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Máquina de escribir
De cuentos y relatos.

De cuentos y relatos: Un festín literario de narrativa corta y sus irresistibles sabores. Descubre le arte de escribir cuentos y relatos

En el vasto mundo literario, donde las palabras florecen como hermosas flores y los escritores aran con sus plumas, los cuentos y relatos son las formas de arte más populares y cautivadoras. Sin embargo, a veces puede resultar confuso distinguir entre ambos, ya que comparten características similares. Escribir cuentos y relatos asusta a muchos. Pero no te preocupes, querido lector, porque en este artículo, seremos tus guías en el jardín de la literatura, llevándote a través de los intrincados laberintos del humor, la sabiduría y la brevedad que se encuentran en estos cuentos y relatos.

Estos dos términos a menudo se mezclan, deleitando a los lectores con su versatilidad y astucia. Pero al igual que buenos conocedores del arte, debemos reconocer las sutiles diferencias que definen a estos dos géneros y apreciar cómo cada uno nos cautiva con su propio encanto. Esas diferencias, aunque parezcan mínimas, son las que separan al caniche del labradoodle y al cortado del macchiato. Tienes que ser meticuloso a la hora de escribir obras cortas como cuentos y relatos

En este artículo, exploraremos los distintos aspectos de los cuentos y relatos, sumergiéndonos en la estructura, el estilo, la longitud y el propósito de cada uno. Navegaremos por las fascinantes aguas de las palabras, desentrañando los misterios que hacen que estos géneros sigan siendo relevantes en el panorama literario actual.

Así que, siéntate cómodamente, prepárate una taza de té y adéntrate en un viaje lleno de risas, lágrimas y giros sorprendentes mientras exploramos los cuentos y relatos que han dado forma al mundo de la narrativa corta. Porque, al fin y al cabo, en la vida, al igual que en la literatura, lo que realmente importa no es el tamaño, sino la habilidad de contar una buena historia. Escribir a lo grande o en diminutos cuentos y relatos no debe ser un problema.

Longitud y estructura: una cuestión de tamaño (y cómo se utiliza)

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

Cuando se trata de diferenciar entre cuentos y relatos a la hora de escribir, el tamaño sí importa, al igual que ocurre en muchas otras cosas de la vida. Imagina que la longitud de un texto es como una barra de chocolate: los cuentos son esos deliciosos bocados que siempre dejan con ganas de más, generalmente tienen desde unas pocas páginas hasta alrededor de 7,500 palabras. Por otro lado, los relatos son como esas barras de chocolate de tamaño familiar que se comparten en una tarde de películas, con una longitud que oscila entre las 10,000 y las 40,000 palabras, satisfaciendo incluso a los lectores más voraces.

Pero no solo se trata de la cantidad, sino también de cómo se distribuyen las palabras. La estructura de un cuento es como una receta de cocina minimalista: un único evento o situación principal, condimentado con un personaje principal y, tal vez, algunos personajes secundarios. Todo se cocina a fuego lento en una trama que se consume en un solo bocado.

Por otro lado, los relatos son como un bufé literario en el que los autores pueden deleitarse explorando múltiples eventos, personajes y subtramas. Aquí, los ingredientes se mezclan y combinan, permitiendo que los personajes evolucionen y se relacionen en un entorno más amplio y complejo. Al igual que en un buen bufé, hay espacio para experimentar y probar nuevos sabores narrativos.

Hay que ser prudente al elegir

Por lo tanto, al elegir entre un cuento y un relato, recuerda que estás decidiendo cuánto tiempo deseas invertir en una historia y cómo prefieres que se sirva. Después de todo, tanto los bocados rápidos como los banquetes literarios tienen su lugar en el apetito de cualquier lector voraz.

Estilo y enfoque narrativo: de la economía verbal a la extravagancia literaria

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

En el mundo de la narrativa corta, el estilo y el enfoque narrativo son como los atuendos de nuestros personajes: al escribir, debes saber que los cuentos y los relatos se visten de manera diferente, pero ambos pueden deslumbrar en la pasarela literaria.

Los cuentos tienen un estilo similar a la moda minimalista: elegante y sin excesos. Su estilo tiende a ser concentrado y directo, utilizando un lenguaje económico que hasta el Tío Gilito aprobaría. Aquí no hay lugar para digresiones innecesarias o adornos verbales superfluos. La escritura en los cuentos es como un traje a medida: densa, cargada de significado y con cada palabra y frase seleccionadas cuidadosamente para transmitir la mayor cantidad de información en el espacio más reducido posible. Al leer un cuento, puedes imaginar al autor como un artesano tallando una escultura en mármol, donde cada golpe del cincel debe ser preciso y medido.

Por otro lado, los relatos son como una extravagante gala de moda, donde el estilo puede ser más expansivo y detallado. Con más espacio para explorar y desarrollar la trama y los personajes, los relatos pueden lucir plumas, lentejuelas y capas de textura narrativa. A menudo, se asemejan a una novela en miniatura, con una narrativa más compleja y una mayor atención al detalle. Los autores de relatos son como estilistas de alta costura que no temen jugar con patrones y colores, creando trajes literarios que capturan la atención y la imaginación del lector.

Entonces, ya sea que prefieras la sofisticación minimalista de un cuento o la extravagancia creativa de un relato, recuerda que en la narrativa corta, al igual que en la moda, hay estilos y enfoques para todos los gustos.

Personajes y desarrollo: de los trazos rápidos a los retratos detallados

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

En el fascinante mundo de la narrativa corta, los personajes son los protagonistas de la función, pero su desarrollo puede variar drásticamente según se trate de un cuento o un relato, escribir nunca es una fórmula mágica. Imagina que los personajes son retratos pintados por los autores, y la forma en que se plasman en el lienzo narrativo varía según el género.

Los cuentos son como los bocetos rápidos y enérgicos de un artista callejero, que capturan la esencia de un personaje en un instante. Debido a su longitud y estructura, los cuentos tienden a centrarse en un solo personaje principal y, a menudo, en un solo evento o situación. Esto puede resultar en personajes más simples y unidimensionales, como caricaturas dibujadas con pocos trazos. Sin embargo, un buen escritor de cuentos es como un maestro del dibujo a carboncillo, capaz de transmitir mucha profundidad y complejidad en un espacio limitado y con herramientas aparentemente simples.

Por otro lado, los relatos son como los retratos detallados de un pintor renacentista, que tienen tiempo y espacio para sumergirse en las complejidades de los personajes. Gracias a su mayor extensión, los relatos ofrecen un lienzo más amplio para desarrollar personajes más complejos y multidimensionales. Los autores pueden explorar las motivaciones, historias y relaciones de varios personajes, tejiendo una rica tapicería de interacciones humanas que permite una mayor profundidad y realismo en la caracterización.

Entonces, al sumergirte en las páginas de los cuentos y relatos que quieres escribir, prepárate para encontrarte con personajes que van desde los esbozos más ingeniosos hasta los retratos más elaborados, todos ellos dando vida a los escenarios y situaciones que conforman el emocionante universo de la narrativa corta.

Temática y enfoque: del aperitivo filosófico al banquete existencial

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

En el vasto universo literario, la temática y el enfoque de los cuentos y relatos son como los sabores y las texturas de una exquisita comida. Cada género ofrece un menú diferente para saciar nuestro apetito de reflexiones, emociones y sabiduría.

Los cuentos son como aperitivos filosóficos, pequeños bocados de sabiduría que nos invitan a reflexionar sobre un tema o mensaje específico. La trama y los personajes están diseñados con la precisión de un chef de alta cocina, para ilustrar ese tema de manera efectiva y concisa. A menudo, los cuentos nos sorprenden con un final inesperado o un giro ingenioso que, como un golpe de pimienta, revela el mensaje subyacente de la historia y deja un regusto inolvidable en nuestra mente.

En cambio, los relatos son como un banquete existencial que aborda múltiples temas y presenta narrativas más complejas y matizadas. Aquí, los personajes son los platos principales y los autores exploran sus vidas en profundidad, examinando cómo enfrentan y responden a diversas situaciones, y cómo sus experiencias moldean su crecimiento y desarrollo a lo largo del tiempo. En lugar de centrarse en un solo mensaje o tema, los relatos son como una degustación de sabores, ofreciendo una visión más amplia y multifacética de la experiencia humana.

Así que, ya sea que prefieras deleitarte con los aperitivos filosóficos de un cuento o sumergirte en el banquete existencial de un relato, cuando llegue el momento de escribir, encontrarás que la narrativa corta tiene un menú para todos los gustos, lleno de temas y enfoques que enriquecen nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.

Ritmo y tensión narrativa: del vértigo literario a la contemplación narrativa

Escribir cuentos y relatos

En la emocionante montaña rusa de la narrativa corta, el ritmo y la tensión narrativa son como la velocidad y las curvas que nos hacen aferrarnos a cada página con entusiasmo y anticipación. Escribir cuentos como en relatos, nos mostrará que la experiencia de lectura puede variar desde un frenético paseo en un parque de atracciones hasta un tranquilo paseo en barco por un río.

El ritmo en los cuentos es como un descenso vertiginoso en una montaña rusa: rápido, trepidante y lleno de adrenalina. El autor debe condensar la trama, los personajes y el tema en un espacio limitado, lo que a menudo resulta en una tensión narrativa que se acumula rápidamente y eventos que se desarrollan en un corto período de tiempo. Al leer un cuento, el lector puede sentirse como si estuviera en una carrera contrarreloj, inmerso en la historia desde el principio y acelerando hacia un final emocionante e impactante.

Por otro lado, los relatos son como un apacible paseo en barco por un río sinuoso, con un ritmo más pausado y contemplativo que invita a la reflexión. Aquí, los autores pueden permitirse dedicar más tiempo al desarrollo de personajes, a la descripción y a la exploración de temas. La tensión narrativa aumenta de manera más gradual, como las olas que se forman en la estela del barco, y los eventos a menudo se desarrollan a lo largo de un período de tiempo más extenso. Esto puede resultar en una experiencia de lectura más rica y matizada, donde el lector tiene tiempo para sumergirse en el mundo y la vida de los personajes, saboreando cada detalle y dejándose llevar por la corriente de la narrativa.

Entonces, ya sea que prefieras el vértigo literario de un cuento o la contemplación narrativa de un relato, el fascinante mundo de la narrativa corta ofrece experiencias de lectura inolvidables que desafían y deleitan nuestros sentidos y nuestra imaginación.

Géneros y categorías: del cóctel literario a la degustación temática

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

La narrativa corta es como un bar lleno de cócteles literarios, donde los cuentos y relatos nos ofrecen una amplia variedad de géneros y categorías para deleitar nuestro paladar lector. Desde la ficción literaria hasta la ciencia ficción, el misterio, el terror y muchos más, hay una bebida narrativa para todos los gustos. Sin embargo, algunos géneros se mezclan mejor con una forma u otra, creando combinaciones temáticas especialmente deliciosas.

El terror en dosis breves, es algo mágico

Por ejemplo, los cuentos de terror y suspenso son como un cóctel picante y estimulante, que se benefician de su ritmo rápido y estructura condensada. Al igual que el golpe repentino de una guindilla en una bebida, estos cuentos permiten una acumulación rápida de tensión y un impacto emocional intenso que nos mantiene pegados a nuestras sillas, con los ojos bien abiertos y el corazón acelerado.

Por otro lado, los relatos de ciencia ficción y fantasía son como una degustación temática de licores exóticos, que se benefician de la mayor longitud y complejidad de la forma. Como un viaje a través de mundos desconocidos y sabores inesperados, estos relatos nos permiten explorar mundos imaginarios y conceptos complejos en mayor profundidad, invitándonos a sumergirnos en sus paisajes, costumbres y misterios, y a expandir nuestra mente y nuestros horizontes.

Así que, ya sea que busques un cóctel literario rápido y emocionante o una degustación temática más profunda y envolvente, cuentos y relatos te invitan a explorar el vasto y fascinante universo de géneros y categorías que componen el mundo de la narrativa corta. ¡Salud!

Audiencia y mercado: de la boutique literaria al centro comercial narrativo

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

El mundo de la narrativa corta es como un gran centro comercial lleno de tiendas y boutiques que ofrecen una amplia variedad de productos para satisfacer los gustos y preferencias de sus visitantes. Tanto los cuentos como los relatos tienen sus propias audiencias y mercados, aunque el mercado de los cuentos puede parecer más una exclusiva boutique literaria, mientras que el mercado de los relatos se asemeja más a un animado centro comercial lleno de opciones y oportunidades.

Los cuentos a menudo se publican en revistas literarias, antologías y colecciones de un solo autor, como si fueran delicadas piezas de joyería o prendas de alta costura, exhibidas en escaparates elegantes y sofisticados. Estas publicaciones atienden a un público exigente y apasionado por la calidad y la originalidad, que busca sumergirse en mundos breves pero intensos, llenos de emoción y significado.

Por otro lado, los relatos pueden encontrarse en publicaciones similares a las de los cuentos, así como en formato independiente, especialmente en el ámbito digital. Como un centro comercial repleto de tiendas de diferentes estilos y categorías, el mercado de los relatos ofrece una amplia gama de opciones para los lectores, desde bestsellers de autores consagrados hasta joyas ocultas de escritores emergentes. Gracias a la mayor flexibilidad y accesibilidad del formato, los relatos pueden llegar a un público más amplio y diverso, que busca adentrarse en narrativas más extensas y envolventes sin comprometerse con la longitud de una novela completa.

Así que, ya sea que prefieras la exclusividad de una boutique literaria de cuentos o el bullicioso centro comercial narrativo de los relatos, el apasionante mundo de la narrativa corta ofrece oportunidades y experiencias únicas para todos los lectores, escritores y editores. ¡Felices compras literarias!

Un brindis por la narrativa corta

Escribir cuentos y relatos
Escribir cuentos y relatos

En el vasto banquete literario de la narrativa corta, cuentos y relatos son como exquisitos platillos que deleitan nuestro paladar con una variedad de sabores y texturas. Aunque ambos comparten similitudes como formas de narrativa corta, también poseen diferencias clave que les confieren personalidades únicas y encantadoras. Al comprender estas diferencias, escritores y lectores pueden saborear la riqueza y diversidad de la literatura con mayor aprecio y deleite.

Los escritores, como chefs creativos, pueden elegir la forma más adecuada para sus historias y abordar sus proyectos de escritura con una mayor claridad y enfoque, fusionando ingredientes y técnicas de cuentos y relatos para crear obras maestras narrativas que dejen una impresión duradera en el corazón y la mente de sus lectores.

Por otro lado, los lectores, como comensales entusiastas, pueden conocer las diferencias entre cuentos y relatos para apreciar mejor la riqueza y diversidad de la narrativa corta en la literatura. Al degustar estos manjares literarios, se embarcan en un viaje a través de un amplio menú de historias que ofrecen experiencias de lectura únicas y emocionantes, que nutren el alma y expanden el espíritu.

En última instancia, tanto cuentos como relatos tienen un lugar valioso en la tradición literaria, y ambos pueden ofrecer perspectivas poderosas y conmovedoras sobre la condición humana. Por lo tanto, alzamos nuestras copas en honor de la narrativa corta y brindamos por su capacidad para iluminar, inspirar y transformar nuestras vidas a través de la magia de las palabras y la imaginación. ¡Salud y feliz escritura!

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Con afecto literario, Lola

La originalidad

La Originalidad en la Literatura: Cómo Crear Obras que Perduran

La Originalidad en la Literatura no es solo un lujo creativo, sino una necesidad para cualquier escritor que aspire a crear una obra atemporal. Una historia que resista el paso del tiempo y que continúe emocionando a generaciones futuras es el sueño de muchos.

No obstante, es fácil caer en la trampa de las modas literarias del momento o dejarse influir por las tendencias populares, lo que puede llevarnos a escribir obras que, aunque puedan ser populares en el corto plazo, pierden su relevancia con el tiempo.

¿Cómo podemos navegar en este mar de influencias y estímulos para encontrar nuestra propia voz?

¿Cómo se logra esa originalidad que nos hace únicos como escritores y que da a nuestras obras la posibilidad de trascender las épocas?

En este artículo, no solo abordaremos la importancia de la originalidad en la literatura, sino que también exploraremos una variedad de estrategias y consejos prácticos para asegurarnos de que nuestra creatividad se traduzca en historias realmente atemporales.

Enfócate en temas universales

Una de las claves para conseguir la originalidad en la literatura y crear una obra que sea atemporal es centrarse en temas universales. Estos resuenan con las experiencias y emociones humanas comunes y pueden incluir aspectos como el amor, la amistad, la familia, la identidad, el conflicto, la pérdida, la búsqueda de propósito y el enfrentamiento a la adversidad. Al abordar temas universales con tu enfoque único, no solo estarás dando a tu historia la capacidad de trascender el tiempo, sino que también conectarás con lectores de diferentes épocas y culturas, potenciando así la originalidad de tu obra.

Evita las referencias culturales efímeras

Incluir referencias culturales y tecnológicas contemporáneas en tu obra puede resultar tentador; sin embargo, estas pueden envejecer rápidamente y hacer que tu narrativa parezca anticuada. Es aquí donde la originalidad en la literatura cobra relevancia. Al centrarte en elementos y situaciones más atemporales que no estén vinculados a una época o moda específica, estás aportando a tu obra una capa adicional de originalidad. Si decides incluir referencias culturales, asegúrate de que éstas sean intrínsecamente relevantes para la trama y no meros adornos superficiales, para mantener la originalidad y la atemporalidad de tu escritura.

Desarrolla personajes profundos y memorables

Los personajes son el corazón de cualquier historia. Si aspiras a que tu obra sea atemporal, es crucial que estos personajes sean auténticos, complejos y memorables. En este sentido, la originalidad en la literatura también se refleja en cómo desarrollas tus personajes: evita los estereotipos y clichés y dedica tiempo a explorar sus historias, motivaciones, deseos, debilidades y fortalezas. Al profundizar en la construcción de tus personajes, no solo los harás más reales, sino que también serán amados por tus lectores, independientemente de su época o contexto cultural. Esto contribuirá a la atemporalidad y la originalidad de tu obra.

Crea un estilo único y distintivo

El estilo es un aspecto fundamental de cualquier obra literaria y se convierte en un pilar para alcanzar la originalidad en la literatura. Un estilo único y distintivo no solo hará que tu escritura se destaque, sino que también contribuirá a su atemporalidad. No tengas miedo de experimentar con el lenguaje, el tono y la estructura para encontrar un enfoque que sea verdaderamente tuyo. Al aventurarte en estos aspectos estilísticos, no solo le darás a tu obra una voz única, sino que también la dotarás de una originalidad que perdurará a lo largo del tiempo.

No te dejes llevar por las modas literarias

Resistir la tentación de seguir las modas literarias y las tendencias actuales es crucial para preservar la originalidad en la literatura. Conformarte con lo que está en boga puede llevar a una escritura que se siente efímera y derivada. En lugar de imitar lo que otros están haciendo, dedica tiempo a encontrar tu propia voz y estilo. Este enfoque no solo te permitirá crear una obra auténtica y original, sino que también aumentará las probabilidades de que tu trabajo resista el paso del tiempo.

Revisa y perfecciona tu obra

La revisión y el perfeccionamiento de tu obra son aspectos fundamentales para garantizar que tenga una calidad atemporal. Dedica tiempo a revisar y pulir tu escritura, buscando inconsistencias, errores gramaticales y áreas en las que puedas mejorar la narrativa, los personajes o el estilo. A veces, esto puede significar realizar múltiples revisiones, pero el resultado final será una obra más sólida y duradera.

Busca la opinión de otros

Si bien la originalidad y la autenticidad son fundamentales para crear una obra atemporal, no menosprecies el valor de buscar la opinión de otros escritores, editores o lectores de confianza en tu camino hacia la originalidad en la literatura. Estos individuos pueden proporcionar perspectivas valiosas que quizás no habías considerado, ayudándote a mejorar tu escritura y a asegurarte de que evitas caer en modas y tendencias pasajeras. No temas abrirte a críticas constructivas; estas pueden ser una herramienta crucial para tu crecimiento y desarrollo como escritor.

Conclusión

Crear una obra que resistirá el paso del tiempo es una meta ambiciosa pero alcanzable. Al centrarte en temas universales, evitar referencias culturales efímeras, desarrollar personajes complejos y memorables, y al innovar con un estilo único y distintivo, ya estarás dando pasos firmes hacia ese objetivo.

Sin embargo, el secreto para trascender las modas literarias y establecer un vínculo genuino con generaciones futuras de lectores radica, en última instancia, en la originalidad en la literatura. Revisar y perfeccionar tu obra son etapas cruciales en este proceso, así como también lo es buscar la opinión de otros que puedan ofrecer perspectivas valiosas.

La originalidad y la autenticidad no son simplemente opciones, son imperativos para quien aspira a crear una obra atemporal. Por lo tanto, no temas trazar tu propio camino y contar la historia que arde en tu interior, porque es esa chispa individual lo que te separa del resto y hará que tu obra perdure.

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¡Cómo escribir un relato que haga historia!

¿Sabías que se dice que si un número infinito de monos teclea al azar en un número infinito de máquinas de escribir, tarde o temprano escribirán una obra maestra? ¡Pues ese es nuestro lema! Y hoy, querido lector, estamos aquí para desvelar el misterio detrás de cómo escribir un relato que haga historia. Somos conscientes de que no existe una fórmula mágica que garantice crear una narración que atrape a todos. Sin embargo, existen ciertos consejos y trucos que podrían ser las llaves que necesitas para abrir la puerta del éxito literario. Así que toma nota, afila tu lápiz y prepárate para dejar fluir tus ideas en la búsqueda de escribir un relato que haga historia.

Encuentra una idea (pero no cualquier idea)

Antes de emprender la aventura de escribir un relato que haga historia, es crucial que te hagas con una idea que realmente te apasione. La inspiración puede surgir de cualquier lugar: tus vivencias personales, las noticias del día, conversaciones cotidianas e incluso tus sueños más enigmáticos. El horizonte es vasto, ¡así que no hay límites! Sin embargo, lo más importante es optar por una idea que te haga vibrar. Si tú mismo no sientes esa chispa creativa, será complicado que consigas transmitirla a tus lectores y, por ende, escribir un relato que haga historia.

Definir los personajes

Para escribir un relato que haga historia, una de las claves es diseñar personajes memorables y bien construidos. No es suficiente con asignarles un nombre y una apariencia física; tienes que conocerlos en toda su complejidad. ¿Cuáles son sus anhelos y sus temores? ¿Qué virtudes los adornan y qué defectos los ensombrecen? ¿Cómo se expresan y cómo interactúan con los demás personajes del relato? Un conocimiento profundo de tus personajes no solo te permitirá escribir diálogos más naturales, sino que también hará más creíbles las situaciones en las que los sumerjas. Y en la suma de estos detalles se encuentra la receta para escribir un relato que haga historia.

Establece un conflicto

Si quieres escribir un relato que haga historia, es imprescindible que establezcas un conflicto central; algo que sea el corazón palpitante de tu narrativa. Imagina un relato sin conflicto como un pastel sin azúcar: insípido y aburrido. El conflicto es el motor que propulsa la trama y el elemento que mantendrá a tus lectores pegados a cada palabra. Ya sea algo tan introspectivo como la lucha interna de un personaje o algo de proporciones épicas como una guerra entre naciones, el conflicto debe servir como el hilo conductor que teje toda la trama. Incrementa la tensión de manera gradual y mantén a tu audiencia en vilo; solo así lograrás escribir un relato que haga historia.

Estructura tu relato

Con los personajes definidos y el conflicto establecido, el siguiente paso para escribir un relato que haga historia es trazar su estructura. Aunque hay autores que son más proclives a la improvisación, contar con una estructura básica previa te ayudará a mantener el rumbo de la narración y a detectar posibles fallos en la trama antes de que se transformen en dolores de cabeza. Aquí te presentamos una estructura sencilla pero efectiva que podría servirte como guía:

• Introducción: En esta etapa, es fundamental presentar a los personajes y el escenario en el que se desenvolverán. Esto sentará las bases para que puedas escribir un relato que haga historia.

• Desarrollo: Aquí es donde se introduce el conflicto que habrá de mantener a tus lectores en vilo. Despliega las estrategias que los personajes emplearán para abordar y resolver dicho conflicto.

• Clímax: Este es el punto de máxima tensión en tu relato. El conflicto llega a su cénit y las decisiones que se tomen aquí serán cruciales para el desenlace de la historia. • Desenlace: Resuelve el conflicto y muestra las consecuencias que este ha tenido para tus personajes. Es tu oportunidad de cerrar los arcos narrativos y dejar una impresión duradera en el lector, culminando así tu objetivo de escribir un relato que haga historia.

Encuentra tu voz

En el viaje para escribir un relato que haga historia, una de las etapas más cruciales es encontrar tu propia voz como escritor. Cada autor tiene su estilo y su voz única, y es precisamente esta autenticidad la que añade un valor irremplazable a tu obra. En lugar de intentar imitar a tus autores favoritos, enfócate en descubrir y cultivar tu propia voz. Experimenta con diferentes estilos, tonos y ritmos hasta que des con aquel que resuene más contigo y con tu narrativa. Recuerda siempre que ser auténtico no solo enriquecerá tu relato, sino que también te permitirá destacar entre la multitud y, por ende, escribir un relato que haga historia.

Muestra, no cuentes

Una de las máximas más valiosas en el arte de escribir un relato que haga historia es el principio de «mostrar, no contar». Un error frecuente entre escritores, especialmente los noveles, es caer en el exceso de narración, explicando cada detalle en lugar de permitir que las acciones y los diálogos de los personajes lo hagan por ellos. Al optar por la explicación constante, corres el riesgo de alienar a tus lectores, haciendo que pierdan el interés en tu historia. En lugar de dictarles cómo deberían sentirse los personajes, permite que tus lectores lo descubran por sí mismos a través de lo que tus personajes hacen y dicen. Esta es una de las claves para mantener una narración vibrante y, en última instancia, escribir un relato que haga historia.

Revísalo, revísalo y revísalo

Finalizar la última frase de tu borrador no es el final del camino para escribir un relato que haga historia. Más bien, es el punto de partida de una fase igualmente crucial: la revisión. Este es el momento de pulir tu obra, de eliminar cualquier error, inconsistencia o laguna en la trama que pueda haberse colado. No temas hacer cambios significativos, recortar escenas o incluso prescindir de personajes si eso contribuye a mejorar la calidad de tu relato. Es esta etapa de revisión minuciosa la que convertirá tu obra en algo digno de recordarse. Y no olvides el valor de una segunda opinión; una mirada fresca puede ofrecer insights que quizás tú mismo no habías considerado, y que pueden ser cruciales para escribir un relato que haga historia.

No te rindas

Sin lugar a dudas, escribir un relato que haga historia es un desafío considerable. Enfrentarás periodos de bloqueo creativo, momentos de frustración e incluso la tentación de abandonar el proyecto. Pero es crucial recordar que el verdadero éxito en la escritura no se alcanza de la noche a la mañana. Es un proceso que exige perseverancia, paciencia y una dosis inquebrantable de esfuerzo. Así que si las cosas no marchan como lo habías planeado, no te desanimes. Aprende de tus errores, mantén el rumbo y, por encima de todo, continúa escribiendo. Solo a través de la resiliencia y el compromiso constante tendrás la posibilidad de escribir un relato que realmente haga historia.

En resumen, si te preguntas cómo escribir un relato que haga historia, los ingredientes clave son pasión por tu trama y tus personajes, encontrar tu propia voz y un compromiso férreo con la revisión y el perfeccionamiento de tu obra. Y no olvides nuestro lema: si un número infinito de monos teclea al azar, eventualmente podrían crear una obra maestra. Entonces, ¿quién sabe? Con la suficiente dedicación y esfuerzo, podrías ser tú uno de esos «monos» que logre escribir un relato que haga historia y se quede grabado en la memoria de tus lectores.

¡Ánimo, y a darle vida a esos infinitos monos que todos llevamos dentro! Estamos emocionados por leer tus próximos relatos y compartir nuestras experiencias en este apasionante universo de la escritura creativa.

Esperamos que este artículo te haya ofrecido las herramientas y la inspiración necesaria para escribir un relato que haga historia. Si te ha sido útil y quieres seguir disfrutando de contenido de calidad, te invitamos a suscribirte a nuestro blog, Infinitos Monos.

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7 trucos para captar la atención de los lectores

7 trucos para enganchar a tus lectores

Los escritores tenemos que competir con toda clase de distracciones. La televisión es una terrible ladrona de lectores. Es difícil competir contra algo que ofrece diversión a cambio de sentarse y abrir los ojos y los oídos. Un libro exige más atención, que el lector se siente y se relaje y rato, que se olvide de la tele, del móvil, otro gran enemigo de los escritores. Los que amamos leer sabemos que ninguna serie ni película es capaz de mejorar un buen libro, bueno, alguno sí, pero pocos.

Por eso, para que sepas cómo hacer que se olviden un rato de sus vidas y que no se preocupen por no poder compartir la clave de Netflix, he escrito este artículo: 7 trucos  para enganchar a tus lectores.

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La intriga

Empieza con una escena intrigante
Empieza con una escena intrigante

Empieza con una escena intrigante: Desde la primera línea, es importante que el lector sienta curiosidad por lo que está sucediendo en la historia. Puedes comenzar con una situación misteriosa, un conflicto emocionante o una pregunta que invite al lector a seguir leyendo para obtener la respuesta.

«La cúpula» de Stephen King podría considerarse un ejemplo de novela que comienza con un misterio y que no se descubre hasta el final.

En esta novela, una cúpula invisible cae sobre la pequeña ciudad de Chester’s Mill, dejando a los residentes atrapados adentro. A medida que la situación se vuelve cada vez más desesperada, los residentes luchan por sobrevivir en medio del caos, la confusión y la violencia.

A medida que la trama avanza, los personajes comienzan a descubrir pistas y secretos sobre la cúpula, incluyendo quién o qué está detrás de ella y por qué se colocó allí en primer lugar. El gran misterio de la novela no se resuelve hasta el final, cuando se revela la verdad detrás de la cúpula y su propósito.

«La cúpula» es una novela de suspense y ciencia ficción que ofrece una lectura emocionante y llena de giros y sorpresas hasta el final. Con una gran cantidad de personajes complejos y una trama envolvente, es una excelente muestra de cómo una novela puede mantener al lector en vilo hasta el último momento. Qué mejor forma de captar la atención del lector, que plantar una cúpula invisible que parte por la mitad a un castor y hace que una avioneta se estrelle contra ella.

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Personajes memorables

Crea personajes interesantes y complejos que los lectores puedan comprender y con los que puedan identificarse.
Crea personajes interesantes y complejos que los lectores puedan comprender y con los que puedan identificarse.

Los personajes son la clave para que los lectores se sientan emocionalmente involucrados en la historia. Crea personajes interesantes y complejos que los lectores puedan comprender y con los que puedan identificarse.

Cuántas veces te has leído del tirón un libro, por el simple hecho de encontrarte con un personaje que querrías como amigo. Escribir buenos personajes es un imán para atraer lectores y obligarlos a leer hasta la última coma de tu trabajo.

Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle: Holmes es un detective privado inglés, conocido por su capacidad para resolver casos aparentemente imposibles gracias a su agudo poder de observación y razonamiento deductivo. Se ha convertido en parte de la cultura occidental. Seguro que alguna vez has escuchado: ¿Te crees Sherlok Holmes? Ante alguien que quiere desvelar algún problema o misterio.

Huckleberry Finn de Mark Twain: Huckleberry Finn es el protagonista de la novela «Las aventuras de Huckleberry Finn», un niño pícaro y aventurero que vive en el sur de los Estados Unidos en la década de 1830.

Elizabeth Bennet de Jane Austen: Elizabeth es la protagonista de «Orgullo y Prejuicio», una joven inteligente, vivaz e independiente que desafía las expectativas sociales de la época y lucha por encontrar el amor verdadero.

Holden Caulfield de J.D. Salinger: Holden es el protagonista de «El guardián entre el centeno», un joven cínico y rebelde que lucha por encontrar su lugar en el mundo y se enfrenta a la hipocresía y la falsedad de la sociedad.

Bilbo Bolsón de J.R.R. Tolkien: Bilbo es el protagonista de «El Hobbit», un hobbit pacífico y hogareño que se embarca en una peligrosa aventura para ayudar a un grupo de enanos a recuperar su tesoro robado.

Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes: Don Quijote es el protagonista de la novela homónima, un caballero andante que se adentra en el mundo real en busca de aventuras y justicia, pero que a menudo se confunde por su locura. Ya sabes, en la vida hay muchos Quijotes.

Atticus Finch de Harper Lee: Atticus es el protagonista de «Matar a un ruiseñor», un abogado y padre soltero en la década de 1930 en el sur de los Estados Unidos, quien defiende a un hombre negro acusado de un crimen que no cometió, desafiando así la discriminación racial de la época.

Estos son solo algunos ejemplos de personajes memorables en la literatura, hay muchos más, tal vez el siguiente sea tuyo, o mío, ¿por qué no soñar?

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El lenguaje

Usa un lenguaje evocador y descriptivo que haga que el lector se sienta como si estuviera allí con los personajes, experimentando la historia al instante.
Usa un lenguaje evocador y descriptivo que haga que el lector se sienta como si estuviera allí con los personajes, experimentando la historia al instante.

La elección de palabras es importante en cualquier texto literario. Usa un lenguaje evocador y descriptivo que haga que el lector se sienta como si estuviera allí con los personajes, experimentando la historia al instante.

No te exijas el uso de palabras rebuscadas o que suenen cultas, o bien, no. Eso es un error de dimensiones estratosféricas, ¿verdad? Con lo fácil que me hubiera sido decir, que es un error muy grande y ya… No. Utiliza un lenguaje adaptado a tu historia, sí. Pero intenta escribir con naturalidad, si tu personaje es pedante, pues que sus diálogos lo representen, pero, si no es así, no pongas palabras que no pegan ni con cola.

Un ejemplo de novela en la que el uso rebuscado del lenguaje la convierte en un fracaso es «Gatsby» de Ernest Vincent Wright.

Publicada en 1939, «Gatsby» es una novela experimental que se escribió sin la letra «e». Wright se propuso el desafío de escribir una novela completa sin la letra «e», lo que resultó en un uso altamente rebuscado del lenguaje y una trama confusa e incomprensible.

La trama sigue al personaje principal, John Gatsby, quien es elegido como alcalde de una pequeña ciudad en Nueva York y se propone revitalizar la comunidad. Sin embargo, debido al uso forzado del lenguaje, la novela es difícil de leer y comprender, lo que la convierte en un fracaso literario.

Aunque «Gatsby» fue un experimento interesante y desafiante, el uso rebuscado del lenguaje se convirtió en un obstáculo insuperable para la mayoría de los lectores y críticos literarios, lo que llevó a que la novela no fuera bien recibida en su época y no haya perdurado en la historia de la literatura.

También hay casos, en los que el problema no es la pérdida de calidad, el problema es que todos los lectores no tienen el nivel necesario, ni las ganas, para detenerse a leer con calma y atención una novela.

Otro ejemplo de una novela en la que el uso rebuscado del lenguaje la convierte en un fracaso es «A la recherche du temps perdu» (En busca del tiempo perdido) de Marcel Proust.

Esta obra, publicada entre 1913 y 1927, es considerada una de las más grandes obras de la literatura francesa, pero su estilo de escritura es conocido por ser altamente rebuscado y difícil de leer.

La trama sigue al narrador, quien recuerda su vida a través de una serie de experiencias y encuentros con personajes diversos. Sin embargo, el estilo de Proust incluye largas oraciones, uso excesivo de adjetivos y descripciones detalladas, lo que puede hacer que el texto sea difícil de seguir y comprender.

A pesar de su gran impacto en la literatura, la complejidad y la densidad del lenguaje de Proust pueden resultar en una lectura desafiante para algunos lectores, lo que puede dificultar el disfrute de la obra.

Una novela en la que el uso del lenguaje es demasiado rebuscado y puede resultar difícil de leer es «Finnegans Wake» de James Joyce.

En esta novela, Joyce experimenta con el lenguaje y crea una obra de gran complejidad y densidad lingüística. La trama es difícil de seguir y los personajes son difíciles de entender, pero lo más desafiante es el uso del lenguaje.

Joyce utiliza un estilo altamente elaborado y enrevesado, lleno de neologismos, juegos de palabras y referencias oscuras. A menudo se cambia de idiomas, destruye la sintaxis y crea palabras nuevas que desafían la comprensión del lector.

Incluso los críticos más experimentados han luchado para entender «Finnegans Wake» en su totalidad, lo que ha llevado a que algunos lo consideren una obra genial, pero también inaccesible y demasiado difícil de leer.

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El ritmo

Asegúrate de que el ritmo de la narrativa sea adecuado y que no haya momentos en los que la historia se estanque.

Es importante que la historia se desarrolle de manera constante y que haya suficiente tensión y suspense para mantener al lector interesado. Asegúrate de que el ritmo de la narrativa sea adecuado y que no haya momentos en los que la historia se estanque.

No es necesario que lleves un ritmo trepidante, ni que te detengas a explicar con detenimiento cada cosa que escribas. Hay que encontrar el ritmo perfecto. Combinar los periodos de calma, con la acción, los diálogos, las descripciones… todo en su justa medida.

Aquí te presento algunos ejemplos de novelas que tienen el ritmo perfecto y eso las convirtieron en éxitos:

«El gran Gatsby» de F. Scott Fitzgerald: Esta novela cuenta la historia del misterioso millonario Jay Gatsby y su obsesión por la mujer que ama. La prosa de Fitzgerald fluye con elegancia y precisión, y la trama se desarrolla a un ritmo cautivador que mantiene al lector enganchado hasta el final.

«Harry Potter y la piedra filosofal» de J.K. Rowling: El primer libro de la serie de Harry Potter es un ejemplo perfecto de cómo mantener un ritmo ágil y emocionante. Rowling equilibra hábilmente la acción, el misterio y la magia, creando un universo narrativo que es fascinante y adictivo.

«Matar a un ruiseñor» de Harper Lee: Esta novela, que trata temas de justicia y prejuicio en el Sur de Estados Unidos, tiene un ritmo pausado y reflexivo que se adapta perfectamente a la narración de la historia desde el punto de vista de la joven Scout Finch. La voz narrativa de Lee es elegante y emotiva, y el ritmo de la novela lleva al lector a través de una exploración profunda de la condición humana.

«Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez: Esta novela utiliza un estilo de narración mágico y surrealista para contar la historia de la familia Buendía y su ciudad ficticia, Macondo. García Márquez maneja hábilmente el tiempo y el espacio, creando una obra de ritmo perfecto que lleva al lector a través de una exploración fascinante de la cultura y la historia latinoamericanas.

«Orgullo y prejuicio» de Jane Austen: Esta novela de la época georgiana cuenta la historia de Elizabeth Bennet y su búsqueda del amor verdadero. La prosa de Austen es elegante y precisa, y el ritmo de la novela es equilibrado, con momentos de tensión y emoción que hacen que la lectura sea adictiva y satisfactoria.

5

El conflicto

Asegúrate de que el conflicto sea emocionante y tenga suficiente en juego para que el lector se preocupe por lo que sucede a continuación.

Toda buena historia tiene un conflicto que debe resolverse. Asegúrate de que el conflicto sea emocionante y tenga suficiente en juego para que el lector se preocupe por lo que sucede a continuación. Ese conflicto podría ser esa Gran Pregunta a la que se enfrenta tu protagonista. No es suficiente con exponerlo claramente, ni veladamente, no, es necesario que quede claro a lo largo de la obra y que sea resuelto al final de la misma. Y esa resolución puede ser positiva o negativa, incluso puede ser un quizás. Pero de alguna forma, no debe dejar al lector con una duda. Un quizás no está definido del todo, pero sí puede satisfacer al lector. No dar ni siquiera un quizás, es lo peor que puedes hacerle a tus lectores y a tu obra.

Aquí te presento algunos ejemplos de novelas en las que el protagonista se enfrenta a un conflicto emocionante:

«El gran Gatsby» de F. Scott Fitzgerald: El protagonista, Jay Gatsby, lucha por recuperar el amor de su vida, Daisy, mientras navega por la alta sociedad de Nueva York en los años 20.

«1984» de George Orwell: El protagonista, Winston Smith, se rebela contra el control totalitario del estado y la manipulación de la verdad en una sociedad distópica.

«El juego de Ender» de Orson Scott Card: El protagonista, Ender Wiggin, es entrenado para liderar una guerra intergaláctica contra una raza alienígena, pero a medida que se desarrolla el conflicto, comienza a cuestionar la moralidad de su misión.

«Matar a un ruiseñor» de Harper Lee: El protagonista, Scout Finch, aprende valiosas lecciones sobre el racismo y la justicia a través del proceso de defensa de su padre, Atticus Finch, en un caso de acusación falsa.

«El Hobbit» de J.R.R. Tolkien: El protagonista, Bilbo Bolsón, se embarca en una aventura peligrosa para recuperar un tesoro robado por el dragón Smaug, enfrentándose a múltiples peligros y desafíos en el camino.

«Las aventuras de Huckleberry Finn» de Mark Twain: El protagonista, Huck Finn, escapa de su padre abusivo y se une a Jim, un esclavo fugitivo, en un viaje por el río Mississippi, desafiando las leyes y las normas sociales de la época.

Estos son solo algunos ejemplos de novelas en las que el protagonista se enfrenta a un conflicto emocionante y desafiante, pero hay muchas otras novelas que también presentan situaciones similares.

6

Los diálogos

El diálogo puede ser una herramienta poderosa para agregar dinamismo a la narrativa.

El diálogo puede ser una herramienta poderosa para agregar dinamismo a la narrativa. Crea diálogos interesantes que muestren la personalidad de los personajes y avancen la trama. Pero no te pases, a todos nos gusta leer diálogos, porque es la parte en la que la historia es más pura. Leemos las palabras directas de los personajes y podemos conocerlos mejor, sin el sesgo de un narrador que nos los presenta cómo él los ve. Si quieres aprender a escribir diálogos creíbles, puedes leer el artículo que escribí sobre el tema en el enlace que te dejo.

Aquí te presento algunos ejemplos de novelas en las que los diálogos son importantes y tienen mucho protagonismo:

1.          «Ulises» de James Joyce: Esta novela modernista es conocida por su estilo experimental y sus largos monólogos interiores, pero también tiene una gran cantidad de diálogos que reflejan la vida cotidiana de los personajes en Dublín.

2.         «Diario de un loco» de Nikolái Gógol: Esta novela corta está escrita en forma de diario y presenta los pensamientos y conversaciones del protagonista, un burócrata ruso que se vuelve loco.

3.         «Las aventuras de Sherlock Holmes» de Arthur Conan Doyle: Estas historias detectivescas se centran en los diálogos entre el famoso detective Sherlock Holmes y su compañero el Dr. Watson, mientras resuelven misterios en la Inglaterra victoriana.

4.        «La conjura de los necios» de John Kennedy Toole: Esta novela cómica presenta una serie de diálogos entre el protagonista, Ignatius J. Reilly, y los personajes excéntricos que lo rodean en la Nueva Orleans de los años 60.

5.        «La náusea» de Jean-Paul Sartre: Esta novela filosófica está escrita en forma de diario y presenta los pensamientos y diálogos internos del protagonista, Antoine Roquentin, mientras reflexiona sobre la existencia y la libertad.

Estos son solo algunos ejemplos de novelas en las que los diálogos son importantes y tienen mucho protagonismo, pero hay muchas otras novelas que también presentan diálogos significativos y memorables.

Aquí te presento algunos ejemplos de novelas que hacen un mal uso de los diálogos:

«Cincuenta sombras de Grey» de E.L. James: Esta novela erótica es criticada por sus diálogos repetitivos y poco realistas, que a menudo se sienten forzados y artificiales.

«El código Da Vinci» de Dan Brown: Esta novela de suspenso es criticada por sus diálogos expositivos, que a menudo se utilizan para explicar información en lugar de desarrollar la trama o los personajes.

«Crepúsculo» de Stephenie Meyer: Esta novela de romance sobrenatural es criticada por sus diálogos simplistas y poco realistas, que a menudo se centran en el romance y la belleza física de los personajes en lugar de su profundidad emocional o intelectual.

«El lector» de Bernhard Schlink: Esta novela se centra en una relación ilícita entre un adolescente y una mujer mayor, pero es criticada por sus diálogos planos y poco convincentes, que no logran transmitir la complejidad emocional de los personajes.

«El código enigma» de Michael Apted: Esta novela histórica se centra en la vida del matemático Alan Turing durante la Segunda Guerra Mundial, pero es criticada por sus diálogos forzados y poco realistas, que no logran transmitir la tensión emocional o la complejidad de los personajes.

Estos son solo algunos ejemplos de novelas que hacen un mal uso de los diálogos, pero hay muchas otras novelas que también han sido criticadas por sus diálogos poco convincentes o forzados.

7

La sorpresa

Asegúrate de que la trama sea lo suficientemente compleja como para mantener al lector en vilo y de que haya sorpresas inesperadas que lo mantengan enganchado hasta el final.

Finalmente, para mantener el interés del lector, es importante tener giros sorprendentes e inesperados en la historia. Asegúrate de que la trama sea lo suficientemente compleja como para mantener al lector en vilo y de que haya sorpresas inesperadas que lo mantengan enganchado hasta el final.

Te mucho cuidado a la hora de sorprender a tus lectores, no vale con sacarse un as de la manga y cambiar las cosas a tu conveniencia, no. Cada hecho que acontezca, aunque pueda resultar inesperado, debe ser algo meditado y bien trabajado. Lo que quiero decir es que debe tener sentido en tu historia. No vale un sí porque sí.

Aquí te presento algunos ejemplos de novelas que tienen giros inesperados que las convierten en un éxito:

1.          «La chica del tren» de Paula Hawkins: Esta novela de suspenso sigue a una mujer que se obsesiona con una pareja que ve desde el tren, pero cuando uno de los personajes desaparece, se produce un giro inesperado que cambia la perspectiva del lector y lleva a una conclusión sorprendente.

2.         «El psicoanalista» de John Katzenbach: Esta novela de suspenso sigue a un psicoanalista que es secuestrado por uno de sus pacientes, pero cuando se produce un giro inesperado en la trama, el lector descubre que hay mucho más en juego de lo que parece y que nada es lo que parece.

3.         «La sombra del viento» de Carlos Ruiz Zafón: Esta novela de misterio e intriga sigue a un joven que descubre un libro en una biblioteca misteriosa, pero cuando comienza a investigar la vida del autor, se produce un giro inesperado que cambia la dirección de la trama y lleva a una conclusión sorprendente.

4.        «Gone Girl» de Gillian Flynn: Esta novela de suspenso sigue a un hombre cuya esposa desaparece misteriosamente, pero cuando se produce un giro inesperado en la trama, el lector descubre que nada es lo que parece y que hay más en juego de lo que el protagonista pensaba.

5.        «El sexto sentido» de M. Night Shyamalan: Aunque no es una novela, esta película es conocida por su giro inesperado al final que cambia la percepción del espectador sobre la trama y lleva a una conclusión sorprendente.

Estos son solo algunos ejemplos de novelas (y una película) que tienen giros inesperados que las convierten en un éxito, pero hay muchas otras obras de ficción que han utilizado este recurso con gran efecto.

Aquí te presento algunos ejemplos de novelas que no tienen giros inesperados y cuya trama es más predecible:

1.          «Orgullo y prejuicio» de Jane Austen: Esta novela clásica de romance sigue a una mujer que se enamora de un hombre rico, pero la trama es bastante predecible y no tiene giros inesperados importantes.

2.         «Harry Potter y la piedra filosofal» de J.K. Rowling: Esta novela de fantasía juvenil sigue a un joven mago que descubre su destino en el mundo mágico, pero la trama es relativamente predecible y no tiene muchos giros inesperados.

3.         «El gran Gatsby» de F. Scott Fitzgerald: Esta novela clásica sigue a un hombre rico que se enamora de una mujer casada, pero la trama es bastante predecible y no tiene muchos giros inesperados importantes.

4.        «El señor de los anillos» de J.R.R. Tolkien: Esta novela de fantasía épica sigue a un grupo de personajes que buscan destruir un anillo mágico, pero la trama es relativamente predecible y no tiene muchos giros inesperados.

5.        «Los cuatro acuerdos» de Miguel Ruiz: Este libro de autoayuda sigue a un hombre que descubre cuatro acuerdos para vivir una vida más plena y feliz, pero la trama es bastante predecible y no tiene muchos giros inesperados importantes.

Estos son solo algunos ejemplos de novelas y libros que no tienen giros inesperados y cuya trama es más predecible, pero esto no significa que sean obras de menor calidad o que no sean interesantes para los lectores. Cada obra tiene sus propias fortalezas y debilidades y es importante juzgarla en su conjunto.

Como ves, existen formas de conseguir que tus lectores se enganchen a tu obra, que pasen cada página deseando saber cómo sigue la historia. No hace falta que tu novela tenga todos los elementos a la vez, pero, es bueno revisar si al menos cumple un par de ellos. El éxito o el fracaso nunca está definido del todo, pero, sí es cierto, que estas cuestiones suelen estar detrás de las novelas olvidadas o presentes eternamente en el inconsciente cultural que nos rodea.

¿Y tú? ¿Conocías estos trucos con los que enganchar a tus lectores? ¿Los sueles poner en práctica? ¿Acabas de descubrir por qué tu obra no arranca?

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Cómo ser escritor
Cómo ser escritor. Descubre cómo lograrlo con estos 7 consejos.

La gran movida de escribir. Mira, escribir hoy en día es pan comido, algo que te enseñan desde que eres un renacuajo. Pero antes, esto era cosa de gente con posibles, no para cualquiera. Hay quien se cree que plantarse delante del ordenador y parir un Best Seller es moco de pavo. Pero vamos, tú y yo sabemos que eso es pan comido, ¿a que sí?

A lo mejor ya has garabateado algo, tienes por ahí una historia que puede que sea la bomba. O puede que la idea de escribir un novelón todavía te de yuyu y hayas empezado probando suerte con algún relato más chiquitín. Da igual lo que hayas hecho hasta ahora, porque te sigue rondando la misma duda: ¿Cómo narices se hace eso de ser escritor?

Y es que ser escritor no es solo vomitar palabras y ya. No, colega, es mucho más. Es echarle horas, es querer mejorar cada día y es, sobre todo, tener unas ganas locas de contar historias que, oye, igual un día alguien más que tu madre se anima a leer.

Ser escritor es un arte que combina el toque mágico de la creatividad con la destreza de un cirujano, requiere de un tute de dedicación y de darle al coco sin parar, porque si picar piedra es duro, darle a las teclas puede dejarte frito.

Al escribir, te metes en un berenjenal de emociones y lo que buscas es que tu historia sacuda al lector por dentro tanto como a ti. Claro, tu rollo es entretener, que se lo pasen pipa leyendo tus movidas. Pero, ya sabes, entretener hoy en día es un curro de narices con todo a un clic de distancia: la tele, el móvil, ese cacharro que no suelta la peña ni para ir al baño. Tú les pides a tus lectores que se acoplen en su rincón favorito, que se enchufen buena luz, que se aguanten el libraco y que se sumerjan en tu mundo. Que se despeguen de las mil pantallas que les bombardean con chorradas es, sin duda, una proeza.

Pero tú, con todo y con eso, quieres ser escritor.

Así que, aquí van unos consejos que te van a venir de perlas si estás decidido a seguir este camino.

 Vamos allá:

  1. Devorar libros como si no hubiera un mañana.

A ver, puede que haya escritores que no se empapan de otros autores, y eso, a mí modo de ver, es como querer ser chef sin probar bocado de lo que hacen los demás. Leer es como el gimnasio para el cerebro, es lo que te pone las neuronas cachas y te abre las puertas a universos que ni te imaginas. Si quieres escribir de la leche, tienes que empaparte de literatura hasta el tuétano.

Entonces, ¿qué tienes que leer? Tómatelo todo, desde la etiqueta del champú hasta el librillo ese que te dejan en el banco. Porque, créeme, nunca sabes dónde va a saltar la chispa de la próxima movida que escribas.

No te pongas tikismikis con los géneros; igual ese libro que no te mola te enseña más que cien que te chiflan. Fíjate en cómo el autor ha montado el tinglado, en qué punto la historia te pierde o cómo hubieras manejado tú a los personajes. Y no te quedes solo en las novelas, que hay vida más allá. Los ensayos, las obras de teatro, los guiones de cine, las biografías… todo eso es carnaza para tu imaginación. Cuanto más empapes tu coco de todo tipo de letras, más tocho será lo que tú escribas y más se lo gozarán tus lectores.

  • Darle a las teclas como si no hubiera un final.

Vale, capitán obvio al rescate: si quieres ser escritor, lo mínimo es escribir. ¿Y cuánto? Pues todos los benditos días, aunque sea el tiempo que tardas en cantar un estribillo pegajoso. Tiene que ser una costumbre, como el café de por la mañana.

Piénsalo, si las lecturas son tus mancuernas, escribir es tu maratón diario. Y ojo, no hace falta que te curres una novela cada vez que te sientas. Puedes soltar lo primero que te pase por la cabeza. Así, sin más. No es tontería, es como hacer flexiones para tu cerebro. Estás programándolo para que, cuando te pongas serio con tus historias, esté listo para correr la maratón.

Y si te atascas, búscate ejercicios de escritura. Hay un montón en YouTube, como el cuaderno de bocetos para escritores que estoy montando en el canal de Infinitos monos (aunque tristemente lo tengo abandonado por falta de tiempo). Te tiro un tema o una idea y tú le das al tarro. Es un método maravilloso para pillar soltura escribiendo, para que te hagas un as construyendo tramas y personajes, y para que pruebes rollos de escribir que ni te imaginabas que te molarían.

Al final, para ser escritor tienes que echarle horas y ganas para pulir esas técnicas que te hacen falta. Y recuerda, la práctica hace al maestro, así que a darle sin parar.

  • Conocer la técnica.

Como cualquier disciplina artística, escribir también requiere de unos conocimientos básicos que convierten el arte en mejorable. Dedica tiempo a aprender y a leer libros sobre escritura.

Gracias a la parte técnica, puedes convertir la historia más común, en algo novedoso e interesante. Asistir a talleres de escritura puede ser de gran ayuda para poner en práctica esta parte técnica.

Crear historias es complicado, porque requiere de mucho trabajo y, si no sabes lo que haces, puedes estropear y llevar al fracaso una buena historia. A mí me gusta pensar que una buena trama es como el mecanismo de un reloj, cada pieza es necesaria para mover las que la rodean y si todas sirven al propósito de tu historia, tendrás en tus manos una gran obra.

Puedes hacerte con una de las guías que encontrarás en la tienda de Infinitos monos y comenzar a entender cómo es escribir un libro.

  • Darle caña a tu rollo personal.

Vale, este es un punto chungo, porque lo de pillar tu propio estilo es como buscar una aguja en un pajar. Lo más fácil es empezar por lo que te mola, lo que sueles leer. Es lo que más se parece a lo que eres, al tío o tía con pluma que llevas dentro. Ese escritor que está ahí, agazapado, tiene que encontrar la forma de salir y darse a conocer. Y, claro, puede que te desesperes porque no ves si ya lo has conseguido hasta que un día, zas, lo ves ahí, en tus propias palabras.

Hay quien lo tiene más claro que el agua desde el principio, pero la mayoría vamos a tientas.

Si estás más perdido que un pingüino en un garaje y te cagas en los pantalones pensando que no vas a ser el escritor que sueñas, pues dale al tema de imitar a alguien que te flipa. Pero ojo, imitar, que no es lo mismo que copiar. Copiar es de pringados y hasta te pueden meter en un lío legal. Tú no, colega. Pero sí que puedes sacar chispas de tu admiración por ese autor, escribir de cosas que os flipen a los dos. Eso te va a ayudar a soltarte y, con el tiempo, a que encuentres tu propia voz sin copiar a nadie.

  • Dale una vuelta de tuerca a lo que has escrito.

Escucha, cada palabra que plasmas es tu carta de presentación al mundo. O sea, que tienes que mimar cada texto como si fuera tu bebé. La ortografía, cómo encajas las frases, la pulcritud… son la mar de importantes cuando enseñas o publicas lo que has escrito. Una manera de pillarle el tranquillo a esto es leyendo a saco, aunque te aviso, que últimamente me encuentro con cada patada al diccionario en las novelas que es para echarse a temblar. Me parece de traca que un escritor pase de esta parte tan crucial del curro de escribir. Así que ya sabes, repasa tus textos y no dejes que los gazapos te jueguen una mala pasada.

Otro rollo que no puedes pasar por alto, sobre todo si te metes en concursos o si le tiras tus folios a una editorial, es el tema de las instrucciones. Si te piden cincuenta páginas, ni se te ocurra enviar cincuenta y una, ni cuarenta y nueve y media. Cincuenta clavadas. Y si te especifican el tipo de letra, el tamaño, los márgenes, pues eso es lo que hay. Pasar de eso es la mejor manera de que ni se molesten en ojear lo que has currado.

  • Haz piña con otros que escriben.

Verás, cualquier movida es más guay si tienes colegas que flipan con lo mismo que tú. Con las redes sociales, puedes conocer a escritores de cualquier rincón del planeta. Vale que escribir es un curro de lobo solitario, pero todo lo que rodea a la escritura es para compartir. Nunca se sabe cuándo un par de palabras con otro que entiende de letras te va a sacar de un atasco mental o te va a encender la bombillita que necesitas para salir del túnel.

Lo que no mola nada es caer en la trampa de compararte o de tirar por tierra lo que hacen los demás. Toda crítica tiene que ser para sumar, nunca para restar. Y si te quieres dedicar a esto, tienes que estar dispuesto a tragar y digerir las críticas. Claro que te vas a encontrar con algún zascas que parece que van a saco a hundirte, pero ahí está el turrón: tienes que ser capaz de masticar esos comentarios, ver qué puedes sacar de bueno y usarlo para ponerte más fuerte en esto de escribir. Y así, cada vez que metas la pata, aprenderás algo nuevo y evitarás tropezar con la misma piedra.

  • No tires la toalla.

Ni se te ocurra claudicar, colega. A lo mejor no te ves escribiendo bestsellers y viviendo del cuento, pero eso no es excusa para dejar de teclear. Hay un montón de gente que dibuja solo porque les sale de dentro, ¿por qué no ibas a escribir tú simplemente porque te llena?

Si le echas horas y un par de narices, quién te dice que no acabes siendo un escritor de los que salen en las solapas de los libros. Y no te cierres puertas: que no todo escritor vive de las novelas o los relatos. Escribir es un mundo. Puedes hacer artículos, crónicas, reseñas… o incluso escribir por y para otros. Si te mola darle al teclado pero pasar de los focos, igual lo tuyo es ser escritor fantasma (lo que antes se llama “negro”).

Pero si lo que quieres es que tu nombre esté en la portada, prepárate para que te la peguen con la puerta en las narices más veces de las que llevas calcetines. Tienes que tener claro que no solo estás soltando una historia al mundo, sino que estás dejando un trozo de ti en cada página. Y no a todo el mundo le tiene que molar tu rollo. Que te publiquen depende de mil movidas, así que no te preocupes con los pasas, sigue dándole al timbre. Al final, alguna puerta se abrirá, ya verás.

Y algo vital en esto de ser escritor es que te mires al espejo y reconozcas tus cagadas, tus puntos flacos, y que te aprendas el mantra de que lo que no te hunde te hace más duro. Agarra las críticas, dale al tarro y piensa en cómo petarlo más en la próxima. Es como el que salta con pértiga: no pasa la barra a la primera. Su entrenador le dice dónde la ha pifiado y lo vuelve a intentar. Con cada salto, tiene a alguien que le sopla qué hacer para no volver a cagarla.

Ahora ya tienes una idea más clara de cómo ser escritor. No es un camino de rosas, que va, a pesar de lo que mucha peña pueda pensar. Escribir puede ser tu vía de escape, tu pasión, tu forma de desahogarte… hay mil razones para darle a las teclas. Sea lo que sea que busques, si quieres ser un profesional de las palabras, un autor reconocido o un maestro de los artículos, necesitas una buena base para construir tu castillo.

¿Qué, cómo lo ves? ¿Ya tienes más claro eso de cómo ser escritor?

Si te han surgido mil y una dudas o si quieres comentar cualquier movida, suelta lo que llevas dentro en los comentarios y le damos caña juntos. Aquí estoy para echarte una mano en lo que pueda.

Si todavía no te has ido y sigues ahí dándole vueltas a cómo ser escritor y empapándote de todo lo que te he soltado. Si te mola lo que estás leyendo y te sirve para ponerte las pilas con tus letras, ¿por qué no te suscribes?

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