es la portada de tu libro, tiene que ser perfecta. Y debemos tener claro lo que queremos, tanto si la encargamos a un profesional como si la realizamos nosotros mismos. Puede que se te de bien el dibujo o la fotografía, o puede que no, eso ya va en las habilidades de cada uno. Es posible que tengas claro lo que quieres conseguir. Y debes conocer a la perfección el tipo de libro que quieres crear. No va a ser lo mismo una novela de suspense que un manual para aprender caligrafía. Cada tema tiene su estética. Aunque, bien es cierto, que la estética puede destacarte o esconderte entre la multitud. A veces hay que buscar la originalidad como medio para ser descubierto por los lectores. Lo importante de verdad será tu contenido, pero si no sabes vestirlo, es posible que nadie llegue a abrir tu libro.

Vamos a ver a continuación cómo debemos diseñar nuestra portada para que sea el centro de atracción de todos en la librería.

#1

El tema

Es lo principal, lo que más claro debes tener, puesto que tu libro ya está terminado y sabes de qué trata. Sabiendo el tema, puedes aprovechar y buscar en las librerías, revisa bien los libros que están en la misma línea que el tuyo. Si puedes, apunta cuáles te llaman más la atención y por qué lo hacen. Después, mira los que no han llamado tu atención, los que has tenido que acercarte y mirar bien para verlos (porque son apagados y grises y no vemos lo gris cuando hay mucho que mirar). Eso es lo que deberías evitar, porque tú mismo has comprobado que no destacan para los potenciales lectores.

Ahora haz una lista de cosas que tienen en común los que brillaban por sí solos y otra con lo que se repite en los menos llamativos. Con esa lista bien presente, debes ponerte a diseñar tu portada.

#2

Los colores

El color es muy importante a nivel psicológico. Cada color nos despierta emociones y recuerdos. Es cierto que no es una ciencia exacta, pero se basa en las mayorías y la mayoría vemos un color rojo como algo muy vivo y un gris oscuro como algo aburrido.

Cada color, o combinación de colores, tiene un significado y podemos utilizarlo en nuestro favor. Si quieres sabe más sobre el tema del color, puedes leer este libro de Eva Heller, una obra muy completa sobre cómo influyen los colores y las combinaciones de los mismos en la psique humana, se llama Psicología del color.

Hay colores relacionados con determinadas temáticas en el mundo literario. Y si te fijas, en el cine también. Las películas tienen un cartel en tonalidades específicas para cada género y la fotografía también es cuidadosamente elegida. Piensa en una película de aventuras. ¿Qué colores te vienen a la mente? Suelen usar colores cálidos para las historias de acción y aventuras. Cada fotograma está teñido de una tonalidad anaranjada que invita a eso, a la acción. Sin embargo, ahora busca una película de terror. Los colores cambian, ahora predominan los verdes apagados y los azules y grises. Esas tonalidades invitan al miedo, a lo desconocido y lo oculto.

No hace falta que seas experto en el significado de los colores, pero está bien tenerlo en cuenta a la hora de diseñar.

Si quieres crear paletas de colores o saber si un color es legible sobre determinado fondo, puedes visitar Coolors, una web donde crear paletas.

#3

La composición

Nuestra portada necesita un punto en el que centrarnos para crear lo que queremos transmitir de nuestra obra. Aquí tienes varias opciones, todas válidas: puedes usar una ilustración como elemento principal; o tal vez una fotografía; o quizá un collage; sin menospreciar las tipografías originales o lettering.

Te decidas por lo que te decidas, la idea está en convertir la portada en una pequeña muestra de lo que hay dentro. A mí no me gustan las portadas que no tienen nada que ver con el libro. Por no hablar, de las portadas que toman como tal el cartel de una película. Si la película existía antes (algo poco común) que el libro, lo puedo entender; pero jamás comprenderé por qué me venden Drácula con el cartel de la película de Coppola (sí que lo entiendo, para vender más libros aprovechando el tirón). Y esos libros que utilizan una pintura que nada tiene que ver con la obra. Me gusta todo lo personalizado y un libro tiene mucho arte y creatividad en cada una de sus facetas.

En esta parte del diseño, tenemos que tener en cuenta algunas premisas que se utilizan en la fotografía y la ilustración. Podemos hacer uso de estas reglas para asegurarnos el éxito con nuestro trabajo.

  • REGLA DE LOS TRES TERCIOS O SECCIÓN ÁUREA

Es considerada la composición perfecta, cualquier escena o imagen que la respete, tiende a considerarse bella, por su equilibrio y fuerza. Está basada en la sucesión de Fibon­acci y se conoce desde tiempos inmemoria­les. Es una de las composiciones más utiliza­das en el arte a lo largo de la historia.

  • LINEA DE COMPOSICIÓN

La línea puede ser vertical, horizontal o inclina­da. Se trata de distribuir en esa línea los principales elementos de nuestra composición, para dirigir la mirada del espectador por dónde nosotros quere­mos.

  • EQUILIBRIO

Las principales imágenes de nuestra composición tienen que estar compensadas, no se trata de alcanzar la simetría, podemos dividir en dos nuestra composición y que en un lado existan dos ele­mentos y en el otro uno solo, pero de gran volumen. Eso equilibra la escena, con una relativa simetría.

Existen más formas de catalogar nuestra composición, pero estas son las más básicas y las únicas que vas a necesitar, a no ser que pretendas con­vertirte en un profesional del diseño, si es así, necesitarás consultar guías más específicas y realizar cursos o estudios para ser diseñador gráfico.

#4

La tipografía

Lo ideal es buscar fuentes que se lean fácilmente. Queremos que nuestra portada se vea perfecta y que el lector pueda leer sin dificultad el título de nuestra obra, nuestro nombre y la sinopsis de la misma. Sería una desgracia escoger una fuente tan intrincada, que el lector no lograse leerla a la primera y dejara tu libro sin ganas de hacer un esfuerzo que no quiere hacer. Crear un libro con una tipografía rara, que sea difícil de leer, es como crear una silla llena de ángulos y zonas duras, que dificultan sentarse. Hazle la vida fácil al lector, escoge una buena letra que sea agradable y cómoda. Puedes permitirte el lujo de introducir una tipografía rebuscada, pero que sea en algo puntual y siempre, siempre, que se lea a la primera.

Tenemos miles de fuentes gratuitas en internet y otras muchas de pago. No es necesario que te rompas la cabeza buscando la tuya. Las letras que “funcionan” en los libros, suelen ser siempre las mismas o variaciones de las mismas.

Para la edición impresa de los libros, suelen usarse tipografías del tipo Serif y para las ediciones digitales del tipo Sans Serif. Por supuesto eres libre de elegir la que más se ajuste a tus intereses, pero ten en cuenta que tu público puede querer una letra más sencilla y legible. Si puedes, comparte algunos textos, con las tipografías que quieres usar, con varias personas y pídeles que te indiquen cuál de ellas les resulta más cómoda de leer. Te ahorrarás algunos quebraderos de cabeza.

Aquí te comparto algunos links de páginas que ofrecen tipografías, de pago y gratuitas:

LynoType

CreativeMarket

LostType

FontSquirrel

Podríamos incluir en las tipografías el lettering, muy de moda últimamente. Con esta técnica podemos crear una preciosa composición de letras intrincadas y elementos gráficos. Muchas veces se logra un efecto vintage muy atractivo, que según la temática de nuestra obra, puede dar un buen resultado. Es una posibilidad muy interesante, porque el lettering se basa en el dibujo, más que en la caligrafía, es como inventar una caligrafía para tu portada y adaptarla a un elemento gráfico concreto. Puede ser única y eso resulta muy, pero que muy atractivo. Si quieres saber un poco más sobre el mundo del lettering, visita el blog Imborrable, en él puedes encontrar tanto herramientas como consejos para adentrarte en este mundo.

Si logras crear una buena composición, con los elementos adecuados y las imágenes perfectas, tu portada llamará la atención de tus potenciales lectores.

Algo que debes tener en cuenta, a la hora de crear tu portada, es que, la realices tú o la encargues a un profesional, debes implicarte en el diseño, porque si dejas todo en manos de otro, hará una interpretación libre de lo que le pides. Y esto no tiene por qué ser malo, pero puede que el diseñador tenga una visión muy diferente a la tuya. Tengas o no habilidades artísticas, en el sentido gráfico, intenta crear un boceto de lo que quieres. Un artista que interprete ese boceto, lo llevará más a su visión que a la tuya, pero al tener un punto focal en el que centrarse, el resultado será más satisfactorio para ti como autor de la obra.

Actualmente estoy trabajando en una guía para diseñar tu portada. Espero poder publicarla a mediados de septiembre. Suscríbete si no lo has hecho ya, así estarás al día de todo y serás el primero en enterarte.

¿Ya has escrito tu novela? ¿Sólo te falta la portada? Pues ya tienes una idea de cómo empezar a crearla. Ponte a ello y culmina tu obra de la mejor manera.

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Los personajes. Aprende a escribir una novela.
Los personajes. Consejos para escribir personajes sólidos. Aprende a escribir un libro. Descubre cómo escribir una novela.

Los personajes, esos actores que se mueven dentro de las historias y que permiten al lector adentrarse en un mundo único, que nace de la mente del autor. ¿Qué sería de las novelas sin ellos?

El mundo literario es muy antiguo y, desde su nacimiento, fueron estableciéndose ciertos arquetipos que marcan la actitud, defectos y virtudes de los personajes que pueblan nuestras grandes obras (y digo nuestras, porque muchas son ya parte de nosotros mismos; ¿quién no conoce a los Tres mosqueteros, o al conde Drácula?)

Muchas veces creamos personajes que, sin saberlo, pertenecen a un arquetipo determinado que aparece en muchas historias. Con el tiempo, esos arquetipos se han ido transformando, modernizando y fusionando, creando nuevas opciones. Lo de los buenos, muy buenos y los malos, muy malos (aunque los malos son ahora explorados por autores para darles una nueva vuelta de tuerca y hacer comprender a los lectores, que hasta el más maligno de los malignos, tiene un lado bueno o un pasado que “justifica” sus acciones, hasta cierto punto, claro).

Fue Jung quien creó una recopilación de esos arquetipos que llenan las páginas de las historias clásicas, de las que todos los escritores modernos bebemos. Esa recopilación sigue hoy vigente, aunque, es cierto, que los arquetipos se forman gracias al tiempo; con esto quiero decir, que los arquetipos existen, gracias a que tenemos siglos y siglos de historias en las que analizar a los personajes. El arquetipo es universal, no depende de la cultura en sí, aunque su exposición, la forma en la que se muestra sí. No miramos igual un anciano en nuestra cultura occidental, que en la cultura oriental.

Y Jung no se limitó a enumerar los principales arquetipos de personalidades, también introdujo eventos arquetípicos y motivos arquetípicos, pero esto lo veremos en futuros artículos. Ahora vamos a centrarnos en los personajes.

Podríamos intentar numerar los arquetipos de Jung, pero la verdad es que no es algo cerrado, podemos encontrar rasgos de unos y otros en personajes diferentes. Como siempre, es mejor no pensar en negro o blanco, encontraremos mucha más riqueza en toda esa gama de grises que tenemos en medio. Pero, vamos con el primero de ellos:

LA MADRE

Con la madre, tenemos la visión de la cuidadora, del ser protector que se preocupa del bienestar de quienes tiene alrededor.

Por supuesto, que cada rol, cada arquetipo, no tiene género ni edad, ni siquiera tiene porque ser una persona. Si un personaje es protector y se preocupa por el bienestar de quienes le rodean sin importarle su misma persona, estaremos hablando del arquetipo de la madre. Todos podemos ser protectores, no se trata de un rasgo femenino o masculino. Es un concepto, y los conceptos son universales.

Ejemplo:

Isis, en la cultura egipcia, encarna este rol a la perfección.

EL PADRE

En este caso, hablamos de la figura autoritaria, quien domina a quieres tiene a su alrededor por su condición de líder.

No es necesario ser padre para ser líder, ni ser viejo, joven, fuerte o inteligente. El líder puede ser cualquiera que sea capaz de recoger un grupo que siga sus criterios.

Ejemplo:

Zeus, padre de todos.

EL NIÑO

Es un personaje que tiene una connotación positiva o negativa. Representa la inocencia, el desconocimiento. Pero también es la inmadurez, la resistencia a aceptar responsabilidades.

Y como en todos los arquetipos, no es necesario ser infante para ser definido así.

Ejemplo:

Un ejemplo bien moderno, Grogu en el Mandaloriano.

LA SOMBRA

Todo el mundo interior que no ven los demás o que el propio personaje no quiere mostrar, está dentro del arquetipo de la sombra. A veces son los instintos más primitivos, otras capacidades extraordinarias que no son aceptadas por la sociedad.

Pero también puede ser todo el mundo que no ven los personajes, esa parte oculta que acecha y persigue a los personajes. Es lo que se oculta, por no ser aceptado por la sociedad o por el inconsciente colectivo.

Ejemplo:

En Frozen, Elsa quiere mantener ocultos sus poderes, que forman parte de ella y representan algo prohibido o mal visto en la sociedad.

EL HÉROE

Uno de los arquetipos más recurrentes en la literatura. El héroe tiene un objetivo, imposible de alcanzar por cualquiera, y lucha sin tregua para conseguirlo.

Una vez más, los arquetipos son conceptos y los conceptos no entienden de géneros.

Ejemplo:

El capitán América, en el universo Marvel. Wonder Woman, en el unverso DC. Katniss, en Los juegos del hambre.

EL SABIO

Este personaje encarna el conocimiento. Suele ser un personaje que ayuda al héroe en su camino, proporcionando algo fundamental para que el éxito suceda. Es un personaje muy versátil, podemos encontrarlo como un chamán, un profesor, un abuelo, un libro… muchas veces no es necesario que sea encarnado por alguien, puede ser sustituido por una visita a la biblioteca.

Ejemplo:

Gandalf, en el Señor de los Anillos.

EL EMBAUCADOR

Este personaje puede dar mucho juego. No tiene porqué estar definido en un lado u otro. No es bueno ni malo, podríamos decir que es caótico y que sus movimientos son inesperados por los demás personajes. Suelen romper las reglas sin miramientos y actuar al margen de lo que la sociedad considera correcto.

Ejemplo:

Loki, en el universo Marvel.

EL ÁNIMA

Siendo muy poco escrupulosos, podríamos decir que el ánima es la visión de lo femenino en la psique colectiva masculina. Representa a la mujer y a lo que reconocemos como femenino.

El hombre busca en la mujer lo que él considera que debe ser. Porque en su inconsciente, tiene claro cómo debe ser una mujer para él.

EL ÁNIMUS

Al igual que con el ánima, siendo igualmente poco precisos, diríamos que es el concepto de lo masculino visto desde la psique colectiva femenina. Lo que pensamos, como civilización y cultura que define a un hombre.

La mujer busca, con la imagen que tiene en su inconsciente, detalles del hombre que ella considera, que debe ser.

El ánima y el ánimus contraponen los conceptos de femenino-masculino. Está íntimamente relacionado con los roles de género.

Ejemplo:

En Romeo y Julieta encontramos un ejemplo para ambos conceptos.

Puede resultar complicado pretender numerar los arquetipos, puesto que los personajes tienen muchas más facetas que no encajan únicamente en uno. Y, además, eso indica la riqueza del personaje. Las luces y las sombras proporcionan una visión mucho más completa y rica que el lector apreciará.

El protagonista no debe ser un ser totalmente estereotipado en la historia, si nos centramos en un único arquetipo, podemos lograr ese efecto y estropear nuestra historia. Los personajes están vivos. Y la vida te conduce a relaciones amistosas; a encontrar enemigos en el camino; a sentirnos perdidos; a tener que cuidar de alguien; a luchar contra una injusticia; a cometer injusticias… un héroe puede verse envuelto en una historia en la que, no solo deba luchar por su meta, sino que deba cuidar de alguien mientras lo hace.

Ahí es donde entra tu magia como escritor. Debes crear personajes vivos, con claros, oscuros (y, ojo, que los oscuros no tienen por qué denostar su personalidad, los defectos pueden ser insignificantes, o no estar por encima de sus principios. Un héroe puede tener claro que jamás cometerá una injusticia, pero hacerlo sin pensarlo si el momento lo precisa).

Debes tener en cuenta, también, que las relaciones entre los personajes de tu historia, se verán influenciadas, según pertenezcan a un arquetipo u otro. Y que la historia puede llevar a esos personajes a actuar de forma opuesta a su personalidad. Lo que tienes que hacer dotarlos de vida y que sus acciones, o inacciones, estén siempre justificadas, bien por sus experiencias o por las exigencias de la situación en la que se vean inmersos.

Y ten mucho cuidado a la hora de centrarte tanto en marcar a uno de esos personajes para que encaje en un arquetipo, no debes forzarlo. Casi podríamos decir, que es el lector el que tiene que pensar, tras conocer un poco al personaje, de qué clase es. El héroe no tiene por qué ser el valeroso caballero que lucha contra el dragón. El héroe puede ser el niño que ve perdida la batalla, cuando el caballero pierde su espada, y corre, sin importarle su propia vida, pensando en su aldea, para devolverle esa espada y que, finalmente, acabe con la bestia.

Las historias están vivas y los personajes más aún. Intenta trabajar tus personajes antes de ponerte a escribir tu historia. Puedes tomar notas, hacer fichas, escribir su historia… tienes muchas opciones a la hora de hacer un buen trabajo. Y haciendo todo esto, podrás ver los fallos o problemas que puedes tener con ese personaje a la hora de incorporarlo a tu novela.

Y esto es todo por hoy. En futuras publicaciones, veremos más detalles de los arquetipos de Jung. Mientras tanto, ya tienes trabajo por hacer.

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Un saludo y muchas gracias por leernos. Nos leemos.

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Criaturas sobrenaturales

En el mundo de la literatura, hay quienes subestiman la calidad de las obras sobrenaturales. Sin embargo, es importante destacar que en la literatura hay tanto obras excepcionales como mediocres. Desde mi perspectiva como ávida lectora, el problema no radica en la temática y ambientación de la historia, sino en la habilidad del escritor para darles vida. Aquellos que menosprecian una obra simplemente por tratar temas fantásticos deberían tomarse un momento para sumergirse en grandes obras como «Drácula», «Frankenstein» o «El Golem». Adoro las criaturas sobrenaturales.

Escribir obras sobrenaturales no es una tarea fácil ni rápida. Es mucho más desafiante dar vida a una novela de temática sobrenatural que a una novela histórica. No es sencillo crear una obra seria; uno puede caer fácilmente en la vulgaridad y lo banal si no tiene cuidado. Asimismo, no es fácil lograr que el lector experimente el verdadero miedo, y una ejecución deficiente puede dar lugar a una obra absurda.

Personalmente, soy una entusiasta de todo lo sobrenatural, pero también valoro la seriedad en la escritura. Por eso, he dedicado años a crear mi propia biblioteca personal llena de grandes obras clásicas sobre criaturas sobrenaturales. Ahora, comparto con ustedes mi pequeña colección de criaturas sobrenaturales en la literatura.


Vampiros: El Reino de las Criaturas de la Noche

Vampiro – Criaturas sobrenaturales

No se puede hablar de criaturas sobrenaturales sin mencionar al vampiro más famoso de todos: el conde Drácula. Aunque es cierto que actualmente conocemos el folklore de estos seres gracias a Bram Stoker, él fue inspirado por las historias que le contaba su madre y por las obras de otros autores que escribieron sobre estas criaturas mucho antes que él.

Hace tiempo leí «Drácula» y aún tengo pendiente volver a sumergirme en sus páginas. Fue una obra que me cautivó profundamente. Esta novela contundente narra de manera magistral el viaje del vampiro, sin la necesidad de mostrarlo en numerosas escenas. Si aún no lo has leído, te lo recomiendo encarecidamente.

Además de «Drácula», existen otras grandes obras que exploran el tema de los vampiros. «El extraño misterioso» de Karl von Wachsmann, «El vampiro» de Polidori y «La buena de lady Ducayne» de Mary Elizabeth Braddon son solo algunas de ellas. Actualmente, estoy inmersa en la lectura de «El castillo de los Cárpatos» de Jules Verne (sí, él no se limitó solo a la literatura futurista). Y, por supuesto, no puedo olvidar mencionar «Carmilla» de Sheridan le Fanu.

Si bien todos conocemos muchas historias de vampiros a través de la televisión y el cine, su origen se encuentra en la palabra escrita. Si deseas conocer sus raíces, aquí te dejo una pequeña lista para que puedas explorarlas. Los vampiros son un tema recurrente en la literatura y aunque recientemente han sido muy populares en la literatura juvenil, personalmente prefiero los clásicos.

Fantasmas: Los Seres de Otro Mundo que Nos Acechan

Fantasma – Criaturas sobrenaturales

Las novelas de fantasmas son un clásico en la literatura. A diferencia de los vampiros, debo admitir que recientemente leí una novela que me encantó: «Tamsin» de Peter S. Beagle. Cualquier amante de la literatura fantástica o sobrenatural debería leerla. Los fantasmas son un tema recurrente en la literatura, incluso aparecen de forma testimonial en libros que no tienen una temática sobrenatural. Pueden manifestarse en sueños o visiones de los protagonistas. Personalmente, adoro las historias de fantasmas y, tras explorar varias bibliotecas, he logrado encontrar numerosas obras que los abordan. Algunas de estas obras pueden considerarse semillas de otras muchas, y aunque las que menciono a continuación no sean las primeras, muchas de ellas son pioneras en el mundo de la literatura.

En «El mensajero» de L.P. Hartley, encontrarás historias de fantasmas. May Sinclair aportó pequeños destellos del mundo de los fantasmas en obras como «The intercesor and other stories». Poe, por su parte, cuenta con numerosos cuentos en los que estos seres rondan durante la narración de sus historias.

Sheridan le Fanu también se aventuró a escribir sobre fantasmas, como se puede apreciar en «Un episodio en la historia de la familia Tyrone». Horace Walpole, en una sola noche, creó «El castillo de Otranto», considerada la primera novela gótica.

Además, en nuestro país, no tan prolífico en estos temas, podemos disfrutar de la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, quien abordó el tema de los fantasmas en su relato «El rayo y la luna». Obras como «El fantasma de la ópera» de Gastón Leroux también presentan la figura del fantasma, aunque la obra no se enfoque exclusivamente en este tema. Otra obra en la que aparece un ser invisible similar a un fantasma es «El Horla» de Guy de Maupassant.

Hombres Lobo: La Bestia Interior Liberada

Hombre Lobo – Criaturas sobrenaturales

A pesar de todas las investigaciones que realicé, no encontré una novela o historia que otorgara fama a estas criaturas. Sin embargo, descubrí innumerables relatos que exploran de diversas formas esta temática. Aunque ninguno se compara en impacto visual a lo que el cine ha mostrado. En este contexto, debo mencionar una obra moderna: «El ciclo del hombre lobo» de Stephen King. Recibí este libro como regalo al comprar otro del mismo autor, y debo decir que me encantó. Es de esas obras que te inspiran a escribir. Narra la historia de un pueblo durante doce meses, presentando en cada capítulo un ataque de un hombre lobo. Me fascinó la forma en que se estructura la narración, y siento cierta envidia por no haber sido yo quien lo escribiera, aunque, por supuesto, no puedo compararme con el talento del señor King.

Si deseas explorar más historias relacionadas con hombres lobo, puedes buscar «El campamento del perro» de Algernon Blackwood, «Hughes, the werewolf» de Sutherland Menzies o «Wagner, el Wher-Wolf» de George W.M. Reynolds.

Brujas: Encantamientos y Misterios

Las brujas son otro elemento que abunda en la literatura. Si tuviera algún aprecio por «La Celestina», te la recomendaría por ser una obra patria, pero como no es el caso, no lo haré. Si lo deseas, puedes leerla por ti mismo, eres libre de hacerlo, aunque personalmente no lo volveré a hacer (le tengo manía, sí, soy así de rencorosa). En la «Odisea» podemos encontrar a la bruja por excelencia, Circe la hechicera. También hay menciones a la hechicería en el «Necronomicón» de Lovecraft, cuya aparición ficticia se registra por primera vez en «La ciudad sin nombre».

Recientemente, leí «Circe», una novela que narra la historia de esta bruja, más o menos fielmente, aunque eso dependerá de tu propio discernimiento intelectual. A mí me gustó, aunque considero que podría haber sido mejor. La obra es de Madeline Miller.

Hadas: Seres Mágicos que Nos Envuelven

Hada – Criaturas sobrenaturales

Las hadas son seres recurrentes en la literatura, aunque no tanto como me gustaría. En nuestro país, una vez más, encontramos a Bécquer y sus leyendas, en las que aparecen estos seres tan mágicos (y en muchas ocasiones malévolos), como en «Los ojos verdes». Shakespeare también incluyó a estos seres en su obra. «El sueño de una noche de verano» es el ejemplo más claro. En esta obra, se presentan a Titania y Oberón como reyes de las hadas, y desde entonces se han mantenido en el imaginario colectivo, apareciendo en numerosas obras. Aunque es cierto que Oberón, en la mitología celta, es el rey de las hadas y también se le menciona en muchas leyendas medievales. Curiosamente, esta obra de Shakespeare dio nombre a las lunas de Urano, siendo el único planeta cuyas lunas fueron bautizadas con un nombre literario.

No puedo cerrar esta entrada sin mencionar «Frankenstein» de Mary Shelley. Aunque el monstruo es único y explora la naturaleza cruel del hombre a través de la creación de un ser vivo, se ha convertido en un clásico del cine, pero en la literatura, es una obra singular. También quiero mencionar «El Golem» de Gustav Meyrink, una figura monstruosa que, aunque también tiene la mano del hombre detrás de ella, comparte más similitudes con «Frankenstein» de lo que se percibe a simple vista.

Las criaturas sobrenaturales pueden convertir tu obra en algo grande, si lo haces bien

Y tú, ¿tienes tus monstruos preferidos en la literatura? ¿Has leído alguna de estas obras?

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