Consejos para escritores + Cómo escribir un libro

Categoría: Infinitos Monos (Página 20 de 20)

Te ayudamos a conseguir tu sueño de escribir tu novela.

Hoy voy a escribir unas notas sobre lo que deberías hacer a la hora de corregir tus textos. Es una parte de la escritura que a pocos nos gusta, pero es indispensable, tedioso, aburrido, agotador… y necesario. Pero si no eres corrector o has estudiado filología puedes sentirte perdido. Crees que con leer un par de veces tu relato y escribir un par de notas, tachar dos o tres palabras y cambiar un párrafo ya lo tienes hecho. Pero resulta que no. Corregir no es sólo eso.

A continuación voy a relatarte algunos pasos que puedes usar como guía y lograr que tus textos cobren vida y fuerza.

  1. Lo primero de todo, obvio, es escribir tu historia, pero por completo, de principio a fin. Si es un relato no tardarás mucho, si es una novela… puedes necesitar años. Pero en fin. Que te pongas a escribir si no lo has hecho ya.
  2. Ya tienes tu historia terminada, ya escrita, porque te queda el trabajo tedioso de corregirla. Ahora lo más apetecible es leerla, pero no puedes hacerlo, lo siento. Está prohibido. Lo que tienes que hacer es olvidarte de lo que hiciste. Yo intento dejar una semana hasta leer lo que escribí. Pero tu puedes dejar el tiempo que estimes oportuno. Un par de días debería ser el mínimo. En ocasiones no tenemos ese tiempo, así que deja tu relato en el cajón y ve a dar un paseo, ve un par de videos musicales o sal a tomar un café con algún amigo que haga tiempo que no veas. Lo que sea que te haga olvidar lo que has estado haciendo.
  3. Imprime tu obra. Es tentador ponerte a corregir un par de cosas antes de hacerlo, corregir la puntuación, la ortografía, pero no es necesario ahora, ya lo harás cuando toque. Tu imprime tu texto en bruto, sin pulir, como salió de tu maravillosa mente. Y ahora a leer. Pero nada de sentarte en una cafetería con el boli rojo en la mano. No. Ve a un lugar tranquilo, donde puedas hablar solo sin que te tomen por loco, porque vas a leer en voz alta. Si, nada de leer con la voz de tu mente, lee en voz alta y entonando lo que tu mismo has escrito. Te puede parecer ridículo, pero al dejar que el texto entre por dos sentidos vas a ser capaz de descubrir muchas más cosas que si lo lees en silencio. Y además podrás sentir de primera mano cómo suena tu texto. Si el ritmo es correcto, si las comas están bien puestas, las exclamaciones, …

Y ahora no se te ocurra ponerte a tachar todo lo que te parezca que está mal. Simplemente lee y toma alguna nota al margen que ya revisarás mas tarde. Tienes que leer del tirón, sin pausas que te distraigan de tu verdadera misión, pulir tu texto.

  1. Ahora vamos a analizar la estructura de nuestro texto. Intenta separar los párrafos indicando hasta donde dura la introducción, el desarrollo y el desenlace.

Busca si tu texto contiene un agente iniciador de la trama (un hecho que acontece y provoca la acción siguiente).

¿Tu historia tiene un conflicto? Si no lo tiene puede dejar la historia descafeinada.

¿El desenlace resuelve el conflicto primero? Tu lector va a esperar que le resuelvas el problema al que se enfrenta el protagonista.

  1. Puedes dividir los párrafos y apuntar al margen lo que sucede en cada uno. Ahora analiza qué párrafos no aportan nada a la historia y elimínalos. No queremos material de relleno, queremos acción e información útil.

También puedes hacer lo siguiente, escribir una lista de escenas contenidas en el texto y contar las palabras con las que cuenta cada una. Así veremos si mantiene un equilibrio.

Nuestro texto debería estar dividido así:

Introducción: 25%

Desarrollo: 25%

Desenlace: 25%

  1. Elimina las partes aburridas. Ten en cuenta, a la hora de leer en voz alta, que si tu, que eres quien lo ha escrito, no quieres leerlo porque te aburre, nadie querrá hacerlo. Es duro, pero elimina esas partes.
  2. Es tentador, pero la corrección de un texto nunca debe hacer el mismo más largo. Siempre tenemos que acortarlo, bueno, a lo mejor no siempre, pero ya verás que escribes siempre de más. Si ves que necesitas introducir nuevos párrafos, más información… a lo mejor es porque todavía no habías terminado tu texto.
  3. Cuando leas, procura comprobar que todo está claro y que nuestro lector no va a necesitar releer y parar su lectura para comprender.
  4. Revisa los entornos que describes. No te pierdas en descripciones largas y llenas de palabras bonitas. Intenta ser conciso. Y un apunte, utiliza siempre los cinco sentidos para describir, eso le aporta realismo y claridad a nuestro texto.
  5. Ahora ya deberíamos hacer pulido bien nuestro texto, hemos eliminado lo que sobra, repasado las descripciones, nos hemos asegurado de la cohesión de nuestra historia y llega el momento de corregir la ortografía.
  6. Si tu texto está lleno de tachones y apuntes, es posible que quieras volver a imprimir las correcciones, yo prefiero hacerlo todo en el mismo papel. Coge tu texto y ve rodeando cada verbo que te encuentres. Y aquí viene el momento de analizar si hemos usado la voz pasiva o activa.

La voz pasiva suele considerarse un error de novato. Deberías asegurarte de utilizar la voz activa.

No es que la voz pasiva sea siempre mala, pero la voz activa hará que nuestro texto sea mucho más claro y fácil de leer. El lector lo agradecerá.

Mira bien los verbos que utilizas. Procura que sean verbos de acción en lugar de copulativos.

“La niebla estaba espesando”.

“La niebla serpenteaba y se arremolinaba en las pequeñas hondonadas”.

Ambas frases vienen a describir la niebla, pero en la segunda hacemos uso de verbos que describen la acción de forma que aportan más vida a la escena.

También podemos darle más vida al texto utilizando verbos específicos que aporten energía y dinamismo. Nuestro personaje puede correr hacia el autobús, pero si indicamos que esprintó, indicaremos una acción mucho más activa y descriptiva.

Pequeños detalles como comenzar nuestras frases con: “Hay, había, habían…” pueden quitarle elegancia y misterio a nuestro texto.

“Había una mujer sentada en el banco”

“Una mujer esperaba en un banco a alguien que no llegaba”

La primera frase es correcta, la segunda es algo más elegante y deja más información al lector.

  1. Revisa los diálogos. La fórmula: él dijo/ella dijo es buena y suficiente. A veces necesitamos añadirle dramatismo, pero deberíamos abusar de esta fórmula antes que tener unos diálogos repletos de fórmulas distintas.
  2. Evita usar adjetivos continuamente. No abuses de los adverbios. Céntrate en el uso de nombres y verbos.

Adjetivos y adverbios, no.

Nombres y verbos, sí.

Es quizás lo más difícil, pero la frescura y dinamismo que le aporta esta corrección a nuestros textos, merece la pena.

  1. Procura evitar los clichés. El lector no quiere leer lo que él ya sabe con las mismas palabras que él lo diría. Frío como el hielo es demasiado obvio y está muy visto.
  2. A veces es mejor mostrar que contar. Deja que el lector se haga él la composición de la historia con un par de detalles, no le indiques lo que debe pensar, que lo descubra por los detalles.

“Estaba triste”

“Se dejó caer en la silla, con el rostro apretado”

En la primera frase indicamos el estado de ánimo, en la segunda dejamos que se intuya.

Para esta entrada he consultado estos textos, por si te interesa leerlos:

-Evita la voz pasiva-, de Jaume (excentrya.es)

-How to edit your story like a New Yorker Publisher-, by Pamela Hodges (thewriterprectice.com)

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Crear personajes puede resultarnos, en ocasiones, complicado. No es fácil describir a alguien en unas pocas líneas y recordar durante toda nuestra historia que no le gustaban las espinacas, a lo mejor el día que escribimos eso, nos habían puesto espinacas que se nos habían indigestado; y cien días más tarde, no nos acordábamos de ese detalle y describimos la deliciosa crema de espinacas de la que disfrutó nuestro protagonista. Son detalles tontos, pero que pueden hacer saltar un muelle en la cabeza del lector.

Una forma sencilla de evitar esto, es hacer una ficha sobre nuestros personajes y cada vez que tengamos una duda, podemos acudir a ella y así no tener que rebuscar en nuestro texto los párrafos donde describimos a nuestro protagonista.

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A continuación te detallo una lista de detalles que debe tener tu personaje para hacerlo creíble (esta lista la he hecho leyendo el blog de Kristen Kieffer).

  1. Dale una meta, que puede o debe marcar la historia principal, pero ten en cuenta que a veces lo que un personaje desea, no es lo que marcará la historia central.
  2. Dale una motivación. Tienes que dejar claro por qué actúa el personaje como lo hace. Si es grosero o amable, tiene que existir un motivo detrás. Su comportamiento tiene que estar fundamentado, aunque no tiene por qué estar justificado.
  3. Dale un propósito. Un personaje que no añade nada a la historia, sobra. Es un esfuerzo inútil para el escritor y una pérdida de tiempo para el lector. Añade volumen innecesario a la obra y en ocasiones rompe el ritmo de la misma.
  4. Crea miedos en el personaje. El miedo es lo que limita al personaje, lo que lo coarta a la hora de actuar, lo que necesita superar para alcanzar su meta. Le da credibilidad y profundidad.
  5. Deja claro las imperfecciones del personaje. A veces conocer los defectos de un protagonista nos da la visión completa de por qué actúa como lo hace.
  6. Crea una historia para el personaje. Si un personaje tiene una historia detrás, le añade profundidad y motiva sus acciones. Sin olvidar que nos deja una idea de cómo puede actuar o no ante las confrontaciones. Nos hará ver cómo evoluciona a lo largo de la historia central.
  7. Dale una historia presente. La situación que rodea al personaje nos ayuda a conocerlo también. La historia presente no tiene por qué ser una evolución de la historia del personaje. Puede ser totalmente distinta. Explica cómo ve el mundo el personaje y por qué.
  8. Dale una personalidad. Una cosa que hay que dejar clara desde el principio, es lo que le gusta y lo que no al personaje, su forma de expresarse, su forma de vestir, de comportarse…
  9. Señala sus intereses. Los gustos, lo que le gusta, lo que le importa, lo que odia. Su personalidad, identidad, si es religioso, espiritual, su raza… todo puede influir y marcar sus acciones y cómo lo ven los demás.
  10. Describe alguna peculiaridad. No hace falta extenderse demasiado en esta parte. Un par de detalles que lo hagan peculiar y único. Una manía, algo que marque la diferencia entre ese personaje y otro similar. Que nos indique cómo de raro es.
  11. Busca un buen nombre. Lo normal es nacer con un nombre que no diga mucho sobre nosotros, pero aquí jugamos con ventaja. Nosotros escogemos el nombre y un nombre puede decir mucho de un personaje. Podemos buscar uno con un significado que se adapte a él o al contrario, uno que sea totalmente opuesto a cómo es. Un nombre puede indicar la época de la historia sin decir mucho más, que pertenece a una familia determinada…
  12. Dale un deseo. Los deseos son grandes motivadores y llevarán a nuestro personaje de un punto a otro de la historia irremediablemente. Dotarlo de ese deseo hará que se mueva dentro de la historia en una dirección marcada o no que dependerá exclusivamente de satisfacer ese deseo.
  13. Dale algo para amar. Aquí podemos introducir una historia romántica o sencillamente algo que sea importante para el personaje. El amor, de cualquier tipo, puede ser muy motivador y provocar actuaciones en uno u otro sentido que desarrollen nuestra historia.
  14. Dale poder. Pon a prueba al personaje, ponlo en situaciones que saquen lo mejor de él para poder cambiar lo que le rodea. Permite que conozca sus limitaciones para saber qué lo hace fuerte.
  15. Ponlo en problemas. Crea situaciones que rodeen al personaje en la que puedan verse sus defectos o virtudes. Hazle fallar, perder, verse derrotado. Deja al lector verlo caer a lo más bajo y así podrás hacerlo crecer más tarde y resultar victorioso. No le pongas las cosas fáciles.
  16. Hazlo único. Anteriormente en el post sobre los relatos, os dije que utilizarais los estereotipos para ahorraros tener que explicar demasiado del personaje. Si la obra es corta, creo que es bueno hacerlo, pero siempre debemos buscar crear personajes únicos y para eso debemos huir de los estereotipos.
  17. Hazlo sociable o no. La relación con otros nos hará conocer mucho sobre un personaje. O la falta de relación con ellos. Deja ver qué tipo de personas le gustan o no.
  18. Muestra el momento más feliz del personaje, lo que nos dejará comprender cuán desdichado es o cuánto ha sufrido.
  19. Proporciona al personaje sus maestros o mentores que le dan fuerza y seguridad.
  20. Crea un personaje o lugar que le aporten seguridad al protagonista.
  21. Crea redención para el personaje. Se equivocará, hará daño a otros o a sí mismo. Hacer lo que debe hacer para reparar ese daño nos definirá al personaje.
  22. Éxito. Demostrar cómo al final sale victorioso nos hará ver cómo ha evolucionado desde el inicio al final del viaje.
  23. La historia. Si consigues darle vida a cada uno de estos puntos, puedes tener una gran historia. Haz que tu personaje brille dentro de ella.

Estos puntos no son los que harán grande tu historia, eso es cosa tuya como escritor, pero te ayudará a darle una personalidad fuerte y realista a tus personajes además de una coherencia que en ocasiones se nos escapa en grandes obras.

¿Tienes más preguntas? ¿Quieres compartir con nosotros la ficha de tu personaje? Déjanos tus comentarios aquí abajo o dudas que puedas tener. Tus comentarios nos ayudan a mejorar y a tener mayor visibilidad en la red, para poder seguir ofreciendo contenido gratuito.

Cuatro consejos para escribir relatos

Es común que muchas personas piensen que escribir es fácil, pero quienes realmente escriben saben lo difícil que es. Especialmente cuando se trata de escribir relatos o cuentos. A menudo se piensa que escribir relatos es mucho más fácil que escribir una novela, pero, esto no podría estar más lejos de la verdad.

Es cierto que los relatos son más cortos, pero, sintetizar el mensaje en tan pocas palabras requiere ser mucho más cuidadoso en la elaboración. Para ello, es necesario contar una historia con introducción, trama y desenlace en apenas mil palabras (incluso mucho menos). Y eso, es algo que no resulta fácil.

Lo primero que yo escribí fue un relato de terror. Tenía quince años cuando escuché una historia sobre el colegio en el que estudiaba, la típica historia del fantasma que enciende una luz que puede verse durante las noches si uno mira al viejo edificio… y me inventé una historia inspirada en esa leyenda.

Si quieres escribir un buen relato, aquí te presento algunos detalles que te pueden servir como guía:

1

Tu protagonista quiere algo

Cuatro consejos para escribir relatos

Tu protagonista quiere algo: Si vas a escribir sobre alguien, es porque tiene algún conflicto o necesidad en su vida. Debes ser capaz de hacer que el lector se identifique con él en unas pocas líneas y conozca cuáles son sus motivaciones y sus problemas.

Es importante que la motivación del protagonista sea clara desde el principio. El lector necesita saber qué es lo que quiere el personaje y por qué lo quiere. Si el lector no se identifica con el protagonista o no comprende sus motivaciones, perderá interés en la historia.

Un ejemplo de esto es el relato «El regalo de los reyes magos» de O. Henry. En esta historia, los personajes Jim y Della son pobres y quieren hacerse un regalo el uno al otro en Navidad. La historia gira en torno a sus esfuerzos por conseguir el dinero para comprar el regalo, y el desenlace sorprendente que ocurre cuando finalmente se dan cuenta de que el regalo más valioso que pueden hacerse el uno al otro es su amor.

2

Sucede algo inesperado

Cuatro consejos para escribir relatos

Sucede algo inesperado: Normalmente una historia se cuenta por algo especial, algo inusual que le sucede al protagonista y que se sale de la vida monótona del mismo. El mundo del protagonista cambia y eso es lo que motiva la historia.

Una buena historia debe tener un evento que la impulse hacia adelante. Este evento puede ser algo tan simple como una llamada telefónica o algo más dramático como un accidente automovilístico. Lo importante es que este evento cambie la vida del protagonista y lo obligue a hacer algo que, de otra manera, no hubiera hecho.

En el cuento «La metamorfosis» de Franz Kafka, el protagonista, Gregor Samsa, se despierta una mañana, convertido en un insecto gigante. Este evento cambia completamente la vida de Gregor y lo obliga a enfrentar situaciones inesperadas e inusuales que nunca antes había imaginado.

3

Complicación

Cuatro consejos para escribir relatos

Complicación: En este punto de tu relato, debes aportar una parte negativa que ponga en peligro el éxito de tu protagonista. Hay que crear un conflicto que aporte tensión, para que el lector sufra con tu protagonista y se sienta identificado con él.

El conflicto es lo que hace que una historia sea interesante. Sin él, la historia sería aburrida y no habría nada que mantuviera la atención del lector. El conflicto debe ser algo que se oponga a los deseos y necesidades del protagonista. Puede ser un obstáculo físico, emocional o mental. Debe ser lo suficientemente importante como para poner en riesgo el éxito del protagonista.

En la novela «El Gran Gatsby» de F. Scott Fitzgerald, el conflicto principal es la relación entre Jay Gatsby y Daisy Buchanan. Gatsby quiere estar con Daisy, pero, hay muchos obstáculos que se interponen en su camino. La complicación surge cuando Daisy se casa con Tom Buchanan, un hombre rico y poderoso que no está dispuesto a dejarla ir.

4

Resurrección

Cuatro consejos para escribir relatos

Resurrección: Aquí debes crear situaciones que resuelvan el dilema o problema del protagonista y lo haga salir reforzado. En ocasiones, puedes querer que tu protagonista no termine bien, pero aún así debes darle un sentido a la historia aquí, en el desenlace final.

El desenlace de una historia es importante porque es lo que da sentido a toda la trama. En la resurrección, el protagonista debe enfrentar su conflicto y superarlo de alguna manera. Puede ser una resolución positiva o negativa, pero debe ser coherente con la historia.

En la novela «Matar a un ruiseñor» de Harper Lee, el desenlace resuelve el conflicto principal de la historia. El personaje principal, Atticus Finch, defiende a Tom Robinson, un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. A pesar de las pruebas abrumadoras en su contra, Atticus hace todo lo posible para demostrar su inocencia. Aunque Tom es declarado culpable, el desenlace final muestra cómo el juicio ha cambiado la forma en que la comunidad ve a Atticus y a su familia.

Estos son solo algunos detalles que pueden ayudarte a escribir un buen relato. Puedes alargarlos, acortarlos, cambiarles el orden, pero son partes que una historia debería tener para darle sentido. En cada escritor está el arte de enmascarar esas partes para que parezcan inexistentes y que el lector pueda leer una historia uniforme e interesante sin necesidad de ver su estructura.

La escritura es un arte y la práctica hace al maestro. Si quieres ser un buen escritor, debes leer mucho y escribir aún más. Escribe cada día y no te desanimes si tus primeros intentos no son perfectos. Con la práctica, cada vez te resultará más fácil crear historias interesantes y con sentido.

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