
9 Tópicos Que Evitar en Tus Historias Románticas
Ah, el amor… ese sentimiento universal que ha inspirado epopeyas, tragedias y, por supuesto, el motivo por el cual recibimos tantas invitaciones a bodas, que casi podríamos abrir una papelería con ellas. Pero, queridos escritores, antes de lanzaros a la piscina de la narrativa romántica, hay ciertos tópicos que, como el perejil de todas las salsas, han sido explotados hasta el hartazgo. Vamos a explorar, con una sonrisa en los labios y quizás una lágrima en el teclado (de la risa, claro), esos 9 clichés que sería mejor evitar en vuestras historias románticas. Así que, vamos a empezar a conocer esos 9 tópicos que evitar en tus historias románticas.

1. Amor a primera vista: Más visto que el “TBO”
Sí, lo sabemos, el amor a primera vista es tan romántico como inverosímil. ¿Cuántas veces hemos leído esa escena en la que sus miradas se cruzan y zas, flechazo instantáneo? Si bien puede ser el inicio de una linda historia, apostar por el desarrollo de una relación más creíble puede resultar mucho más gratificante. ¿Y si en lugar de amor a primera vista, experimentan un «interés moderado a primera vista» que se convierte en amor? Al menos, evitaréis que vuestros lectores terminen con los ojos apuntando al cielo.
Ejemplo: En el momento en que Lucas entró al café y sus ojos se encontraron con los de Marta, algo mágico sucedió. Fue como si un rayo los atravesara a ambos, sellando su destino. A partir de ese instante, Lucas supo que Marta era «la elegida»… a pesar de que lo único que había hecho era pedir un café con leche.
Este artículo se titula 9 tópicos que evitar en tus historias románticas, ya hemos visto el primero, así que vamos con el segundo.

2. El triángulo amoroso: Porque dos son compañía, pero tres son un lío
El pan nuestro de cada novela romántica: el triángulo amoroso. Tan inevitable como encontrarse con que el último trozo de tarta ha desaparecido misteriosamente de la nevera. ¿Es realmente necesario que siempre haya una tercera persona esperando en las sombras para complicar las cosas? Explorad otros conflictos y desafíos en vuestras historias. Hay más problemas en el cielo y en la tierra que pueden poner a prueba una pareja incipiente o consolidada.
Ejemplo: Sandra estaba perdidamente enamorada de Alejandro, su compañero de trabajo. Sin embargo, la repentina llegada de Carlos, el nuevo jefe del departamento, pone a prueba sus sentimientos. Carlos es encantador, y parece tener un interés especial en Sandra. Ahora, Sandra debe elegir entre el amor seguro de Alejandro y el excitante pero incierto encanto de Carlos. Una premisa muuuuuuuy original, nunca vista.

3. El malentendido que se resuelve hablando: El silencio no es oro, es un problema
«Ay, si hubieran hablado cinco minutos en el capítulo tres, nos habríamos ahorrado trescientas páginas de angustias». Este tópico es tan común que ya nos preguntamos si los personajes han oído hablar de la comunicación como base de la relación. Evitemos que un WhatsApp perdido o un email en la carpeta de spam sean el villano de nuestra historia. La comunicación efectiva también puede ser romántica, ¡y evita malos ratos!
Ejemplo: Después de ver a su novio Daniel hablando con una mujer desconocida en una fiesta, María decide que él le es infiel y rompe sin pedir explicaciones. Doscientas páginas más tarde, descubre que la mujer era su prima, recién llegada de Australia. Si sólo hubiera preguntado…

4. El rescate justo a tiempo: ¿Superhéroe o pareja romántica?
Nuestro personaje principal siempre llega en el momento justo para salvar a su amado/a de una situación peliaguda. Aunque el heroísmo tiene su encanto, confiar siempre en este recurso puede restarle verosimilitud a los personajes, especialmente si uno siempre está salvando al otro. ¿Qué tal si, en lugar de rescatarlos de villanos o desastres, se rescatan mutuamente de situaciones cotidianas? Eso sí sería amor del bueno.
Ejemplo: Justo cuando un ladrón está a punto de robar a Emma en un oscuro callejón, aparece David, su interés amoroso, para noquear al ladrón y salvar el día. Emma tiene tendencia en verse envuelta en toda clase de sucesos en los que su vida corre peligro; y este evento la convence de que David es su héroe personal y verdadero amor.
Llevamos 4 de los 9 tópicos que evitar en tus historias románticas que te prometí en el inicio, sigamos.

5. La transformación por amor: De patito feo a cisne gracias al amor verdadero
Este tópico bien podría ser patrocinado por películas de los años 90 y novelas de hace dos siglos. La idea de que alguien debe cambiar radicalmente su apariencia o personalidad para ser digno de amor está algo anticuada y cada vez tiene menos sentido. Amemos a nuestros personajes tal y como son, y dejemos que el amor en nuestras historias nazca de la admiración mutua y no de una transformación al estilo Cenicienta. Pero no te pongas a demonizar obras de otra época en la que utilizan este recurso, y estoy pensando en Grease; no mires esta historia por todos los tópicos que tiene, porque, aunque estemos hablando de todo lo que no se debe hacer, hay obras que lo hacen tan bien, que el resultado es bueno. Esa es la gracia de esta historia, los tópicos.
Ejemplo: Elena siempre ha sido vista como la «nerd» del grupo hasta que decide conquistar a su compañero de universidad, Miguel. Después de un cambio radical de look y de adoptar un nuevo estilo de vida, Miguel finalmente la “ve”. ¿Pero es el amor de Miguel real o sólo por su apariencia?

6. El villano que hace posible el amor: La excusa perfecta para unir a los protagonistas
Nada como un buen villano para unir a dos almas destinadas, ¿verdad? Este recurso, tan manido como el argumento de una telenovela de sobremesa, sugiere que sin una fuerza externa maligna, nuestros enamorados jamás se darían cuenta de sus sentimientos. Pero, ¿y si en lugar de depender de un antagonista para encender la chispa, permitimos que la relación florezca a través de sus propias vivencias y decisiones compartidas? Así, en lugar de dedicar páginas a desvelar el maquiavélico plan de turno, podríamos explorar la complejidad de una relación que se fortalece por sí misma.
Ejemplo: Ana y Roberto siempre se han llevado como el perro y el gato. Sin embargo, cuando un competidor desleal amenaza con arruinar sus respectivas empresas familiares, se ven obligados a trabajar juntos. A través de su alianza forzada, descubren el amor verdadero, uniendo sus fuerzas (y empresas) contra el adversario común.

7. Amor prohibido: Romeo y Julieta ya pasaron de moda
El amor imposible, ese viejo amigo que todos conocemos. Familias enfrentadas, diferencias de clase, planetas en guerra… Cualquier excusa es buena para mantener a nuestros enamorados separados. Aunque el conflicto es esencial en la narrativa, basar la trama únicamente en la imposibilidad de estar juntos puede resultar tan predecible como un menú del día. ¿Qué tal si, en vez de centrarnos en lo que los separa, exploramos los desafíos y alegrías de lo que significa estar juntos a pesar de las adversidades? Lo cierto es que algunos tópicos sí funcionan en obras de época, porque hubo tiempos en los que el amor era lo que menos importaba, pero, a la hora de crear tu trama, tienes que ser consciente del contexto de la misma.
Ejemplo: Julia, una joven de familia aristocrática, se enamora de Marco, el jardinero. Sus familias se oponen ferozmente a la unión, citando diferencias de clase y estatus social. A pesar de los bellos momentos compartidos en secreto, la presión familiar es tan intensa que su amor parece condenado desde el principio.
Ya son 7 de 9 tópicos que evitar en tus historias románticas, casi hemos terminado.

8. El final feliz obligatorio: Porque en el amor, todo vale… ¿o no?
Todos queremos un final feliz, pero, ¿debe ser siempre el mismo? Casarse, tener hijos y vivir en una casa con jardín parece el único destino posible para nuestras parejas. Sin embargo, la felicidad puede tomar muchas formas. Algunas historias podrían terminar con los personajes simplemente aprendiendo algo valioso sobre sí mismos o encontrando la paz en su situación. Expandir nuestra definición de «final feliz» puede ofrecer finales mucho más satisfactorios y realistas que el típico «y vivieron felices para siempre».
Ejemplo: Después de superar innumerables obstáculos, incluidos desastres naturales, malentendidos y la oposición de sus familias, Laura y Carlos finalmente se casan en una ceremonia espectacular, compran la casa de sus sueños y tienen tres hijos, todo ello en las últimas páginas del libro, asegurando que su amor verdadero supera cualquier dificultad.

9. El cambio de opinión milagroso: De odiarse a amarse sin escalas
Este cliché es tan viejo como el tiempo: dos personajes que no pueden soportarse de repente se dan cuenta de que, en realidad, están locamente enamorados. Si bien la tensión entre personajes puede ser una herramienta narrativa eficaz, el cambio de «no te soporto» a «eres el amor de mi vida» necesita ser creíble y estar bien desarrollado. Las relaciones, incluso en la ficción, requieren tiempo, esfuerzo y una evolución que convenza al lector de su autenticidad.
Ejemplo: Lorena y Diego son rivales en el bufete de abogados donde trabajan, compitiendo siempre por ser el mejor. Sin embargo, después de quedar atrapados en un ascensor durante horas, descubren que tienen mucho en común y que su odio mutuo era en realidad una fachada para ocultar sus verdaderos sentimientos. Al día siguiente, deciden dejar de lado su rivalidad y comienzan una relación amorosa, olvidando mágicamente todas las peleas y desplantes anteriores.

Y así, queridos lectores y aspirantes a Cupidos literarios, concluimos nuestro viaje a través de los tópicos románticos más trillados. Han sido 9 tópicos que evitar en tus historias románticas. Recordad, el objetivo no es evitar a toda costa estos clichés, sino abordarlos con frescura, originalidad y, sobre todo, un profundo entendimiento de lo que hace que una historia de amor sea memorable y única. Porque al final, si hay algo que el mundo nunca tendrá suficiente, es de historias de amor bien contadas. ¡A escribir se ha dicho!
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