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Pasos iniciales para crear una historia desde la nada.
Cómo erigir una narración desde sus cimientos.

Tejiendo la trama: cómo construir una historia desde cero

La construcción de una trama sólida desde cero, es esencial para el éxito de cualquier historia. La trama es el esqueleto que sostiene la carne de nuestros personajes, diálogos y descripciones. Por eso, es fundamental aprender a tejerla con habilidad y precisión. Vamos a ver el proceso de trabajar la trama para una historia desde cero, y cómo llevarla desde la idea inicial hasta el relato completo.

Pasos iniciales para crear una historia desde la nada.
Construyendo una historia desde la hoja en blanco.

IDEA / Cómo construir una historia desde cero

Todo comienza con una idea, el primer peldaño en el viaje sobre cómo construir una historia desde cero. Puede tratarse de un concepto abstracto, un personaje, una situación o incluso una frase que escuchamos en el autobús. Lo relevante es que dicha idea nos inspire y nos haga imaginar posibles caminos para desarrollar la trama. Aquí, la técnica de la tormenta de ideas puede ser inestimable para expandir el potencial narrativo de nuestro concepto inicial.

En el siguiente paso, se trata de definir el género y el tono que serán los cimientos sobre los que edificar nuestra trama. Por ejemplo, una historia de ciencia ficción tendrá consideraciones distintas a una novela de suspense o un relato costumbrista. Además, el tono del relato puede cambiar la naturaleza misma de los personajes y los eventos; no es lo mismo una comedia que una tragedia.

Cómo edificar una trama partiendo de la nada.
Cómo originar una trama desde el primer instante.

PERSONAJES

Los personajes son el alma y el motor de cualquier trama. Su creación es vital en el proceso de cómo construir una historia desde cero. Para lograr personajes creíbles y multidimensionales, es útil utilizar herramientas como fichas de personaje, entrevistas imaginarias y exploraciones de sus antecedentes. Incluso puedes escribir mini relatos que permitan cristalizar su personalidad.

Cómo edificar una trama partiendo de la nada.
Cómo forjar una narrativa partiendo de cero.

CONFLICTO / Necesario para construir tu historia

Todo corazón narrativo necesita de un conflicto, interno o externo, que sea el pegamento emocional que mantenga a los lectores enganchados. Aquí, el conocimiento profundo de nuestros personajes y su psicología jugará un papel crucial, al igual que nuestro entendimiento de las dinámicas de tensión y las posibles subtramas que podrían surgir.

Pasos para crear una narrativa desde el punto de partida.
Pasos iniciales para crear una historia desde la nada.

SUBTRAMA / No puedes crear un conflicto interesante sin ellas

Una historia rica frecuentemente incluye subtramas que complementan y añaden capas de complejidad a la narración. Estas deben ser coherentes y contribuir al tema o conflicto central, sin apartar al lector de la historia principal.

Cómo fabricar un relato a partir del vacío.
Cómo edificar una trama partiendo de la nada.

GIROS / Una chispa de sal que enriquece el desarrollo de una historia

Nadie disfruta de una trama predecible. Los giros argumentales son esos toques de genialidad que mantienen a los lectores en el borde de sus asientos, y que deben ser cuidadosamente sembrados y desarrollados para ser coherentes con la historia.

La guía definitiva para concebir una historia desde cero.
Pasos para crear una narrativa desde el punto de partida.

CLÍMAX

Llegados al clímax, todas las tensiones, conflictos y trayectorias deben converger en un punto culminante, que será el testamento de la eficacia de nuestra trama y de nuestra habilidad para construir una historia desde cero.

REVISIÓN

Después de la primera versión de la trama, viene el delicado proceso de revisión. Esta etapa es crucial para afinar detalles, añadir o eliminar elementos y asegurarse de que todo fluye coherentemente.

La guía definitiva para concebir una historia desde cero.
Cómo fabricar un relato a partir del vacío.

ESCRIBIR

Finalmente, la trama pasa del boceto a la ejecución. Es en el acto de escribir donde nuestra historia toma vida y donde todo el trabajo previo se cristaliza. La reescritura y la edición finales serán las que determinen la calidad de nuestra obra y culminen el proceso de cómo construir una historia desde cero.

Tejer una trama sólida puede parecer un proceso desafiante, pero con atención a varios elementos clave, el desafío se convierte en una oportunidad para brillar. Desde la idea inicial hasta el género y el tono, pasando por los personajes, el conflicto, la estructura de la trama, las subtramas, los giros argumentales, hasta llegar al clímax y la resolución: todos estos son aspectos cruciales que debemos considerar cuidadosamente cuando nos embarcamos en la tarea de cómo construir una historia desde cero.

Mantenerse abierto a la exploración y al aprendizaje es vital. Al seguir estos pasos y estar dispuesto a experimentar, tendrás todas las herramientas para construir una trama cautivadora que atrape a tus lectores y los embarque en un viaje inolvidable a través de tu narrativa.

Lo más importante es no dejarse paralizar por el miedo o la inseguridad. Si quieres escribir una historia, simplemente escribe. ¡Adelante, da rienda suelta a tu creatividad y sorprende al mundo con tu capacidad para construir una historia desde cero!

Te voy a compartir mi sistema para escribir

¿Cómo trabajo yo la trama?

Yo era de esas que se ponía frente al ordenador. Pulsaba el botón de On; esperaba, impaciente, que todo terminara de arrancar; encendía el Winamp, buscaba una banda sonora que me inspirara; abría el Word; miraba dos minutos la página en blanco hasta que me inventaba qué iba a escribir y pasado ese tiempo, empezaba a teclear, con suerte, tres horas seguidas.

He escrito varios libros así, novelas que no pueden ver la luz, por muchos motivos internos, fallos, inconsistencia, personajes planos, trama difícil de seguir…

No entendía otra forma de trabajar, porque todo lo que oliera a planificación, mataría la creatividad al instante.

ERROR

Puede que tu trabajes así, que te vaya bien, pero, si tienes problemas a la hora de escribir, te quedas en blanco, no logras sacarle brillo a tu historia… deberías empezar a pensar que no deberías seguir trabajando así.

Es curioso, pero fue en clase de dibujo donde aprendí que la planificación no mata la creatividad, al contrario, la desborda.

Desde que empecé a trabajar en la trama antes de ponerme a escribir, no tengo problemas que antes me surgían a diario.

Lo primero que hago es pensar bien la historia que quiero escribir. Cuando la tengo clara, me pongo a escribir cómo es la vida de mi protagonista, después voy estudiando cómo enfocar el momento que cambie la vida del protagonista. Y así voy añadiendo momentos clave que marquen el fluir de la historia.

Después, cuando tengo a grandes rasgos la historia, empiezo a contarla a través del viaje del héroe. Aunque no sea la estructura que voy a utilizar para contar la historia, sí que me sirve para formarme una idea global de la historia.

Cuando tengo todo claro, empiezo a trabajar en los personajes. Intento escribir la historia de cada uno en la historia que quiero contar. Sus acciones, su importancia, como si le contara a un amigo la historia de alguien. Saber cómo discurre la historia de los personajes me es de gran ayuda, porque puedo ver si funciona o no.

Lo siguiente que hago, es dividir la historia en escenas. Esto me ayuda a analizar la forma en la que la quiero contar y escribo fichas en las que indico el escenario, la acción y los personajes implicados. Así puedo ver cómo ordenar los capítulos y si algo no encaja bien.

Y todo esto, antes de ponerme a escribir, sin perder el tiempo en lo más interesante: crear.

Esta es la forma en la que trabajo desde hace años y es la que más se adapta a mi forma de pensar y trabajar. Puede que no sea la tuya, pero, al menos puedes probar y cambiar las cosas que necesites. Lo que sí creo, es que tener un método de trabajo, es imprescindible para trabajar productivamente.

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Estructura argumental
Consejos para escribir una buena estructura argumental para tu novela. Aprende a escribir una novela.

Escribir es un acto creativo. Y, casi siempre, pensamos que la creatividad sólo puede ser algo espontáneo, que surge en un instante y que se pierde rápidamente. Pero no es así. La creatividad se tiene o no, a veces nos quedamos en blanco, pero siempre termina fluyendo de nuevo. Como escritores, partimos ya de una base creativa, por eso nos ponemos a escribir, porque por nuestras venas corre la creatividad.

Tenemos que asumir, que la creatividad espontánea es maravillosa, pero trabajar duro en una historia, hará que esa creatividad brille con más fuerza. Podemos utilizar infinidad de herramientas para ayudar a esa creatividad a florecer por completo. Está bien ponerse frente a la página en blanco y empezar a teclear lo que va surgiendo, aunque, hasta para ese acto creativo, tienes en mente una idea preconcebida. Y para escribir cuentos y relatos está bien (pero trabajar los relatos los hace mejores), no así para una novela. Cuando nos enfrentamos a una novela, estamos queriendo construir un rascacielos y no podemos seguir usando las mismas herramientas que para una cabaña (ni los mismos materiales). Escribir una novela, son palabras mayores, requiere de mucho trabajo, algunos tardan años. Pero no creas que tardan, años, en escribir la historia. Lo ideal sería que la historia en sí, se escriba en unos meses. Es el trabajo de pulir y perfeccionar lo que puede llevar años.

Hoy, vamos a ver cómo crear estructuras argumentales, que no es lo mismo que el argumento. El argumento es lo que sucede, lo que vamos desarrollando a lo largo de la historia. La estructura argumental es donde se sostiene el argumento, el orden de los acontecimientos y los momentos de acción o pausa que nos encontramos a lo largo de una historia. Puedes verlo con mayor facilidad si hablamos de una película. El argumento de El Señor de los anillos, es que existe un anillo que debe ser destruido y para ese fin, se unen miembros de las distintas razas que viven en la Tierra Media. La estructura argumental sería toda la línea de acontecimientos y situaciones que va presentando a cada personaje y que permite que se unan más actores a la trama principal; los escollos que se interponen en el camino al éxito; las traiciones que se suceden; los momentos en los que los personajes se ven en problemas…

¿Ves la diferencia? ¿Y ves qué fácil parece ahora escribir una novela sin perderse?

Vamos a ver algunas estructuras argumentales que pueden ayudarte (mucho), a la hora de escribir tu próximo best seller.

Hace tiempo me topé con un blog, Canal nostalgia, dónde se exponían 13 estructuras argumentales que, siendo muchas más de las que necesitas para escribir, me pareció interesante, aunque el blog está inactivo desde hace unos años. Puedes ver ese artículo aquí.

Son estructuras que puedes usar en tus novelas, aunque creo que muchas son demasiado complejas para usarlas en tus inicios. Como ya dije, vamos a ver tres estructuras que funcionan y que son bastante sencillas para los escritores de todos los niveles. Son las más utilizadas en la novela moderna. Aunque nunca hay que despreciar las estructuras más utilizadas en la literatura clásica. La mentalidad de los lectores no es la misma que hace cien años. Pero ¿acaso no siguen siendo novelas leídas en todo el mundo?

Las tres formas que vamos a ver, son:

La curva de Fitchean

Tal vez sea una de las estructuras más utilizadas hoy día. ¿Su particularidad? Que el lector está en continua tensión. La historia se presenta en una primera parte, que culmina con un conflicto. A medida que la historia avanza, se van dando una serie de sucesos, de alta tensión y cada vez de mayor calado. La acción comienza inmediatamente y cada vez que se llega al clímax, decae para subir rápidamente, con un conflicto nuevo y (normalmente) mayor.

¿Qué se consigue? Que los lectores no pueden parar de leer, porque la acción es continua.

Normalmente, el conflicto culminante se alcanza en torno al final de los dos tercios de la obra. El último tercio suele servir para mostrar los cambios que ha ocasionado la historia en los personajes y el cierre de las tramas secundarias que quedaron abiertas.

¿Qué tiene esta estructura de bueno?

Los personajes nunca descansan y el lector sufre con ellos. Es una estructura, que de ser bien entendida, crea obras de fácil lectura y muy satisfactorias para los lectores. Es muy utilizada en la novela juvenil y en la mayoría de las novelas que encontramos hoy día en las estanterías.

El viaje del héroe

¿Tu libro es de ciencia ficción o fantasía? Esta es tu estructura.

El protagonista empieza en un mundo conocido en el que sucede algo extraño, único que lo derrumba. Al principio, puede que se niegue a aceptarlo, pero se verá inmerso en la nueva situación, sin remedio. Muchas veces, la aceptación de la nueva realidad, viene, gracias a la intervención de cierto tipo de personajes, como los mentores. Aprovecho para decirte, que tienes aquí un artículo sobre cómo escribir mentores para tus historias.

Una vez sucede esa aceptación, comienza su lucha contra el antagonista y un camino a lo desconocido. Tras muchas luchas y aprendizaje, el héroe se enfrenta al antagonista, con una nueva visión de sí mismo y del mundo que le rodea. El héroe tiene una nueva mentalidad y tiene que volver al mundo conocido, siendo otro.

¿Qué tiene esta estructura de bueno?

Normalmente, son grandes historias las que se tejen con esta estructura. A todos nos gusta una aventura y leer sobre ella es casi como vivirla. El ritmo de la historia va creciendo a fuego lento, creando un ambiente perfecto para el clímax final.

In medias res

Su propio nombre indica ya su característica más original. La historia no comienza a contarse desde el principio, comienza cuando ya lleva la mitad. Lo primero que vemos, es algo que ha sucedido y que no comprendemos cómo ha sido; para seguir viendo cómo se ha llegado a ese momento a través de flashbacks, cartas, diarios… que nos van encauzando hasta comprender el porqué de lo que hemos visto al iniciar la historia. Es una estructura muy utilizada en thrillers.

¿Por qué tienen tanto éxito estas historias?

Son novelas que comienzan con acción y un suceso del que queremos conocer el inicio, cómo se ha llegado hasta ahí. Se nutre de la propia curiosidad humana. El lector necesita seguir leyendo, para comprender qué es lo que ha sucedido, sobre todo, si tras exponer ese suceso, vamos mostrando unos personajes que jamás podrían verse en esa situación. Si logras llevarlo a cabo, tendrás un éxito asegurado.

Conclusiones

Después de ver todo esto, es posible que pienses que tú eres un artista y el arte surge, no se planea. Yo te diría que tienes razón a medias. Porque es cierto que el arte de verdad, suele ser incomprensible, nadie entiende por qué un trozo de madera tallado es una obra de arte y otro trozo, minuciosamente tallado,  no lo es. Si fuera fácil, cuántas obras maestras habría…

Para tener éxito, necesitas hacer uso de todas las herramientas que tienes a mano y saber cómo utilizarlas. Parece algo frío, no cálido, como es tu arte. Pero nada más lejos de la realidad. Me gusta usar el ejemplo de Picasso. Los que no conocen su obra, ven dibujos de un niño (y encima mal hechos). Quienes saben de arte, ven un genio. ¿Por qué? Porque tenía una base. Conocía las técnicas y herramientas que necesitaba para crear obras perfectas. Pero ¿por qué se convirtió en genio? Porque utilizó su conocimiento para crear algo nuevo. Algo que nadie hacía y que a él se le daba muy bien, por qué. Porque, además de ser un maestro con el pincel, era un Artista, así, con mayúsculas. Tenía los dos pilares sobre los que se sustentan los genios: técnica y don.

¿Qué quiero decirte con esto? Que, antes de crear TU arte, antes de utilizar lo que te hace único, tu estilo, necesitas dominar las bases. Una vez que tengas decenas, cientos de escritos utilizando las estructuras que todos conocemos, entonces podrás hacer lo que te dé la gana y como te dé la gana. No pretendas ponerte a escribir, como a ti te gusta, en tus inicios (aunque puedes hacerlo de vez en cuando, como ejercicio de práctica). Trabaja para conseguir una buena base de conocimientos, que, más adelante, vas a poder usar en tu obra. Sólo alguien, con un verdadero don, puede ponerse a crear su mejor obra en sus inicios. Los mortales nos vemos en la obligación de realizar ejercicios y cursos con los que mejorar nuestra prosa.

Intenta escribir un relato con estas tres estructuras, así las comprenderás mejor y podrás usarlas para novelas más complejas.

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Cómo escribir buenas historias de amor. Aprende a escribir una novela.
Cómo escribir buenas historias de amor. Aprende a escribir una novela. Consejos para escribir un libro.

El amor, un tema recurrente en cualquier disciplina artística. Todos hemos sido testigos, o protagonistas, de una historia así, por eso creemos que sabemos escribir una sin problemas. Pero, puede ser complicado escribir una buena historia de amor, de esas que quedan en el inconsciente del lector y que vive como si fuera su propia historia. Por desgracia, es muy fácil caer en tópicos y debemos ser muy cuidadosos de no cometer ese error, si queremos que lector disfrute (o sufra) con nuestra historia. Si bien es cierto que los tópicos bien desarrollados pueden dar buen resultado.

Una buena historia de amor no tiene época, debe ser atemporal. Debemos ser capaces de poder enmarcarla en cualquier tiempo o circunstancia. Precisamente por eso, debemos ser muy cautos. No será lo mismo una historia de amor en el presente que en el pasado. La cultura evoluciona y los comportamientos sociales con ella. Nos guste o no, el pasado no es como nuestro presente. Debemos ser capaces de retrotraernos y de sacar el máximo partido, que esté en nuestra mano, para acercar esa historia al lector contemporáneo y que la disfrute plenamente. Hay un detalle que, para mí, es un error, y consiste en dar a los personajes de época, valores totalmente contemporáneos. Podemos crear una personalidad adelantada a su época, pero sin pasarnos. Al fin y al cabo, las historias se cuentan porque hay gente extraordinaria en ella, pero, que una dama medieval, se comporte como una mujer moderna, que trabaja y es independiente, no es lo propio. Igual que no es normal que un caballero se comporte como un ejecutivo, que podemos ver por la calle. Cada época tiene sus costumbres sociales y tenemos que acercarnos a ese momento, no coger un personaje que podríamos ver en cualquier serie moderna, describirlo con ropas antiguas y ya. Podemos crear personajes inconformistas, pero aún así, no serán como personajes de una historia contemporánea.

Y ya que tú quieres tener en tu novela tu propia historia de amor (sea una novela romántica o una novela en la que se sucede un romance), veamos. a continuación, qué podemos hacer para que merezca la pena incluirla.

Resumiendo el tema amoroso en la literatura, vamos a listarlo, veamos las diferentes historias de amor que podemos incluir en nuestra historia:

#1 De enemigos a amantes

#2 De amigos a amantes

#3 Triángulo amoroso

#4 Segundas oportunidades

#5 Romance entre rico y pobre

#6 Amantes desafortunados

#7 Los opuestos de atraen

#8 Amores guiados por el destino

#9 Relaciones fingidas

#10 Amor a primera vista

#11 Romances en la realeza

#12 Matrimonios concertados o por motivos políticos

Son tópicos y queremos huir de ellos, ¿verdad? Son situaciones que funcionan muy bien en la literatura. Tu misión, como escritor, será convertirlas en una gran historia de amor que llegue a todos. Tienes que ser capaz de escribir y que nadie piense que es un tópico. Ahí entra tu magia cómo escritor.

Algo que tienes que tener en cuenta, es que una historia de amor debe fluir lenta, cociéndose a fuego lento hasta que los implicados estén preparados. En el caso del amor a primera vista, por ejemplo, la “cocción” será presentarnos a esos personajes; permitir al lector saber cómo son, qué les gusta, qué los une, o los separa; y llegado el momento, dar el paso de ver su amor completo. Que la pareja amorosa sea un mero premio, que, el protagonista, alcanzará con el éxito, hace que la historia amorosa no exista, sólo un manual de pasos hasta alcanzar el amor. Y el amor no es una corona de laureles, es un sentimiento que crece, que se desarrolla a lo largo de tu novela y que florece en algún punto entre el principio y el final de la obra. Es una historia que debe tocar la fibra sensible del lector. Las historias romántica lentas, son mucho más adictivas que las rápidas.

Vamos a ver qué aspectos deberían tener nuestras historias de amor para resultar auténticas.

1# ¿Qué tipo de química quieres crear?

Lo cierto es, que, la química, muchas veces, es algo incomprensible. Y por mucho que lo busques, es difícil de conseguir. Puedes tener en cuenta algunos aspectos que pueden convertir la relación entre dos personas en algo natural e interesante. Que dos personajes tengan esa química especial, casi es suerte. Pero si trabajas duro, la suerte te sonreirá con mayor frecuencia. Hay que estar pescando para lograr una buena pieza y hay que estar trabajando para que la musa ilumine tu trabajo,

Podríamos fundamentar las relaciones en:

  • Un vínculo sobre los intereses de ambos o de una experiencia compartida.
  • El conocer a alguien, amplía los horizontes de uno de ellos.
  • Personalidades opuestas que se atraen.
  • Admiración mutua.

La química no es sólo amorosa, también puede existir entre amigos y algunos de estos rasgos, sirven también en otros tipos de relación. El amor romántico y el amor fraternal, funcionan muy bien, no todo ha de ser amor entre parejas.

Si quieres alcanzar el éxito, procura combinar los tópicos que expusimos al principio con estos rasgos que estamos viendo. Esa mezcla, puede ser nuestra escalera al éxito.

2# Define el interés romántico de tu protagonista

No necesitas precisar lo que tu protagonista necesita en el amor, pero debes dejarlo patente. Es necesario que conozcas bien a tus personajes y conocer lo que necesitan para estar completos, aunque ellos no lo sepan o crean que no lo necesitan.

Aunque, a veces, necesitas crear un interés romántico, para activar a tu protagonista, tienes que diseñar un buen personaje que sirva como pareja a tu protagonista.

3# Crear un personaje que complete a tu protagonista

Además de crear unos buenos personajes, tienes que lograr crear un conflicto entre los amantes o enamorados. ¿Estarán juntos desde el principio o tendrán que evolucionar hasta estarlo? Si uno de los personajes va a evolucionar, significa que, en un principio, no estaba destinado a esa persona, así que algo lo cambia, ¿el amor verdadero? Eso lo debes decidir tú.

Hazte las siguientes preguntas:

¿Qué encuentra, ese protagonista, atractivo en otra persona?

¿Qué tipo de persona le daría la felicidad? Piensa que, a veces, buscamos el amor en una persona que no nos va a llevar a la felicidad, porque nos empeñamos en un amor que no debería ser. Tal vez tu protagonista tenga un amor que lo ciega y no ve que, el verdadero amor, lo tiene a su lado.

¿Tiene, uno de los enamorados, algo que le impide darle rienda suelta al amor?

¿Qué valora nuestro protagonista de otra persona?

¿En qué circunstancia se siente solo nuestro protagonista?

¿Cuál es su mayor temor? ¿Qué descubran un defecto, algo que lo hace sentirse culpable?

¿Puede el amor sacarlo de su zona de confort? ¿Hacerle olvidad todo lo malo que lo acecha?

¿Le va bien un tópico amoroso a mi obra? No es lo mismo una historia de aventuras con un romance que una historia romántica.

¿Qué tópico encaja en mi historia?

Si logras responder a estas preguntas (no todas, no te preocupes), ya estás preparado para escribir el personaje que despertará el interés romántico de tu protagonista.

Y siempre, piensa, que el amor del que hablamos en este caso, es el amor romántico. Existen muchos tipos de amor que pueden funcionar muy bien en una historia y que nos alejan de esos tópicos de los que hablamos al principio. Hay grandes historias de amistad, que es amor por otra persona sin interés romántico. Amor entre hermanos o padres e hijos, amor a la justicia, a la verdad… en literatura vale todo lo que seas capaz de escribir con sentido.

Pero piensa, que en una historia romántica, tiene que haber al menos dos personajes implicados. Por eso, es necesario desarrollar al protagonista y al compañero (quien provoca el interés romántico). Vamos a ver una lista de cosas, que harán que el lector comprenda mejor esa historia:

  • La pareja de tu protagonista (o quién representa el interés romántico), tiene su propia historia, no es un simple florero o premio que logrará, o no, el protagonista.
  • Dale humanidad (no crees un dios o diosa que cumpla todos los requisitos del protagonista). Todos tenemos defectos y virtudes, huye de los personajes perfectos, el lector no quiere ver eso, quiere ver realidad.
  • Procura que la persona de la que se enamora tu protagonista sea irremplazable. Su presencia o existencia, tiene gran importancia en la trama. Que no sea un mero accesorio que aparece de vez en cuando para darle un poco de acción a la historia.
  • La pareja de tu protagonista (o la persona que despierta su amor), tiene que marcar un antes y un después en el protagonista. Tanto el uno como el otro, deben influenciar en el comportamiento, tienen que sufrir algún cambio en ellos, provocado por el amor o la falta de él. Los personajes inician un viaje al inicio de la historia y deben llegar al final cambiados de alguna forma.

Las historias de amor pueden enriquecer una obra o destrozarla. Piensa bien antes de introducirla en tu trabajo. Puedes pensar que es necesaria, pero deberías estar abierto a la posibilidad de que no lo sea. Una historia romántica no sería nada sin los amantes, pero otro tipo de historia puede funcionar, perfectamente, sin necesidad de introducir el interés romántico. Cuando decidas escribir una historia de amor, ten en cuenta todos estos detalles de los que hemos hablado. Por supuesto, no es necesario que tu historia cumpla todo, pero sí alguno de ellos, porque eso significa que lo estarás haciendo bien.

Y lo más importante, escribas una historia de amor para una novela romántica o lo hagas para una novela de acción, trabaja bien esa historia, no caigas en el tópico de convertirla en una mera anécdota, un adorno más, de tu novela. El lector quiere sentir pasión y dolor. Dáselo.

¿Y a ti? ¿Te gustan las historias de amor? ¿Tal vez seas lector de novelas románticas? ¿O te apasionan las novelas, que no siendo románticas, tienen una gran historia de amor?

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Los personajes. Aprende a escribir una novela.
Los personajes. Consejos para escribir personajes sólidos. Aprende a escribir un libro. Descubre cómo escribir una novela.

Los personajes, esos actores que se mueven dentro de las historias y que permiten al lector adentrarse en un mundo único, que nace de la mente del autor. ¿Qué sería de las novelas sin ellos?

El mundo literario es muy antiguo y, desde su nacimiento, fueron estableciéndose ciertos arquetipos que marcan la actitud, defectos y virtudes de los personajes que pueblan nuestras grandes obras (y digo nuestras, porque muchas son ya parte de nosotros mismos; ¿quién no conoce a los Tres mosqueteros, o al conde Drácula?)

Muchas veces creamos personajes que, sin saberlo, pertenecen a un arquetipo determinado que aparece en muchas historias. Con el tiempo, esos arquetipos se han ido transformando, modernizando y fusionando, creando nuevas opciones. Lo de los buenos, muy buenos y los malos, muy malos (aunque los malos son ahora explorados por autores para darles una nueva vuelta de tuerca y hacer comprender a los lectores, que hasta el más maligno de los malignos, tiene un lado bueno o un pasado que “justifica” sus acciones, hasta cierto punto, claro).

Fue Jung quien creó una recopilación de esos arquetipos que llenan las páginas de las historias clásicas, de las que todos los escritores modernos bebemos. Esa recopilación sigue hoy vigente, aunque, es cierto, que los arquetipos se forman gracias al tiempo; con esto quiero decir, que los arquetipos existen, gracias a que tenemos siglos y siglos de historias en las que analizar a los personajes. El arquetipo es universal, no depende de la cultura en sí, aunque su exposición, la forma en la que se muestra sí. No miramos igual un anciano en nuestra cultura occidental, que en la cultura oriental.

Y Jung no se limitó a enumerar los principales arquetipos de personalidades, también introdujo eventos arquetípicos y motivos arquetípicos, pero esto lo veremos en futuros artículos. Ahora vamos a centrarnos en los personajes.

Podríamos intentar numerar los arquetipos de Jung, pero la verdad es que no es algo cerrado, podemos encontrar rasgos de unos y otros en personajes diferentes. Como siempre, es mejor no pensar en negro o blanco, encontraremos mucha más riqueza en toda esa gama de grises que tenemos en medio. Pero, vamos con el primero de ellos:

LA MADRE

Con la madre, tenemos la visión de la cuidadora, del ser protector que se preocupa del bienestar de quienes tiene alrededor.

Por supuesto, que cada rol, cada arquetipo, no tiene género ni edad, ni siquiera tiene porque ser una persona. Si un personaje es protector y se preocupa por el bienestar de quienes le rodean sin importarle su misma persona, estaremos hablando del arquetipo de la madre. Todos podemos ser protectores, no se trata de un rasgo femenino o masculino. Es un concepto, y los conceptos son universales.

Ejemplo:

Isis, en la cultura egipcia, encarna este rol a la perfección.

EL PADRE

En este caso, hablamos de la figura autoritaria, quien domina a quieres tiene a su alrededor por su condición de líder.

No es necesario ser padre para ser líder, ni ser viejo, joven, fuerte o inteligente. El líder puede ser cualquiera que sea capaz de recoger un grupo que siga sus criterios.

Ejemplo:

Zeus, padre de todos.

EL NIÑO

Es un personaje que tiene una connotación positiva o negativa. Representa la inocencia, el desconocimiento. Pero también es la inmadurez, la resistencia a aceptar responsabilidades.

Y como en todos los arquetipos, no es necesario ser infante para ser definido así.

Ejemplo:

Un ejemplo bien moderno, Grogu en el Mandaloriano.

LA SOMBRA

Todo el mundo interior que no ven los demás o que el propio personaje no quiere mostrar, está dentro del arquetipo de la sombra. A veces son los instintos más primitivos, otras capacidades extraordinarias que no son aceptadas por la sociedad.

Pero también puede ser todo el mundo que no ven los personajes, esa parte oculta que acecha y persigue a los personajes. Es lo que se oculta, por no ser aceptado por la sociedad o por el inconsciente colectivo.

Ejemplo:

En Frozen, Elsa quiere mantener ocultos sus poderes, que forman parte de ella y representan algo prohibido o mal visto en la sociedad.

EL HÉROE

Uno de los arquetipos más recurrentes en la literatura. El héroe tiene un objetivo, imposible de alcanzar por cualquiera, y lucha sin tregua para conseguirlo.

Una vez más, los arquetipos son conceptos y los conceptos no entienden de géneros.

Ejemplo:

El capitán América, en el universo Marvel. Wonder Woman, en el unverso DC. Katniss, en Los juegos del hambre.

EL SABIO

Este personaje encarna el conocimiento. Suele ser un personaje que ayuda al héroe en su camino, proporcionando algo fundamental para que el éxito suceda. Es un personaje muy versátil, podemos encontrarlo como un chamán, un profesor, un abuelo, un libro… muchas veces no es necesario que sea encarnado por alguien, puede ser sustituido por una visita a la biblioteca.

Ejemplo:

Gandalf, en el Señor de los Anillos.

EL EMBAUCADOR

Este personaje puede dar mucho juego. No tiene porqué estar definido en un lado u otro. No es bueno ni malo, podríamos decir que es caótico y que sus movimientos son inesperados por los demás personajes. Suelen romper las reglas sin miramientos y actuar al margen de lo que la sociedad considera correcto.

Ejemplo:

Loki, en el universo Marvel.

EL ÁNIMA

Siendo muy poco escrupulosos, podríamos decir que el ánima es la visión de lo femenino en la psique colectiva masculina. Representa a la mujer y a lo que reconocemos como femenino.

El hombre busca en la mujer lo que él considera que debe ser. Porque en su inconsciente, tiene claro cómo debe ser una mujer para él.

EL ÁNIMUS

Al igual que con el ánima, siendo igualmente poco precisos, diríamos que es el concepto de lo masculino visto desde la psique colectiva femenina. Lo que pensamos, como civilización y cultura que define a un hombre.

La mujer busca, con la imagen que tiene en su inconsciente, detalles del hombre que ella considera, que debe ser.

El ánima y el ánimus contraponen los conceptos de femenino-masculino. Está íntimamente relacionado con los roles de género.

Ejemplo:

En Romeo y Julieta encontramos un ejemplo para ambos conceptos.

Puede resultar complicado pretender numerar los arquetipos, puesto que los personajes tienen muchas más facetas que no encajan únicamente en uno. Y, además, eso indica la riqueza del personaje. Las luces y las sombras proporcionan una visión mucho más completa y rica que el lector apreciará.

El protagonista no debe ser un ser totalmente estereotipado en la historia, si nos centramos en un único arquetipo, podemos lograr ese efecto y estropear nuestra historia. Los personajes están vivos. Y la vida te conduce a relaciones amistosas; a encontrar enemigos en el camino; a sentirnos perdidos; a tener que cuidar de alguien; a luchar contra una injusticia; a cometer injusticias… un héroe puede verse envuelto en una historia en la que, no solo deba luchar por su meta, sino que deba cuidar de alguien mientras lo hace.

Ahí es donde entra tu magia como escritor. Debes crear personajes vivos, con claros, oscuros (y, ojo, que los oscuros no tienen por qué denostar su personalidad, los defectos pueden ser insignificantes, o no estar por encima de sus principios. Un héroe puede tener claro que jamás cometerá una injusticia, pero hacerlo sin pensarlo si el momento lo precisa).

Debes tener en cuenta, también, que las relaciones entre los personajes de tu historia, se verán influenciadas, según pertenezcan a un arquetipo u otro. Y que la historia puede llevar a esos personajes a actuar de forma opuesta a su personalidad. Lo que tienes que hacer dotarlos de vida y que sus acciones, o inacciones, estén siempre justificadas, bien por sus experiencias o por las exigencias de la situación en la que se vean inmersos.

Y ten mucho cuidado a la hora de centrarte tanto en marcar a uno de esos personajes para que encaje en un arquetipo, no debes forzarlo. Casi podríamos decir, que es el lector el que tiene que pensar, tras conocer un poco al personaje, de qué clase es. El héroe no tiene por qué ser el valeroso caballero que lucha contra el dragón. El héroe puede ser el niño que ve perdida la batalla, cuando el caballero pierde su espada, y corre, sin importarle su propia vida, pensando en su aldea, para devolverle esa espada y que, finalmente, acabe con la bestia.

Las historias están vivas y los personajes más aún. Intenta trabajar tus personajes antes de ponerte a escribir tu historia. Puedes tomar notas, hacer fichas, escribir su historia… tienes muchas opciones a la hora de hacer un buen trabajo. Y haciendo todo esto, podrás ver los fallos o problemas que puedes tener con ese personaje a la hora de incorporarlo a tu novela.

Y esto es todo por hoy. En futuras publicaciones, veremos más detalles de los arquetipos de Jung. Mientras tanto, ya tienes trabajo por hacer.

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Cómo elegir al protagonista perfecto para tu historia. Aprende a escribir personajes sólidos.
Aprende a escribir una novela. Tips para escribir al protagonista perfecto.

¿Cómo elegir al protagonista perfecto para tu historia?

Siempre que escribimos, queremos que los lectores adoren a nuestros personajes, especialmente a los protagonistas. Los has creado con todo tu amor y pasión y da miedo dejarlos ahí, para que ojos ajenos los juzguen. Si pudiéramos saber de antemano si nuestro protagonista está bien definido y va a conectar con los lectores, sería fantástico. Pero no existe esa máquina, todavía. Y ¿sabes qué? Que no puedes saber qué pasará cuando saques tu obra a la luz, pero puedes saber si tu protagonista cumple los objetivos o no.

Elegir al protagonista perfecto para tu historia: una tarea esencial

A veces, el éxito o el fracaso de una obra viene de una buena o mala elección de los personajes principales. Elegir al protagonista perfecto para tu historia es, por tanto, una tarea esencial que no debes subestimar. Los protagonistas son el alma de cualquier narrativa, el vehículo a través del cual el lector experimenta los eventos, emociones y conflictos del mundo que has creado.

Primero, es vital que tu protagonista tenga objetivos claros y motivaciones bien definidas. Esto no solo crea una historia más coherente, sino que también permite que los lectores se identifiquen con él o ella, lo que genera un mayor compromiso emocional.

En segundo lugar, el protagonista debe ser tridimensional, con fortalezas, debilidades, deseos y temores que lo humanicen. Personajes planos o unidimensionales son menos propensos a conectar con el público, no importa cuán emocionante sea la trama.

Por último, pero no menos importante, la relación entre el protagonista y los personajes secundarios también es crucial. Estas interacciones aportan profundidad a la historia y ofrecen más dimensiones para explorar, lo que enriquece la experiencia del lector.

En resumen, si quieres que tu obra tenga éxito, dedica tiempo y esfuerzo para elegir al protagonista perfecto para tu historia. Con un personaje principal sólido y bien construido, tienes muchas más probabilidades de captar la atención de los lectores y ofrecerles una experiencia literaria memorable.

Conceptos esenciales para elegir al protagonista perfecto para tu historia

El personaje principal debe soportar el peso de la trama principal

  1. Necesidad de involucrarse en la trama: Los eventos que comienzan a desarrollarse a lo largo de tu historia tienen que atrapar y envolver al protagonista. Si la historia puede acontecer y el protagonista esquivarla con facilidad, es posible que no hayas elegido al personaje apropiado. En otras palabras, tu protagonista tiene que tener una razón para involucrarse y dejar atrás la comodidad. Podemos afirmar que debes darle un propósito muy claro y potente para estar dispuesto a perder su vida tranquila y enfrentarse a un posible fracaso.

No basta con que los eventos simplemente sucedan alrededor del personaje; estos deben impactar de tal manera que el protagonista no tenga más opción que actuar. Ya sea por una necesidad personal, una misión que solo él puede cumplir o incluso una amenaza que le afecte directamente, el protagonista debe estar inextricablemente ligado a los eventos que se desarrollan.

  1. Evolución del personaje: Es crucial que haya un arco de desarrollo claro para el personaje principal. Esto añade profundidad al relato y permite que los lectores vean cómo el protagonista cambia y crece a lo largo de la historia. La evolución del personaje puede manifestarse de muchas formas, como un cambio en sus creencias, la superación de un obstáculo o la realización de una meta personal.
  2. Relatabilidad y complejidad: Aunque es importante que el protagonista sea excepcional de alguna manera (ya sea por su inteligencia, habilidades o incluso su destino), también debe tener características con las que los lectores puedan identificarse. Un protagonista demasiado perfecto puede resultar aburrido o inaccesible, mientras que uno con virtudes y defectos reconocibles será mucho más relatable.
  3. El protagonista y el tema principal de la historia
  • Interacción con el tema principal: El tema principal de la historia es de vital importancia, y tu protagonista tiene que interactuar con él de forma significativa. Podríamos decir que tu historia no podría existir sin tu protagonista, porque es quien se relaciona con todas y cada una de sus partes.
  • Por ejemplo, si tu obra trata el tema del miedo, este sentimiento debe afectar de manera palpable al protagonista. Cada una de sus acciones, decisiones y enfrentamientos debe estar condicionada por esta sensación. No solo le da coherencia y profundidad a la trama, sino que también ayuda a consolidar la conexión emocional con el lector. Imagínate cómo podría desarrollarse la historia: el protagonista, movido por el miedo, toma decisiones cautelosas o incluso evita ciertos enfrentamientos. Sin embargo, a medida que avanza la narración, este personaje aprende a lidiar con su miedo, lo que lo lleva, finalmente, a alcanzar su objetivo o resolución. Así, no solo se establece una conexión emocional con el lector, sino que también se ofrece una vía para explorar el tema central de la obra de una manera más íntima y personal.

Preguntas clave para definir al protagonista perfecto

  • ¿Tu personaje muestra lo que quieres que vea el lector?
    Es a través de los ojos del protagonista que el lector recibe los valores de tu obra. Debes asegurarte de que el tema de tu historia resalte únicamente a través de las acciones y decisiones de tu protagonista, sin necesidad de explicarlo de forma explícita.
  • ¿Tu protagonista muestra el tema de tu obra? ¿Está lo suficientemente bien definido?
    El tema o la moraleja de tu historia debe quedar patente, y generalmente es el protagonista quien tiene la tarea de hacerlo. Si, por ejemplo, tu historia trata sobre la lucha entre el bien y el mal, asegúrate de que este mensaje se refleje en las acciones y dilemas de tu protagonista.
  • ¿Tu protagonista podría ser cualquiera?
    El protagonista no tiene que ser necesariamente el más fuerte o el más habilidoso, pero sí debe ser el único capaz de llevar a cabo la acción que resuelva la trama. Es su unicidad lo que lo convierte en el núcleo de la historia.
  • ¿Has creado un protagonista irreal?
    Un protagonista debe parecer real y humano en el sentido psico-sensitivo, incluso si es un personaje fantástico como un elfo. Debe tener virtudes y defectos, y evitar ser un personaje todopoderoso sin razón aparente, ya que estos no suelen ser buenos protagonistas.

Reflexiones finales

Es esencial tener en cuenta que, aunque en un principio el protagonista pueda verse atrapado o movido por la trama, en última instancia debe ser él quien impulse la historia y la haga avanzar, quiera o no. No es raro que, al desarrollar una historia, descubras que el personaje que tenías en mente como protagonista inicialmente no es el más adecuado. En esos casos, es crucial estar dispuesto a hacer los cambios necesarios.

También es importante tener cuidado al crear personajes que simplemente nos gusten como escritores, pero que no encajan bien en la trama o no resuenan con los lectores. La historia podría ser sólida, pero un elenco de personajes mal integrado puede alejar a los lectores.

Y después de abordar todos estos puntos, ¿te sientes más preparado para elegir al protagonista perfecto para tu historia? Si tienes más ideas o enfoques distintos, no dudes en dejarnos tus comentarios aquí abajo. Tu participación es crucial para nosotros, pues nos ayuda a mejorar y ganar visibilidad, permitiéndonos continuar ofreciendo contenido de calidad de forma gratuita.

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