
Escribir historias y cuentos de terror
Si hay un tema que jamás pasará de moda, es el terror. Yo misma soy adoradora de este género. Tengo casi todos los libros del Rey del Terror, Stephen King. Y, la verdad, es uno de mis escritores favoritos. Tiene libros malos, como todos, pero tiene obras que cualquier amante de la literatura tiene que leer. Con respecto al retrato humano, lo borda. Sus personajes siempre resultan creíbles, sean buenos, malos, tontos, listos, monstruos o de otro mundo. Si quieres escribir historias de terror, tienes que leer historias de terror.
Pero a lo que iba. El género de terror es un género vivo. Y es precisamente esa fama, ese gusto generalizado, lo que hace que sea difícil encontrar buenas obras. Todo el mundo escribe terror. Y todo el mundo no es escritor.
Si tú quieres escribir terror, lo primero que tienes que hacer es leer. Leer cada obra que tengas oportunidad, porque los escritores tenemos que darle alimento a la mente y tenemos que ejercitarla. Puedes pensar, que un escritor ha de entrenarse escribiendo, pero, déjame decirte, que una parte muy importante del entrenamiento, viene de la lectura, no de escribir. Y por supuesto, no de una lectura de ocio. Tienes que aprender a tener una lectura crítica. Eso no le va a quitar la gracia a leer, te lo aseguro, al contrario, va a ser una experiencia mucho más rica.
Aunque me queda mucho por aprender, he escrito muchos relatos de terror, aunque todavía no me he atrevido con una novela. Si quieres leer alguno de mis relatos de terror, puedes hacerlo aquí, en La biblioteca de los simios.
Pero vamos a ver algunos detalles que debes tener en cuenta, a la hora de abordar una historia de terror.
EL MIEDO – CONOCE EL TERROR para escribir sobre él.
miedo
Del lat. metus ‘temor’.
1. m. Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
Según la RAE
Quien busca una historia de terror, lo hace para pasar un mal rato. Le da miedo y sabe que va a pasarlo mal. Pero es parte de la gracia de leer terror. Tu trabajo consiste en crear una atmósfera que aterre al lector. Y habrás hecho bien tu trabajo, si ese lector, se ve obligado a encender las luces de su dormitorio, el mismo día que leyó tu historia de terror. Puede ser triste vivir de asustar…, pero así es el terror. Y si quieres escribir terror, tienes que crear miedo en tus lectores.
Una de las claves del éxito, radica en dar con ese miedo universal, con lo que asusta a la humanidad por igual. No puedes asustar a una cultura con lo que asustas a otra (menos en el caso del terror japonés, eso asusta a cualquiera, tenga las raíces culturales que tenga). Si quieres que tu obra perdure, necesitas ese terror universal para lograrlo. Pero, si lo deseas, puedes escribir relatos de terror que sirvan en tu cultura. Si utilizas una historia más limitada, por temas culturales, es posible que no encajes bien en otros países, pero si trabajas bien tu historia, te preocupas de que esté bien escrita y documentada, puedes lograr gustar a un público amplio.
Veamos unos detalles sobre el miedo para tenerlo en cuenta a la hora de escribir historias de terror.
Existen miedos instintivos, que son comunes a un espectro amplio de población. Entre estos miedos, tenemos:
- Miedo a la oscuridad.
- Fobias a ciertos insectos o animales.
- El miedo a la muerte.
- El miedo a lo desconocido.
- Miedo a la soledad.
- El miedo al dolor.
Como ves, son miedos que nada tienen que ver con cosas sobrenaturales ni fantasmas, ni apariciones. El terror no tiene por qué estar relacionado con nada irreal. Ese terror, bien explorado por el autor, puede servir en muchas culturas diferentes. Porque son miedos innatos que el ser humano lleva en la sangre.
También existe el terror hacia seres sobrenaturales, monstruos o entidades. No lo olvides a la hora de escribir.
Aquí desempeña un papel muy importante el folclore popular. En diferentes países y regiones del mundo, encontramos toda suerte de leyendas sobre seres malignos, que se dedican a atormentar la vida de los mortales.
Son miedos comunitarios, que escapan de la razón y que, aunque pensemos que no son reales, nos aterran como si nos estuvieran esperando debajo de la cama.
Aquí estaríamos hablando de terror clásico:
- Vampiros.
- Hombres lobo.
- Fantasmas.
- Brujas.
- Demonios.
- Etc.
Si te gustan los relatos y las historias de terror clásicas, puedes leer este artículo que publiqué hace tiempo, en él hablo de monstruos clásicos que son conocidos gracias al cine, pero que nacieron en la literatura. Tengo pendiente escribir una segunda parte, que espero publicar pronto.
Existe otro tipo de historias de terror, mucho más realistas, que abordan temas de actualidad, terrores que se van formando en la sociedad ante cambios o situaciones que ponen a prueba a la humanidad.
Podríamos llamarlos, miedo a lo que puede pasar. Aquí tienes un gran filón para escribir terror.
- Las pandemias.
- Enfermedad.
- La guerra.
- Las tormentas solares.
- Inundaciones.
- Incendios.
- El hambre.
- Etc.
Son temas que causan verdadero terror, aunque no están dentro de lo que consideramos terror clásico, que siempre asociamos a cuestiones sobrenaturales y más psicológicas. Pero eso no significa que no podamos abordar una historia de terror desde esta perspectiva. Y a esto sí que le debemos tener miedo, porque son situaciones que vivimos con más frecuencia de la que pudiéramos desear.
Y también tenemos el terror psicológico. Ese miedo es muy explotado en los thrillers. Pero es un terror que podemos extrapolar a cualquier historia enmarcada en este género. Y, en mi opinión, si sabes usar el terror psicológico, tus obras pondrán los pelos punta a cualquiera.
Sin olvidar el terror sanguinolento. Para algunos es más asqueroso que terrorífico, pero es un clásico del género.
Algo que debemos tener en cuenta a la hora de escribir terror, es la atmósfera. Si no sabemos ambientar bien nuestra historia, corremos el riesgo de no lograr el efecto deseado. Pasar de algo terrorífico a algo ridículo es muy sencillo.
Piensa en Drácula, con su castillo tenebroso, esos bosques de los Cárpatos, ese viaje en calesa del pobre Johnathan Harker… ahora, en lugar de ese castillo, sitúalo en el centro de tu ciudad y ese viaje en calesa, cámbialo por un paseo por una calle repleta de gente.
La cosa cambia, ¿verdad?
¡Ojo! No significa que no puedas escribir una historia de terror con esos escenarios. El límite está en tu capacidad de crear. Pero lo que rodea a la novela Drácula, ya es tenebroso de por sí. Lo que crea el ambiente perfecto para lo que se quiere contar.
¿Lo ves?
Eso es en lo que tienes que trabajar. En la ambientación perfecta para tu historia. Y como, eres tú quien tiene la historia, eres tú quien debe encontrar la ambientación perfecta.
En los diferentes géneros o subgéneros, ya están establecidos ciertas premisas. Existen escenarios que están asociados a determinadas historias. Puedes hacer uso de esta ventaja, para ahorrarte poner en situación al lector. Pero si tienes capacidad para ello, ¿quién sabe si no puedes inventar nuevos clásicos? Lo que quiero decir, es que no te quedes con lo establecido, y no pasa nada si lo coges para tu historia de terror, pero intenta ser original y así lograrás destacar entre los demás.
Como escritores, tenemos que aspirar a crear nuevas sendas y dejar las transitadas para los que se conforman.
Puedes hacer uso de muchos elementos con los que crear tensión en tu historia de terror. Si el personaje tiene familia, ponerla en peligro hará que tus lectores se muerdan las uñas. Si está solo, enfréntalo a monstruos o a sus miedos, para que el lector se agarre a las páginas de tu libro, cuando, ese inocente niño, que teme la oscuridad, se adentra en ella, para salvar su vida. Y no olvides el misterio. Esas historias, en las que un fantasma aterroriza al protagonista, hasta que descubre algo sobre ese fantasma y logra encontrar la forma de enfrentarse a él o de ayudarlo. No todo tiene que ser feo en una historia de terror. Y qué decir del terror psicológico. Ese psicópata, que tiene encerrada a su víctima en el sótano, que sale a comprar un hacha para terminar con ella… lo logrará, no lo hará…
El narrador
El punto de vista es muy importante en una historia de terror. Escribir desde un narrador en primera persona causa sensaciones muy diferentes en el lector que hacerlo desde la tercera persona.
Analiza bien tu historia. Piensa detenidamente sobre qué quieres contar y qué sensación quieres despertar en los lectores. El narrador va a marcar el tono de la historia y la estructura.
La primera persona es muy intensa, pone al lector tras los ojos del protagonista. Sufre con él.
La segunda persona es muy invasiva. El narrador habla directamente a alguien que el lector puede interpretar como a él mismo. Puede ser que el lector se sienta incómodo y que no quiera seguir leyendo, cuidado con el uso de la segunda persona.
La tercera persona, bien utilizada, es tan buena como la primera. Si sabes narrar, no dudes en usarla.
Nunca menosprecies el uso de varios narradores. Puedes tejer una gran historia haciendo uso de este recurso. Cada personaje narra su parte de la historia y el lector las une en una.
Y no olvides, que los narradores no tienen por qué contar la verdad al lector, o toda la información que conocen. No se trata de engañar al lector tomándolo por tonto, se trata de confundirlo, de tejer una fina telaraña en la que se sienta seguro y en el momento preciso, hacerle ver que ha caído en la trampa. Para usar un narrador mentiroso o poco fiable, tenemos que saber muy bien lo que estamos haciendo.
Y por ahora, esto es todo lo que vamos a ver sobre las historias de terror. En el siguiente artículo, voy a continuar el tema y a explicar qué pasos hay que dar para escribir relatos de terror. Esos pasos, serán los mismos para escribir una novela de terror, pero siempre más elaborados y extendidos en el tiempo.
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